💎 Catorce 💎

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JUNGKOOK

El verdadero poder es el que se otorga y no el que se despoja. Lo aprendí cuando aún era muy joven, lo recordé después de muchos años. Tengo un poder inimaginable y me lo ha concedido la persona a la que más quiero en este mundo. El chico que llegó a apartar las nubes de tormenta que se cernían sobre mi cabeza y me iluminó como el más brillante sol.

—¿Está todo listo?

—Lo está, Amo.

Hoseok es, ahora, mucho más que mi sumiso, es mi compañero, mi amigo más íntimo. Es parte de las noches de Dominans tanto como yo.

Taehyung es parte del pasado y debió serlo desde hace tiempo. Como una experiencia y un poco de un mal recuerdo. Después de todo, aprendí mucho de él, sobre todo lo que no se debe hacer. Él fue mi ejemplo de lo que nunca quiero o debo llegar a ser. Nunca volvió al club y no extrañé que lo hiciera. Tengo un presente y un futuro que mantienen el pasado a raya y eso está muy bien.

—¿Jimin está listo?

—Está atrás con Jin, en una de las habitaciones.

El pasado se fue y el futuro puede esperar. El presente, es ahora, un mes después de darle a Hoseok una pulsera de entrenamiento, cuando mi pequeño rayo de sol prepara el club para una ocasión especial. Un escalón más en su entrenamiento y su aprendizaje. Hoy, por primera vez, Dominans presenciará una ceremonia y me entusiasma que Hoseok la atestigüe porque pronto será la nuestra, aunque él no lo sabe.

Hoy, es el día en que Yoongi lo hará oficial para él y para Jimin. Hoseok se encargó de gran parte de los preparativos con la ayuda de Jin, y el club permanecerá cerrado para el público, a excepción de unos cuantos invitados especiales. Jackson entre ellos, con el lindo muñequito que cuelga de su brazo y salta sobre sus pies como un niño excitado mientras sostiene un peluche de oso y viste un traje de marinero.

Una pequeña corriente de arrogancia me recorre al saber que no es mi Hobi, mi sol, mi chico el que cuelga de él, aunque las cosas no hayan sido serias entre ellos en su momento.

Observo el club mientras doy un giro en el centro de trescientos sesenta grados. Esto es lo que creé como mi método salvavidas, el que también se convirtió en mi prisión al permitir que mis miedos me persiguieran en mi lugar seguro, pero ahora es sólo mi orgullo, mi casa, el hogar de mis más preciados recuerdos, el lugar donde conocí la luz que me hacía falta.

—Amo. —El susurro de Hoseok me llega a mis espaldas.

—¿Sí, mi sol?

—Es hora.

Yoongi está de pie en el centro del escenario, listo como si fuera el día de su boda, pero esto es casi exactamente lo mismo en nuestro mundo. Es un compromiso permanente el que está a punto de conseguir y no podría estar más feliz por él y totalmente agradecido de que me haya elegido a mi para presidir la ceremonia.

No soy un juez, ni un predicador, pero como su mejor amigo y anfitrión de este club me siento en el deber y con el honor. También lo hago como dominante. Es lo que soy, lo que siempre fui y lo que siempre seré.

Hay dos hileras de sillas dispuestas frente a la pequeña plataforma en la que se presentan los espectáculos en las noches de antifaz donde espera Yoongi. Jackson y su chico ocupan sus lugares. NamJoon es otro de nuestros invitados y espera junto al lugar de Jin, vacío mientras él llega. Hoseok abre el camino para Jimin y Jin va detrás de él. No hay velos ni vestidos blancos, ni pastel. En cambio, hay mucho cuero y color negro para decorar. Rosas rojas en floreros y luces de colores reflectando en las paredes y el techo. No hay anillos para intercambiar, pero he visto el candado que Yoongi mandó hacer para ajustarse al collar de Jimin que descansa en una almohadilla en el podio improvisado que hemos puesto en el escenario. En secreto, también he mandado a hacer el collar que le daré a Hoseok cuando sea nuestro momento.

La sonrisa de Jimin es brillante, el rubor en sus mejillas lo hace ver como un ángel rodeado de todo ese pelo rubio. Es un chico especial para un Dom especial, pero nunca podría compararse con mi sol.

Él está hecho para mi y solo para mi. Él tiene todo lo que yo necesito y yo le doy lo que le hace falta. Si quiere tener un propósito, si quiere complacer, seré a quien complazca. A cambio, le haré feliz y tomaré el dominio de su vida.

***

Con nuestros amigos como testigos, la ceremonia se lleva a cabo en poco tiempo. El collar de Jimin luce perfecto en su cuello. El candado lleva un zafiro incrustado en la parte posterior del cuello y es liviano como una pluma.

No me pierdo la mirada anhelante de Hoseok al ver a su amigo tan feliz. Es feliz por Jimin y Yoongi al igual que yo lo soy, pero espero verlo mucho más feliz cuando sea él arriba del escenario recibiendo su propio collar. Espero que le guste el rubí que pedí engarzar al centro de la cadena de plata martillada que encargué. El candado tendrá una sola llave y la llevaré al cuello todos los días de mi vida.

—Pequeño rayo de sol —llamo a mi chico a un lado de la pequeña reunión junto a la barra donde hemos estado celebrando la nueva unión.

—¿Sí, Amo?

—¿Te gustó la ceremonia?

—Me gustó, Amo. Es casi la misma dinámica de una boda, pero diferente.

—Lo es. —Confirmo. —¿Te gustaría tener una algún día?

La linda sonrisa de mi sol se abre a esos dulces hoyuelos que no hacen más que hacerlo ver mucho más adorable.

—Depende de si mi amo me quitará esto —dice con confianza mientras levanta la mano donde lleva la pulsera de entrenamiento y levanta una ceja con arrogancia. Me encanta lo para nada tímido que es. —Y si el collar va acompañado de un te amo.

Aun no lo sabes, mi pequeño sol, pienso a la vez que sonrío.

Con mi copa de jugo en una mano y los dedos de la otra rozando la pulsera en su mano, le miro a los ojos mientras le digo: —No tengo un collar justo ahora, cariño. Pero, te amo.

No necesito decir más para que me crea. Mi mirada fija en la suya es toda la confirmación y seguridad que necesita de que mis palabras son honestas.

—Pensé que no lo dirías —dice con una risita.

—¿Lo sabías?

—Lo he sabido desde que descubrí que también te amo. No estaba seguro de si estabas listo para decirlo o escucharlo.

—Para ti, siempre estoy listo, cariño.

Hoseok me toma de la mano y me lleva hasta la oficina. Aquí es donde básicamente comenzó todo.

—Domíname —me dice como esa primera vez.

En lugar del no con el que respondí en ese entonces, le doy mi más lasciva sonrisa y lo acecho contra la puerta. Su respiración se engancha y luego sale en un jadeo cuando lo cubro con mi cuerpo más ancho.

—De rodillas —le ordeno.

Hoseok dulcemente obedece.

Así es como debe ser. Él es perfecto para mi y la pieza clave que le faltaba a mi vida. Él es mi sumiso y yo soy su dominante.

Su amo.

FIN

Dominus |KookHope| #1.5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora