Histeria

43 2 0
                                    

Capitulo 23.

ִֶָ𓂃 ࣪˖ ִֶָ🐇་༘࿐

Ya todos los que tenían que madrugar estaban despiertos. Los encargados de los mortifagos, y demás tareas, ya tenían que estar en los bosques o ideando planes aparte para invadir el ministerio.

El único que tenía que permanecer su vida intacta por decirlo así, era Draco, quien era el encargado de la segunda tarea más importante: conseguir la varita a toda costa. Después de que fuese al baño, se encontró en los pasillos con Voldemort, y este le explico que había evitado mencionar que el que tenía que matar y conseguir la varita de sauco, era ni más ni menos que él.

Después de eso, Draco yacía en el expreso de camino a Hogwarts, asustado, nervioso, y preocupado de que no saliese como se esperaba. Draco confiaba en sus capacidades, logro ser el más rápido en aprender la Legeremancia, además de las incontables batallas que tuvo de practica con Elena, donde mejoro y pulió sus técnicas tanto como la varita como combate cuerpo a cuerpo.

Lo que le molestaba es que todos creyesen que matar a alguien era tarea fácil. Si bien, practicaba con Elena, pero jamás se detuvo a pensar si la mataría en esos momentos, y tampoco había recibido consejos de ese tipo de ella. ¿Por qué se esperaban tanto del? ¿Creían que era un asesino como su padre?

—Draco —Blaise lo interrumpió, pues ya habían llegado. Nervioso se levantó de su asiento, tomo su bolso y salió acompañado de su grupo.

Pansy hablaba y hablaba de una fiesta, de botellas, de alcohol, de comida. Draco muchas veces quiso gritarle, tenía cosas más importantes por las cuales preocuparse, y Pansy estaba siendo una constante molestia respecto a eso.

¿Como podía siquiera pensar en fiestas si, su padre también tenía que cumplir con atroces misiones? ¿Es que no es consciente de lo grave que es su situación? Voldemort tiene bajo la mira a su familia, un solo error y los manda a matar, ¿No debería estar llorando? O tal vez eso es cosa de él. Tal vez los demás buscan diferentes cosas para desahogarse.

Ya sentados en la mesa, sintió una mirada. No, no era una, eran tres. Los taraditos lo miraban como si lo culparan de algo. Como si alguien estuviese muerto y supieran que él es el culpable. Eso lo incomodo, y mucho. Trato de esquivar las miradas, y despabilar la cara, tal vez por esa misma razón es que lo miraban así, ¿Tendrá cara de culpable?

Luego de terminar de cenar Draco se fue al baño para saciar sus necesidades por tomar tanto jugo de calabaza. Una vez salió se topó a Harry fuera del baño. No le tomo importancia y continuo su camino. Luego, por segunda vez cerca del campo. Asustado, sintiendo la mirada insistente de Harry sobre él, se encontraba perturbado por la sensación de ser seguido.

Trató de alejar esos pensamientos de su mente, convenciéndose a sí mismo de que era solo su imaginación jugándole una mala pasada. Sin embargo, cuando se volvió a encontrar con Harry en un cruce de pasillos cerca de la sala de Slytherin, la repetición de estos encuentros ya no podía ser ignorada.

La sospecha de que Harry lo estuviera siguiendo se apoderó de Draco, haciendo que la incomodidad creciera y se transformara en un sentimiento de acoso. Decidió simular indiferencia al pasar por el lado de Harry, pero en un momento de oportunidad, cuando lo tuvo de espaldas, reaccionó instintivamente.

Con un movimiento ágil y preciso, Draco hizo que Harry se estrellara contra la pared, utilizando una técnica que recordó de un entrenamiento con Elena. Con su propio peso y fuerza, lo inmovilizó, manteniéndolo contra la pared mientras la tensión y la confrontación llenaban el pasillo con una energía intensa y cargada de emociones encontradas. La mirada desafiante de Draco se encontró con la de Harry, en un enfrentamiento físico y emocional que amenazaba con desencadenar consecuencias impredecibles.

Los Reyes De La Noche (Slytherin Boys)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora