Mientras una ambulancia se parqueaba en la calle cercana a la casa de Martha Stewart, extrañas sombras se movían silenciosamente por sus jardines frontales tratando de que sus pasos no sean escuchados. Esperaban el momento adecuado para irrumpir en el interior de la misma y llevar a cabo lo que ya se había planificado por más de una semana.
Dos hombres vestidos totalmente de negro posaron sobre el rostro de la enfermera y de la anciana unos trapos empapados en un extraño líquido que las obligó a caer en una profunda inconciencia.
El hombre de grueso bigote y larga gabardina negra ingresó a la habitación de Candice. En medio de la oscuridad observó la apacible figura de la mujer que dormía sin ser consciente del peligro que la acechaba en ese momento. Con algo de remordimiento encendió las luces de la habitación para que ella despertara. Aún dominada por el sueño, la rubia restregó sus párpados tratando de acoplar su visibilidad a la molesta luz.
[bostezo] —¿Qué sucede abuela Martha? ¿Por qué me ha despertado?
—Señora Candice, necesito hablar con usted.
La mujer se quedó petrificada al momento que escuchó aquella voz gruesa y sin emociones que le habló. Con los labios temblando por los nervios, preguntó.
—Georges...¿Qué hace aquí? ¿Cómo me encontró? ¿Y la abuela Martha?
—Señora Candice, primero quiero que recuerde su estado, así que no debe alterarse y mucho más cuando yo no he venido a hacerle daño alguno. Solo quiero hablar con usted.
—No...es verdad. Cuando usted aparece, nunca es para nada bueno ¡Dígame de una buena vez! ¿Dónde está la abuela Martha? ¿y la enfermera?
—A ellas no les ha ocurrido nada malo, siguen aquí, durmiendo profundamente. Es necesario que sea así para que no interrumpan nuestra charla.
La mujer no podía dejar de temblar. Que el "perro fiel" de los Ardlay estuviera ahí era el claro indicio de que la obligaría a regresar a la mansión.
Y a decir verdad, Georges estaba dispuesto a cumplir con la orden de la señora Elroy a como diera lugar, pero ver a Candice tan vulnerable con sus manos cubriendo su vientre materno, removió en él viejas heridas. La voz pausada pero firme se dejó escuchar.
—Señora Candice, quiero hacer un trato con usted
—¿Un...trato? ¿¡Qué clase de trato puede ser ese cuando ha entrado a hurtadillas en esta casa!?
[suspiro] —La señora Elroy exige su presencia en la mansión con el único objetivo de hacer de su vida un infierno. La culpa directamente a usted por el penoso estado del señor William, pero yo he pensado que lo mejor...
Candice no dejó que Georges siguiera hablando. Con molestia espetó.—¡No siga hablando tantas barbaridades! ¿¡Acaso esa mujer se ha vuelto loca!? Lo que ocurrió fue un accidente; además, yo estoy DIVORCIADA de William, así que no tengo porqué regresar a la mansión. Yo misma dejé los documentos con los abogados del corporativo.
—Lamento informarle que el trámite de divorcio fue anulado. Ese trámite jamás se cumplió. Precisamente fue ese documento y el accidente lo que han hecho que la señora Elroy esté muy molesta con usted; sin embargo he pensado que lo mejor sería...
Candice se comenzó a alterar. Había confiado en la palabra de William, pero al parecer todo había sido una cruel mentira. Él no había cumplido su promesa de darle su libertad. Las lágrimas comenzaron a anegar sus ojos y un fuerte dolor en el vientre le sobrevino de golpe.
—¡Cállese! No quiero escuchar más mentiras de ustedes. ¡Odio a esa maldita familia!¡Han hecho de mi vida una miseria! ¡Largo de mi habitación! ¡Ahg! ¡Déjeme en paz! ¡Ahg!
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AMOR PROHIBIDO
RomanceElla era una hermosa mujer cuyo destino era solo ser un adorno de escaparate. Él, un hombre con las ganas de salir adelante por sus propios medios. Sus vidas se cruzarán de una manera especial y muy particular donde el amor jugará un papel import...