ᝰ capítulo 13 💌

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Una semana había pasado desde
que Hoseok terminó con Yoongi,
desde que la última notita había
llegado, y desde que se encontró
con Jimin en el baño de la
institución.

Los días pasaban con lentitud,
rutinarios, demasiado aburridos
para Jungkook. Muchas cosas
habían pasado en el transcurso
de aquella semana aunque pocas
tenían que ver con él. Supo que
Namjoon comenzó una relación con
Taehyung hace tres días, y a partir
de alli, ambos andaban pegados
como chicles a cada momento. Era
obvio lo mucho que se gustaban y
esperaba de verdad que duraran
bastante juntos.

Por otro lado, se decía que
Seokjin, el popular castaño
del último año, estaba saliendo
con Minatozaki Sana, la bonita
japonesa que había llegado de
intercambio. Jungkook habló con
ella en un par de oportunidades y
podía decir que era un verdadero
ángel, sin contar con lo hermosa
que se veía ante la vista de todos.

Jongin, insistió en volvera salir con
él varias veces, y aunque Jungkook
se negaba con amabilidad, el chico
era tan insistente que lo agobiaba.
Eso fue hace unos días atrás, hasta
que de pronto, dejó de molestarlo.
El pelirrosa pudo suspirar de alivio
la primera vez que se cruzó con él
en el pasillo y no lo acosó contra
algún casillero pidiéndole una
cita, enviándole un simple saludo
silencioso. Quizás se había dado
por vencido.

Sin embargo, Hoseok y Yoongi
eran otra peculiar historia aparte.
Su amigo pelirrojo en pocas
ocasiones se le acercaba y su ex
novio prácticamente ignoraba
su existencia. Entre ellos dos no
parecían haber reanudado las
cosas así que no podía entenderlo.
¿Qué es lo que había hecho?
¿Realmente Hoseok estaba
enamorado de él, o fue sólo la
tensión del momento?

Eran las preguntas que Jungkook
estaba dispuesto a encontrarles
una solución ese mismo día. Fue
así que, caminando por el césped
del campus, en una casualidad
se encontró con el que era su
mejor amigo. Se veía cansado y
podía deducir que no se trataba
únicamente de los exámenes.

-Hoseok. -lo llamó, y el chico
se detuvo a medio camino. Lo
observó inexpresivo mientras se
aproximaba con velocidad. -Al
fin te encuentro. ¿Por qué estás
evitándome?

Los mechones rojizos cubrieron su
rostro cuando agachó la cabeza.

-Lo lamento. Creí que te
incomodaría.

-¿Por qué lo haría?-tardó en
responderle, y aún más en
verlo a la cara.

-Jungkook, sentémonos a hablar.

Estaba claro que nada bueno
podía pasar cuando alguien pedía
una conversación, y menos en
un momento crítico, el punto de
quiebre. El pelirrosa siguió con
neutralidad a su amigo a través
del campus, hasta tomar asiento
sobre un banco de madera. Estaba
nervioso, claramente.¿Y si le pedía
romper con la amistad?

-Mira, no sé cómo va a caerte
lo que te diré, pero... -suspiró
con fuerza, mientras parpadeaba
repetidas veces. Diez, veinte,
treinta segundos-Jungkook, estoy
enamorado de ti, y yo soy quien te
enviaba las notas que encontraste.

Si Hoseok había dejado pasar
treinta segundos antes de soltar
la bomba, Jungkook dejó que pasaran
minutos y minutos. Eso no podía
ser cierto.

No quería ser insensible, pero
tampoco podía ignorar la
decepción aflorando en su pecho.
¿Todo el tiempo fue Hoseok? Desde
aquella conversación con Park
Jimin, Jungkook no había dejado
de pensar de forma involuntaria
que él podría ser el admirador, no
obstante, todo cayó en cuestión de
segundos.

Por otra parte, se sintió molesto. El
pelirrosa se sintió más colérico que
nunca.

-Tú… Estuviste mintiéndome.

-¿Qué? No, yo no...-

-¡Estuviste jugando con Yoongi
también!-se incorporó del banco
completamente enfurecido, y
Hoseok imitó su acción. -¿Cómo
es que puedes decírmelo con tanta
naturalidad? ¿Eh? ¡Usaste al chico
porque yo te gustaba!

-Por favor, ya no grites, la gente
nos está viendo.

-¡No me importa! -se dió la media
vuelta, comenzando a andar por
el césped con pasos agigantados
mientras escuchaba al chico
siguiéndole el paso.

En el camino, recuerda haberse
cruzado con Jimin también,
pero ya no importaba. Su mundo de
ilusión se deshizo mientras el enojo
le nublaba los sentidos.

¡bonito! 𓍢 ִֶָ  jikook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora