ᝰ capítulo 28 💌

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Parte 1/2.

-Estoy tan feliz, hijo, no te
imaginas cuánto. su padre le
sonrió ampliamente, y Jungkook
apenas pudo desviar su mirada
hacia el plato con comida luego de
corresponderle.

Su madre llegó a la mesa junto a
ellos minutos después, con aquella
misma sonrisa resplandeciente
plasmada en su cara. Y por
supuesto que no era para menos,
cuando se suponía que en unos
momentos más, la supuesta
nueva novia de su hijo llegaría.
Jungkook mismo se lo había hecho
saber, diciéndole que para ese día
miércoles, preparara un almuerzo
especial. Ella con todo gusto lo hizo,
y aún todavía para el hombre que
cometió violencia de género en su
contra, es decir, su padre.

El pelirrosa no podía esperar menos
de su parte. Su madre parecía
ensimismada en avalar cuanto
pudiera a su ex esposo, sin importar
nada más.

-Yo también estoy muy feliz.
Estuve esperando este día durante
tanto tiempo.

Jungkook se limitó a jugar con su
tenedor; los nervios carcomiéndole
lentamente.

-¿Ella tardará mucho? -su padre
le cuestionó. -Debiste ir a buscarla
a su casa.

-No lo ví necesario. -murmuró,
tragando saliva forzosamente. -
Sólo ten un poco de paciencia, ¿de
acuerdo?

El hombre tragó con lentitud
el bocado que había hecho,
observándolo. Probablemente, su
tono de voz no había sido el más
agradable de todos.

-Está bien, hijo. Nada podrá
arruinar mi felicidad hoy.

A partir de ese momento,Kook se
enfrascó en continuar comiendo
con suavidad y con un absurdo
dolor estomacal molestándole. Los
nervios estaban pudiendo con él, y
quizás, su madre lo habría notado.
El pelirrosa podía sentir su mirada
disfrazada en una falsa alegría
quemándole.

-Y dime, Jungkook. ¿Cómo es tu
novia? Ni siquiera nos mencionaste
su nombre. ¿No crees que se vería
un poco mal que nunca hablaras
de ella con nosotros? -la escuchó
pronunciar, y pronto su padre la
apoyó en un ligero balbuceo-
Tampoco me dijiste su postre
favorito cuando te lo pregunté.
Hasta el momento, esa chica
es completamente misteriosa.
Háblanos un poco.

-Mamá. -el pelirrosa la llamó,
levantando la mirada. Apretó las
piernas bajo la mesa para mantener
la compostura. -Sólo aguarda, no
hay ningún apuro con este tema.

-Lo sé, pero me gustaría... -el
timbre sonó, interrumpiéndola, y
sus nervios se afianzaron aún más.
-Vaya, al parecer ya llegó.

Jungkook dejó sus cubiertos sobre el
plato, levantándose de su silla y
luchando para mantenerse firme
sobre sus piernas temblorosas.
Se encaminó hacia la puerta,
escuchando en el fondo a sus
padres hablando un montón de
cosas sobre él y su felicidad que no
le importó detenerse a analizar.

Era el momento. Tenía miedo de
cómo fuesen a surgir las cosas,
pero ya estaba decidido.

Al abrir la puerta de madera, se
encontró con la brillante cabellera
naranja de la chica. Ella le sonrió
con amabilidad, y Jungkook le devolvió
el gesto, invitándola a pasa.

-Mamá, papá. Les presento a Sana
Minatozaki. Es japonesa y aún tiene
algunos problemas con el coreano,
así que no hablen muy rápido con
ella, ¿está bien?

Su madre soltó una enorme
exclamación, incorporándose de su
silla para llegar hasta la pelinaranja
y apretarla en un fuerte albrazo.

-¡Dios mío! ¡Eres preciosa! -
la tomó de ambos hombros, y él
se limitó a ver cómo ella sonreía
incómoda. -¡Estoy tan feliz de que
estés aquí!

-Muchas gracias, señora, es un
honor para mí.

–Jungkook. -su madre lo observó,
incrédula. -Es tan perfecta. Buen
trabajo, hijo.

Se tragó el nudo en su garganta,
cuando el timbre volvió a sonar
por toda la extensión del comedor.
Jungkook se abrió paso entre Sana
y su madre, llegando hasta la puerta.
Los observó una vez más antes
de abrir. La expresión curiosa de
sus progenitores le revolvió el
estómago, y entonces, abrió.

La reluciente sonrisa del atractivo
chico lo recibió del otro lado.


¡bonito! 𓍢 ִֶָ  jikook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora