CAPITULO 15

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Ya había pasado una semana
desde lo sucedido con Ajax
y su banda en el comedor de la
escuela, aquellos últimos días Enid
había estado al tanto de la salud
de la ojinegra, de la cual se había
enamorado perdidamente.

Su relación actual, se basaba en
robarse besos constantemente y
regalarse caricias, los mensajes
se habían vuelto más cariñosos,
cada palabra, cada gesto que se
regalaban denotaba claramente los
sentimientos que sentían la una a la otra. No está de más revelar que
el día que ocurrió aquello en el
comedor de la escuela, Enid no se
separó en todo el día de la menor,
se dedicó a cuidar de ella y mimarla
hasta que cayó rendida entre sus
brazos en un profundo sueño.
Aquella tarde sin duda alguna fue la mejor de Weds.

En cuanto a Ajax y su banda
fueron expulsados de la escuela,
el director se había enterado de lo
que el joven jugador le hacía a Weds y, ciertamente, el entrenador no iba a aceptar ese comportamiento de parte de sus jugadores, así que tras una larga charla con los representantes de los jóvenes y una clara advertencia, estos se habían despedido por completo del instituto y nadie ha sabido nada de ellos, pues es como si la tierra se los hubiese tragado.

A Weds aquello le preocupaba
un poco pues no sabía en qué
momento el excapitán de futbol
aparecería a cobrar venganza.
Por su parte, Enid no se había
quedado de brazos cruzados, pues
al día siguiente del espectáculo
que el excapitán había montado
en la cafetería, Enid había
cobrado venganza, junto a sus
amigas, las amigas de la ojinegra
y, sorprendentemente, Tania, se
había unido a ellas, al final había
comprendido que no podría luchar
contra la rubia por el amor de la
ojinegra.

Las porristas, más los amigos de la
ojinegra, se habían unido en un
loco plan de la rubia, pues al día
siguiente, habían conseguido bañar
a los jugadores en pintura rosada,
y no bastándoles eso, les habían
lanzado aserrín para después
bombardearlos con globos, pero
estos no tenían exactamente agua...

Al final del día, Ajax y su
bando habían acabado atados a
un árbol cerca del instituto, con la
palabra 'Loser' escrita en sus frentes y en calzoncillos, mientras sus ropas guindaban en las ramas del árbol. Algo un poco inmaduro, pero que sabían los demás, esos chicos se lo merecían.

Pero ese había sido el último día
que Enid había visto a su exnovio,
pues agradecía no toparse más
con él, pues hallaría la manera de
matarlo en ese mismo instante.

"Hola, Ens" saludo Weds a la rubia.

Enid se encontraba en su casillero,
buscando los libros para ingresar a su primera clase del día; historia,
clase que ambas compartían.

"Hola, Weds" respondió animada.

"Mmm... venía a verte. Para ir
juntas al salón" dijo rápidamente,
completamente sonrojada. Enid
sonrió, feliz por cada pequeño
detalle de la ojinegra.

Había pasado un mes completo
desde la expulsión de Ajax
y sus amigos, y la relación entre
ambas cada día era mejor. La
rubia no podía pasar un día sin
darle un par de besos a la ojinegra,
pues se moría de ternura con lo
bella y atenta que esta era.

"Claro, Weds" contesto Enid,
terminando de colocarse la mochila
y cerrando su casillero "Vamos"
dijo, extendiendo su mano.

Weds rápidamente la tomo,
entrelazando sus dedos y sonrojándose más, si era posible,
mientras veía sus dedos enredados con los del amor de su vida.

Suspiro, todo se volvía mejor cada
día. Esperaba nada lo arruinara.

****

Las primeras horas de clase habían
pasado y la mayoría de estudiantes
ya se encontraban en la cafetería,
entre ellos los amigos de la rubia
y la ojinegra, mientras ellas, bueno.
Ellas se encontraban en el cuarto
del conserje, mientras sus labios se
movían hambrientos.

Minutos atrás, Weds se encontraba
caminando junto a Eugene en
dirección a la cafetería, mientras
hablaban concentrados acerca de
los entrenamientos, no se dieron
cuenta de cierta rubia que los
veía, esperando a que llegaran a su altura. Cuando ambos llegaron
hasta la puerta del conserje, una
mano tomo fuertemente el brazo de
Weds, metiéndola en la habitación
rápidamente y cerrándola con
seguro.

"¡¿Qué carajos?!" exclamo la
ojinegra, segundos después unos
labios muy familiares se posaron
sobre los suyos, mientras unas
manos la tomaban firmemente de
las caderas "Enid..." suspiro Weds,
regresándole el beso y envolviendo
sus brazos alrededor de la cintura
de la rubia.

"Weds..." suspiro la rubia.

Mientras, Eugene se encontraba
extrañado por la situación, pero al
acercarse y escuchar los suspiros de
ambas, y entender que había sido
Enid, asintió sonriente, dejándolas
en su burbuja y caminando hacia su destino.

"Ens." volvió a suspirar la ojinegra,
los labios de la rubia habían
abandonado los suyos, instalándose
en su cuello, dejando pequeños
y húmedos besos "...debemos,
debemos parar ahora" rogo la
ojinegra, sintiendo como, poco
poco, su miembro iba cobrando
vida dentro de sus pantalones.

"Mmm... no" dijo Enid, atacando
nuevamente los labios de la
ojinegra, pegándola más a su
cuerpo, sintiendo su erección
"Alguien despertó" comento,
sonriente. Enid era feliz por el
simple hecho de saber que solo ella
podía causar esas sensaciones en la
ojinegra.

"E-Ens, por favor" rogo nuevamente
la ojinegra, incapaz de detenerla.

Weds realmente necesitaba que
la rubia se detuviera. Desde la
primera vez que se habían besado,
solo cuatro veces la rubia
había intentado llegar a más, casi
suplicándole a la ojinegra. Pero
estaba más que claro que ella no lo
quería, aún.

La ojinegra necesitaba estar clara
en cuanto a los sentimientos de la
rubia, saber que no es un simple
experimento, y aunque Enid se
lo había demostrado varias veces,
quedaba siempre ese miedo de ser
solo un juego, después de todo, las
palabras de Ajax se habían calado en lo más profundo de su ser, y ese era su principal miedo, llegar a descubrir que él siempre tuvo la razón.

Enid dejo un último beso en los
labios de la ojinegra, alejando sus rostros para así poder verla a los
ojos "Esta bien, Weds"

Weds abrió sus ojos al escuchar
a la rubia "Gracias" suspiro,
enterrando su rostro en el cuello de
la rubia y aspirando su aroma.

"Dime, Weds ¿Cómo quieres que
me quede quieta si te pones a
respirar en mi cuello?" pregunto
burlonamente.

Rápidamente la ojinegra se
alejó, mirándola a los ojos como
cachorrito arrepentido "Lo siento"
murmuro.

Enid carcajeo "Era broma, Weds,
sentir tu respiración en mi cuello es
una de mis cosas favoritas" confesó,
dejando un beso en la nariz de la
ojinegra.

Weds sonriendo, volvió a esconderse en el cuello de la rubia.

"¿Ens?" llamo la ojinegra, habían
pasado unos dos minutos
en completo silencio, solo
abrazándose. Pero en la cabeza de
Weds rondaba una idea, necesitaba
preguntárselo ya a Enid o
explotaría.

"Si" respondió, acariciando la
espalda de Weds.

La ojinegra se separó del cuello de
la rubia, sus rostros casi pegados,
sus ojos mirándose intensamente.

"¿Quieres salir conmigo?" pregunto
nerviosa, Enid sonrió "En una cita,
me refiero"

La rubia rió suavemente "Claro
que si, ojitos" respondió feliz.

Weds sonrió y escondió nuevamente su rostro en el cuello de la rubia.

"¡Gracias!" exclamo feliz la ojinegra.

"¿Por qué? ¿Por aceptar?" pregunto
la rubia.

"Por llegar a mi vida"

ELLOS NO SABEN NADA DE NOSOTROSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora