CAPITULO 30

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Weds sonrió caminando hacia
donde se encontraban Enid y sus
amigos. Los nervios que había
tenido antes poco a poco habían
desaparecido mientras daba su
discurso de despedida frente a todos sus compañeros y maestros, y frente a todos los invitados presentes. Todo finalmente había acabado y ella junto a su novia pronto estarían empezando un nuevo inicio en la Universidad.

"Estuviste estupenda, amor" susurró Enid, dejando un beso en los labios de Weds y entrelazando sus manos.

Weds solo le sonrió como respuesta,
aún estaba algo impresionada por
no haberse desmayado frente a
todos esos alumnos. La ojinegra
creía que llegaría a vomitar incluso,
sin embargo supo controlar su
nerviosismo. Acaricio la mano
de su rubia, quien charlaba
animadamente con Sol a su lado.
Había acabado finalmente la
tortura que sufrió en la escuela
secundaria, tenía a su lado, tomada
de la mano, a la chica que había
amado desde el primer día en que
su mirada se cruzó con aquellos
maravillosos ojos azules, y aquella
esplendida sonrisa.

Tenía todo lo que un día soñó, y
pensó nunca tener. Y estaba más
que feliz y orgullosa de sí misma.

**

Weds observo cada pequeño detalle de su novia durmiendo junto
a ella, en aquel mueble del Jet
privado de su papá. Frente a ellas se
encontraban las chicas conversando animadamente, mientras que los chicos jugaban en la Play Station. No faltaba mucho para llegar a su destino: Amsterdam, donde pasarían un par de días, para luego viajar a Paris y España. Aquello había sido un regalo de graduación de parte de sus padres, y el padre de Weds dispuso con total amabilidad su jet para los chicos.

Cuando finalmente el piloto les
avisó que estaban llegando, y pidió
amablemente que se colocaran los
cinturones, Weds empezó a acariciar el rostro de su novia, tratando de despertarla. Enid suspiró al sentir los labios de su ojinegra besando su mejilla y sonrió, empezando a abrir los ojos lentamente.

"No quería despertarte, preciosa,
pero vamos a llegar" dijo Weds,
dejando un pico sobre los labios de
Enid.

"DARÍO, DESPIERTA" gritó Becca
a su hermano mayor, que dormía
plácidamente.

Era de esperarse que la menor
viajara con ellos, pues su novio Raúl era parte del grupo de graduados. Sin embargo, no dejaban de ser un grupo de adolescentes y al dejar el país debían ir en compañía de un
adulto responsable. En este caso,
solo tenemos al adulto y un cuarto
de responsabilidad.

Darío gruñó y se revolvió en su
asiento, ajustándose su antifaz para
dormir.

"Weds, has que Darío se coloque el
cinturón" dijo Becca, apuntando al adulto.

"Da, despierta que estamos por
aterrizar" dijo Weds, inclinándose
para mover el hombro del chico,
que estaba sentada cerca de ella.

Darío suspiró y subió su antifaz
hasta dejar sus ojos descubiertos.
Miró a su hermana y le sonrió para
después colocarse el cinturón.

"¿Contenta?" preguntó Darío.

Weds asintió y le mostró su dedo
pulgar. Darío asintió y se colocó
nuevamente el antifaz, para
seguir drmiendo. Weds solo negó,
dejando escapar una risita mientras
escuchaba a los demás reír a
carcajadas. Darío era el mayor en
edad, pero seguía siendo un niño en
cuanto a su comportamiento.

Cuando bajaron del jet, una minivan esperaba por ellos para
llevarlos al hotel en el que estarían
hospedados. Las habitaciones
habían sido separadas para los
chicos y las chicas, en el caso de
Weds, ella tendría una habitación
con su hermano mayor.

ELLOS NO SABEN NADA DE NOSOTROSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora