CAPITULO 20

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Iban a dar las nueve de la noche
cuando la rubia despertó, había
tenido una muy buena siesta
pero debía comer algo o moriría
de hambre. No quería dejar sola
a Weds, pero su estómago gruñía
sin parar, un par de minutos no
serían la gran cosa, así que iría a la
cafetería y compraría un sándwich.

No pasaron ni diez minutos
cuando ya estaba de regreso en la
habitación. Enid definitivamente
no se quería separar ni siquiera
un minuto de su linda ojinegra, le
encantaba ver su rostro tranquilo,
dormía plácidamente pero realmente la espera le estaba
cansando, ella necesitaba volver a
ver sus bonitos ojos, y sobre todo,
escuchar su voz. La extrañaba
demasiado.

"¿Quieres ver tele?" pregunto
después de salir del baño con
el pijama puesto "¿Si?" volvió a
cuestionar mientras cerraba la
puerta de la habitación y se dirigía
a la camilla, tomando el control
remoto. "Veamos que encontramos
por aquí, cariño" suspiro Enid,
encendiendo el aparato frente a
ellas.

Los canales iban cambiando a cada
segundo, nada parecía agradarle en
esos momentos a la rubia, pero
necesitaba encontrar algo para
distraerse, había estado durmiendo
gran parte de la tarde junto a la
ojinegra y el sueño se le había
escapado.

"Bueno... esto se ve bien" asintió,
deteniéndose en un canal de
películas. No sabía cómo se
llamaba, pero Jennifer Anniston
trabajaba ahí, por lo que supuso
debía ser buena.

Enid pasó su brazo por debajo de
su cabeza, acomodándose mejor
en la cama, sintiendo como Weds
se acercaba a su cuerpo. No era
la primera vez que lo hacía, pero
normalmente eran pequeños
movimientos, nada comparado a
los de ahora. Era como si la ojinegra
buscara acurrucarse lo que más
pudiera al cuerpo de su linda
rubia.

Enid sonrió, y saco su brazo de
debajo de su cabeza, para rodear
los hombros de Weds. Suspirando
ambas al sentirse cerca.

La película no había sido mala,
pero tampoco era lo que Enid
esperaba. Aunque siéndoles sincera, la rubia no pudo concentrarse en ella, pues la ojinegra ocupaba toda su atención.

"Creo que es hora de dormir, cielo"
asintió Enid observando la hora
en su celular, daban las doce de la
noche con veintidós minutos.

La rubia se bajó de la camilla,
colocándose las zapatillas y camino
hasta el interruptor, apagando
la luz. Enid volvió a la cama,
acostándose junto a su ojinegra y
acurrucándose contra su cuerpo.

"¿Te tardas en despertar?" preguntó
la rubia "Es que te extraño
mucho, Weds" Enid escondió el
rostro en el pecho de la ojinegra,
necesitaba tranquilizarse, no podía
empezar a llorar en ese momento.

"Lo siento, guapa" se disculpó "Pero
es que me pone mal verte así"
asintió, jugando con los mechones
de Weds "Cuando despiertes quiero
ser la primer persona a la que veas.
Déjame ser la primer persona a la
que veas" bostezo, permitiéndose
dejar llevar por el sueño.

****

Enid no sabía qué hora era, quizás
las cuatro de la mañana, pero eso
no era lo importante. Weds se movía furiosamente en la cama, como si estuviera teniendo pesadillas... mejor dicho, la ojinegra estaba teniendo pesadillas.

"Weds... Weds, tranquila" la rubia
no tardo nada en despertar y
bajarse de la cama, buscando
darle espacio a la menor "Calma
bebé..." estaba sollozando en esos
momentos, no sabía qué hacer.

"Shh..." empezó a arrullarla
"Loving can hurt, loving can hurt
sometimes. But it's the only thing
that I know. When it gets hard, you
know it can get hard sometimes.
It is the only thing that makes
us feel alive. We keep this love
in a photograph. We made these
memories for ourselves. Where our
eyes are never closing. Hearts are
never broken. And time's forever
frozen still." Canto en voz baja,
tratando de calmar a la ojinegra,
lográndolo poco a poco "So you can
keep me. Inside the pocket of your
ripped jeans. Holding me closer 'til
Our eyes meet. You won't ever be
alone, wait for me to come home"

Weds se calmó, su respiración logro
estabilizarse y la rubia suspiro
feliz.

Sonriente, regreso a la camilla,
acostándose junto a la ojinegra nuevamente.

"Ens..." murmuraba Weds bajito
"Ens..."

Enid volvió a bajar de la cama.
Weds no había hablado desde que
entró en coma. La rubia se quedó
de pie junto a la cama, mientras
acariciaba la mano de la ojinegra.

"Si, Weds, aquí estoy" susurro Enid.

"Ens..." continuaba murmurando.

Lentamente la rubia observo
como Weds intentaba abrir los
ojos, ella estaba despertando,
definitivamente lo estaba haciendo.

"Tranquila, cariño, aquí estoy"
susurraba la rubia.

Y al fin, después de semanas sin ver
esos ojos negros, Enid volvía a apreciarlos. Weds le miraba
directamente a los ojos, sonriendo,
casi inconsciente.

Weds había despertado.

"Weds..." sollozo la rubia.

"Ens..." suspiro la ojinegra.

Enid se echó a los brazos de la
ojinegra, hundiendo su rostro en el
hueco de su cuello. Ella sabía que
debía avisar a los médicos, pero
necesitaba ese momento, necesitaba un momento junto a la ojinegra.

Pronto la rubia se encontraba
fuera del cuarto de la ojinegra,
aunque no le haya gustado, ella
tuvo que llamar al médico de la
ojinegra que esta había despertado,
y la sacaron pues debía examinar a
Weds.

Enid envió un mensaje a todos sus
amigos, incluidos los hermanos de
la ojinegra, y después llamo a los
padres de esta, quienes estaban de
camino en ese mismo instante.

"Doctor ¿Cómo esta nuestra hija?"
preguntó Homero cuando vio
al médico de su hija salir de la
habitación.

"Ella está bien, descartamos pérdida de memoria" asintió sonriente "Sabemos que reconoció a la señorita enseguida" señalo a Enid, que estaba junto a Becca y los
gemelos, era muy tarde para estar
MariFer fuera de casa "Solo tiene
un pequeño déficit en el habla, no
puede completar oraciones y su
mano derecha no la puede mover
con facilidad, pero eso podemos
arreglarlo con terapia. Todo está en
orden con la señorita Wednesday" les sonrió.

"Gracias Doc." Agradeció Homero,
feliz por la noticia.

"Normalmente no les permitiriá
pasar a verla ahora, pero dada las
circunstancias y la hora que es,
pueden hacerlo. Además ella está
ansiosa porque la señorita vuelva a
la habitación" señalo nuevamente
a la rubia, quien se sonrojo
tímidamente.

"Nuevamente, muchas gracias
doctor" esta vez fue Morticia,
quien rápidamente entro en la
habitación, seguida de una animosa
rubia y sus hijos. Homero fue el
último y no pudo evitar reír al ver a
su esposa sentada sobre la camilla,
abrazada fuertemente a su hija.

Enid estaba sentada del otro lado
de la camilla, con la mano de la
ojinegra entre las suyas. Weds había despertado y ella fue la primera persona a la que vio, y eso la hacía completamente feliz.

ELLOS NO SABEN NADA DE NOSOTROSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora