Tres amigos se abrazaban con fuerza en su reencuentro. Risas y bromas varoniles era lo que se vivía en el aeropuerto JFK, pues Terence y Archie le daban la bienvenida a Stear.
A pesar de que las circunstancias no eran las mejores, volver a verse era una felicidad para estos amigos inseparables que habían estado juntos tanto en los buenos como en los malos momentos.
Estando ya sentados cómodamente en una cafetería, la tan esperada charla empezó. La cara de Stear cambiaba de expresión con cada novedad que escuchaba de boca de Terence y de Archie.
—¡Por Dios, chicos! ¡Tantas cosas han ocurrido en estos pocos meses! ¿Y Karen? ¿Qué hizo ella con el cortazo que le diste, Terry? ¡Mínimo te pateó los huevos!
—¡Uff! ¡Ni te imaginas! Terry literalmente me debe la vida porque Karen tenía unas ganas locas de ahorcar a este galán. Tuve que fungir como su paño de lágrimas por varios días para que se calmara y no lo matara.
—¡Cállate Archie! ¡No exageres! Bueno, si les soy honesto, me dio dos bofetadas que me viraron la mandíbula, pero pudimos conversar con tranquilidad y con la verdad por delante. Creo que no terminamos tan mal después de todo.
Los negros ojos de Stear brillaron con una picardía muy peculiar de él. Su cara esbozó una sonrisa para luego soltar una sonora carcajada.
—¡Claro! Ja, ja, ja. Ahora entiendo su cara de pocos amigos cuando le pregunté por ti. Literalmente me dijo. "No quiero hablar de ese huevos cuadrados de Terry" Y yo me quedé como los locos. No quise preguntar más, ni ella estaba interesada en ese tema. La verdad es que no la ví muy triste que digamos, además ese día que la visité recibió la llamada de alguien en particular que la puso muy nerviosa y hasta reía como una niñita quinceañera. Creo que por ahí tiene otro galán en el horno.
Un sonriente Archie exclamó. —¡Me alegro! ¡Yo sabía que Karen no se quedaría moqueando por las esquinas! Ya puedes estar tranquilo, Terry.
—Mejor si es así, eso me quita un peso enorme de encima. Bueno Stear, ahora es imperioso empaparte de un tema muy serio. Está en juego la libertad de la mujer que amo y necesito de toda la ayuda posible para salir de este terrible embrollo.
—¿Estás hablando de Candice? ¿La misma mujer que yo aseguré te seguía moviendo el piso aunque tu te empeñaste en negarlo?
—Si Stear, siempre tuviste razón y yo fuí el necio que no lo quería reconocer. La verdad es que nunca dejé de amarla. Ahora estamos juntos y tengo que protegerla, a ella y a mi hija.
—¿Hija? ¿¡Dijiste hi...hija!?
La conversación se extendió por horas. Todo lo que Terence tenía que contar no era fácil hasta que llegaron al tema tan delicado de la sucia trampa que Neal Lagan le había tendido a Candice.
—¿Y bien? ¿Qué dices, Stear?
—El desgraciado jugó bien sus fichas, pero dejó cabos sueltos y es por ahí donde debemos desenredar la madeja. Tenemos que seguir la ruta digital que dejó esa transferencia de la que él habla..
—Eso pensé. El dilema es que si él sospecha que me estoy defendiendo, arremeterá con todo sobre Candy. El muy desgraciado es de mucho peligro.
—Dime Terry, ¿ella está enterada de todo ese juego sucio que le tendió Neal?
—No, y honestamente no quiero que se entere.
—Pero ella debe estar al tanto. Ignorar los alcances de este tipo la puede llevar a cometer otro error similar; además, está la presencia de Susana aquí y de seguro una vez que se encuentren la querrá mortificar como ya lo hizo antes.
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AMOR PROHIBIDO
RomanceElla era una hermosa mujer cuyo destino era solo ser un adorno de escaparate. Él, un hombre con las ganas de salir adelante por sus propios medios. Sus vidas se cruzarán de una manera especial y muy particular donde el amor jugará un papel import...