CAPITULO 22

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La semana iba a acabar, y por las
muestras de afecto que se daban
Weds y Enid en la escuela, muchos
pensaban ya que ellas eran novias,
pero aún ninguna de las dos había
hecho la pregunta. Estaba claro
que estaban enamoradas y tenían
sentimientos mutuos, pero alguna
de ellas debía tomar la iniciativa, y Enid sabía que Weds no sería esa.

La rubia deseaba que la ojinegra
le pidiera ser su novia, pero
entendía sus inseguridades, por lo
cual ella pensaba proponérselo y
estaba completamente segura, que
de ese fin de semana, dejaría de ser soltera.

Ella había visto a muchas chicas
mirar a Weds más de lo debido,
sobre todo, a su entrepierna
mientras se mordían el labio. Enid
no podía permitir eso, Weds era de
ella, y le molestaba mucho ver esas
insinuaciones en las miradas de
varias chicas, como Carolina, ella
era una chica de intercambio, venia
de Londres, y la palabra hermosa
quedaba corta para lo diosa que era
esa mujer.

Le causaba terror que Weds se fijara en alguien como ella, Carolina era preciosa y Enid lo sabía, pero confiaba plenamente en los sentimientos de la ojinegra, sabía que Weds estaba enamorada de ella, y era lo que importaba.

Pidió ayuda a sus mejores amigas,
pero aparte, estaban Lia, Sol, Mariana y Becca, ellas conocían
muy bien a la ojinegra, y estuvo
investigando con ellas, más cosas
sobre Weds, que ella aun no sabía.

Enid se enteró que a Weds le
gustaba patinar sobre hielo, por lo
que opto por llevarla a la pista de
hielo en primer lugar. Luego irían a
una feria a las afueras de la ciudad
y en la noche cenarían.

"¿Dónde vamos?" pregunto la
ojinegra, por décima vez, mientras
la rubia manejaba por las calles
de Chicago.

"Weds... ya vamos a llegar, además te gustara, lo promneto" dijo Enid,
deteniéndose en un semáforo.

"Está bien" suspiro la ojinegra,
haciendo un puchero.

"¿Sabes que me encantas cuando haces tus pucheros?" preguntó
Enid.

Weds sonrió.

"A mí me encantas, también" dijo la
ojinegra.

"Eso ya lo sé" dijo Enid, lanzándole
un beso a Weds, mientras entraba en el estacionamiento.

Weds suspiro, observando el lugar,
reconociéndolo al instante.

"¿Me trajiste a patinar sobre hielo?"
pregunto, emocionada.

"Supe por ahí, que te gustaba
mucho" respondió Enid, apagando
el motor.

"Si, me gusta mucho" dijo Weds.

Ambas bajaron del auto de la rubia y caminaron, tomadas de la
mano, al interior del lugar. Pidieron
dos pares de patines y entraron en
la pista, en un inicio, a Enid se le
hizo difícil patinar libremente, pero
poco a poco, y con ayuda de Weds,
logro hacerlo fácilmente.

Se tomaron de las manos y
patinaron juntas por toda la pista,
en un momento, Weds se apartó y
patino con más rapidez y agilidad,
sorprendiendo a Enid.

"Woow... eso fue sorprendente" dijo
la rubia, abrazando a la ojinegra
por sus hombros.

"Lo siento, es que me gusta mucho
patinar sobre hielo" dijo la ojinegra,
abrazándose a la rubia por la
cintura.

"Me gustó mucho" asintió Enid,
acercando sus labios a los de Weds.

Se besaron por varios minutos en
el centro de la pista de patinaje,
mientras las demás personas
continuaban patinando a su
alrededor, y sin importarles quien
las viera. Ellas se querían y no les
daba vergüenza demostrarlo.

ELLOS NO SABEN NADA DE NOSOTROSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora