Los Wood ✗

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Capítulo 18.

ִֶָ𓂃 ࣪˖ ִֶָ🐇་༘࿐

Al salir de la casa de los Weasley Elena esperó paciente a que Oliver saliera también, lo cual no fue mucho, ya que justo cuando se estaba volteando para apoyarse en el capó del auto, Wood salió de la casa.

―Listo ―Dijo una vez se sentó en el auto― Vámonos.

El conductor asintió y se fueron. En el camino ninguno de los dos dijo nada, no tenían palabras para decirle al otro, solo veían incómodamente el clima helado fuera de la ventana. Como copos de nieve caían y se pegaban al vidrio dejando a la vista su hermosa y peculiar forma, para luego derretirse y caer como una pequeña gota de agua llevándose a más consigo. Una pregunta rondaba por la mente de Elena, y le dificultaba pensar en otra cosa teniendo aquella pregunta metida en el cerebro.

― ¿Puedo... quedarme en tu casa? ―Preguntó aun con la mirada en la ventana― ¿O también le caigo mal a tu madre por el simple hecho de ser una Malfoy?

Estaba clara la indirecta. Molly había sido muy imprudente con sus comentarios despectivos sobre los Malfoy, ella no era quien para venir a hablar de las familias y sus problemas. Oliver le tenía afecto, pero al verla hablar de ese modo hiso que todo su afecto se fuera y solo quedase en el un amargo sabor al recordar como trato a Elena.

―Mi madre no es como ella... de hecho, te considera una persona muy atractiva y encantadora.

Elena abrió los ojos impactada.

― ¿De verdad?

―Aja, es como... tu fan ―Sonrió― Y se podría decir que te quiere, ya que le conté de la noche que estuvimos juntos y... como me dejaste abrazarte.

―Aun lo recuerdo.

Si, claro que recordaba la noche que paso con Oliver. Fue la única noche en la que no soñó nada, en la que no pensó ni hiso nada más que dormir, aun recordaba a lujo y detalle la sensación de satisfacción al estar relajada, una sensación desconocida ya que desde que tiene uso de razón sus horas de dormir pasan a manos de torturas o dolores. Inconscientemente sonrió al sentir esa calidez al dormir, siguió recordando hasta que la repentina sacudida del auto la desconcertó.

Habían llegado a la casa de Oliver. El mismo en cuanto la vio sonrió con alegría. En cuanto el auto se detuvo, se bajo rápidamente, Elena se estaba preparando para también salir, eso, hasta que el conductor la detuvo.

―Señorita Malfoy, ¿No irá a su casa? ―Preguntó el conductor al ver las intenciones de Elena. Aunque por parte de el, también habían otras intensiones, unas que fueron obvias a los ojos de ella.

Se volvió hacia el, con una mirada de indiferencia a la que acostumbraba, estaba harta de tener que darle explicaciones a ese tipo, no hacia mas que entrometerse en lo que claramente no le importaba. Además, no es que en su casa noten cuando esta o no, asique por ese lado no se preocupaba.

―No, no volveré hasta mañana.

― ¿Su padre sabe que se quedará aquí?

―Eso no es asunto tuyo, solo te pagan por llevarme, asique vuelve al auto y vete.

― ¿Y si preguntan, que se supone que diga?

―Eres bueno aparentando lo que no eres... ―Insinuó con una sonrisa― inventa algo y listo.

El asintió algo irritado. Se devolvió al auto y se marchó. al retomar el rumbo al bajar del auto se detuvo a admirar la casa de Oliver. Era linda, muy linda. Tenía unas cuantas cosas que no reconocía, pero había otras que si, como el árbol que había a un lado, y el columpio que colgaba de él. La casa tenía dos pisos, y estaba repleta de ventanas, lo que menos faltaba en esa casa a simple vista al parecer era luz. Elena no acostumbraba a comparar sus cosas con la de los demás, pero su casa si la comparaba con la de Oliver, ya que, si no fuese por las luces de dudosa procedencia, no tendrían ni una pisca de luz, ni en el día, ni mucho menos en las noches.

Los Reyes De La Noche (Slytherin Boys)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora