Nueva misión

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Capítulo 24.

ִֶָ𓂃 ࣪˖ ִֶָ🐇་༘࿐

El frío se intensificaba cruelmente a medida que Elena avanzaba, sentía sus huesos crujir por cada vuelta que daba. Sus manos, entumecidas y temblorosas, luchaban por mantenerse firmes, pero en incontables veces fallaban y caía de cara en el frio metal que la rodeaba. A pesar de ser consciente de que su cuerpo ya se había rendido hace mucho, su mente seguía lúcida, asique obligando a sus extremidades a seguir continuó una vez más por los caminos.

Sin tener idea de su destino ni de la tarea que debía cumplir allí, Elena se negaba a rendirse tan rápido, sabiendo que cualquier cosa sería mejor que la nada que tenía ahora. Al completar la segunda vuelta, se sentó para descansar un momento. Inclinó la cabeza hacia las rodillas, intentando calmar los latidos acelerados de su corazón. El frío penetraba en sus huesos, y poco a poco sus párpados se cerraban. La idea de detenerse y morir en ese lugar la tentaba cada vez más. Sus ojos se nublaban, sus párpados temblaban, y finalmente su cabeza yacía recostada en el metal.

«-No sirve de nada tener una mente impenetrable si tu cuerpo te traiciona, Elena, recuerda eso siempre. Si tu cuerpo es débil, es inútil desperdiciar tanto esfuerzo en fortalecer tu mente.»

Ahora, inconsciente Elena recordaba aquellas palabras. Eran ciertas, en su momento no las comprendió del todo, pero ahora que lo vivía en carne y hueso aquellas palabras le hacían sentido. Si, su mente era fuerte, después de todo lo que pasó duro mucho consiente, y sabía exactamente lo que tenía que hacer, el único problema era que al parecer su cuerpo no le había sido comunicado ese detalle de seguir adelante, y por eso ahora estaba tirada sin poder moverse en lo absoluto.

Mientras otros se rendían, otros recientemente comenzaban a surgir.

Hermione tenía un plan meticulosamente trazado en su mente. La angustia la consumía al ver el estado devastador de Harry, consciente de que ella y el profesor Dumbledore eran en parte responsables. Ahora, se cuestionaba si apoyar a Dumbledore era la decisión correcta. Sabía que sus intenciones eran nobles; él quería ayudar a salvar el mundo mágico y derrotar a Voldemort. Sin embargo, desconocía hasta qué extremos estaba dispuesto a llegar, o que tipo de sacrificio estaba dispuesto a hacer para lograrlo, temiendo que ese "sacrificio" fuera uno de sus mejores amigos.

―Entonces... ¿Iremos a la casa de los Malfoy? ―Preguntó Ron por tercera vez. Esta no era su idea de un "brillante plan", de hecho, aún dudaba de que ese fuera el brillante plan del que hablaba Hermione para salvar a Harry.

―Si, Ron ―Respondió. Su plan era evidente a sus ojos, pero por lo que notaba no para los de Weasley.

El plan era arriesgado; Consistía en ir a la mansión Malfoy a por Elena. Pero por obvias razones tenían que tener en cuenta de que por mucho que les desagradaba la idea, aquel lugar estaba infestado de mortífagos, y criaturas peligrosas en cada rincón. Hermione dudaba de todo, pero no de esa rubia. Sabía desde hace mucho que ella y los demás estaban con Voldemort, pero al igual que ella, Elena también debía tener una razón para respaldar a aquel ser tan despreciable, o al menos eso esperaba.

― ¿Listo? ―Preguntó a Ron una vez tuvieron todo listo para irse. El pelirrojo sonrió nervioso y asintió― Si tienes miedo dímelo, si dudas por un momento también házmelo saber, ¿Entendido? ―Nuevamente asintió, pero esta vez estaba serio― Ron, por favor.

―Lo se Hermione, y tranquila, se lo que hago y por qué lo hago. No me arrepentiré.

―Eso espero, porque una vez lleguemos allá y hagamos un escándalo, no podremos salir así como así.

Los Reyes De La Noche (Slytherin Boys)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora