Dominus |KookHope| #1.5

💎 Dos 💎

HOSEOK

Creo haber cumplido con mi deber de amigo cuando animé a Jimin a ir al club en el momento en que entró en pánico. Sabía que ese estilo de vida era lo que le gustaba, sabía que lo quería profundamente, pero estaba asustado. De lo rápido que estaba yendo todo con el hombre con el que había conectado.

Cómo su amigo, podría haber apoyado su decisión alejarse, sobre todo porque parecía ser el único ciego a lo obvio y no se daba cuenta de que el tipo del que tanto hablaba, a quien se refería como su maestro, era también nuestro profesor. Nada podría salir bien de eso, pero conozco a mi amigo y más que un gusto, la práctica es un método, una puerta de salida, un salvavidas a la ansiedad que tanto odio ver consumir a Jimin sin poder hacer nada.

El señor Min parece ser el terror de la facultad, pero también podría ser todo lo que Jimin ha estado necesitando.

Nunca lo sabría si no volvía al club y dependía de mi asegurarme de que lo hiciera, de que siguiera adelante y se enfrentará a las consecuencias cuando llegara el momento de descubrir la identidad del maestro dominante que lo tenía tan embelesado.

Entrar ahí como un no interesado era obvio. Siempre le hice bromas a Jimin sobre el aspecto sumiso de una relación de ese tipo, pero cada vez que tomaba su computadora portátil y esculcaba en su historial, más aumentaba la curiosidad en mi. Cada vez que veía a Jimin regresar a la habitación, lleno de marcas en el cuerpo, pero totalmente feliz y desestresado me preguntaba qué tan bueno era lo que estaba experimentando y me asombraba lo relajado que estaba incluso días después de un encuentro y lo fácil que se volvía estudiar y olvidarse de la ansiedad.

No tengo ese tipo de problemas. Nunca se me exigió tanto como la madre de Jimin lo hizo durante años y años. Nunca tuve el peso de las expectativas sobre mi, pero habiendo crecido con Jimin en sus años más difíciles, me sentí responsable de ayudarlo, aunque obviamente mi ayuda no era suficiente y me alegré cuando encontró la correcta.

Fue abrumador ver de cerca todo lo que había visto solo en galerías de fotos de esos foros y páginas de internet y la curiosidad se volvió emoción. No sabía qué tan cierto era que se podía encontrar placer en el dolor, o que las conexiones entre dos personas que jugaban juntas podrían ser tan intensas como las relataba Jimin constantemente. Lo único que sabía en el momento en que entré a Dominans, era que quería aprender más y tener algo de esa felicidad que mi amigo irradiaba cada vez más. No soy envidioso, y, sin embargo, quiero algo para mi. Quiero compañía, dedicación, cuidado y una conexión más allá de una noche. Mucho más que juegos y placer. Quiero pertenecer.

El anfitrión del club acudió en nuestro auxilio cuando mi broma de Jimin podría jugar con el tipo gordo vestido de cuero se empezó a salir de control. Nunca quise que Jimin se fuera con alguien más, pero tenía que valerme de algo para hacerle entender que no sería igual con alguien más que con el señor Min, aunque él no supiera que era realmente nuestro profesor.

Que el hombre sexy cubierto de tatuajes y con el rostro cubierto me empujara a un recorrido cuando el señor Min apareció fue emocionante y me encontré a mi mismo incapaz de detener el vómito de preguntas con cada cosa nueva que veía.

Jeon Jungkook no se esconde detrás del antifaz por intimidad, es la etiqueta de las noches en las que Jimin viene y juega. Conozco su rostro de las fotos en el sitio web del club y es tan hermoso como si fuera realeza. Un par de centímetros más alto que yo y una mirada velada que me eriza la piel. La postura firme y esa energía vibrante que hace que su presencia se note.

En su compañía me sentí pequeño y no por la diferencia de altura, sino por la intensidad de su mirada. Me imaginé de rodillas por él, con su mano alrededor de mi garganta y su sonrisa astuta reduciéndome a nada. Quizás estaba viendo más de lo que realmente era, pero la forma en que respondía mis preguntas, el tono suave y paciente mientras más y más preguntaba, la facilidad para explicar cada pequeña cosa viéndome directo a la cara. Todo eso me habló de la experiencia de vida o de un amplio conocimiento listo para ser compartido, transmitido en la práctica.