💎 Diez 💎

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HOSEOK   (Segunda parte)

—Toma —Jimin me ofrece una bolsa de terciopelo negro.

Dentro hay un antifaz nuevo y se siente como un deja vú a la inversa. Una vez fui yo quien le regaló uno de estos a Jimin y lo convenció de ir a Dominans.

El antifaz es ridículamente dramático y ni siquiera está diseñado para ocultar el rostro. Es un diseño en un material rígido, pero cómodo que se enreda como si fueran pequeñas ramas de una enredadera elevándose en punta hacia arriba en las sienes y en el centro de las cejas. Lo que más me gusta del delicado antifaz son las aplicaciones de pedrería roja en cada unión del diseño. Pareciera que está destinado a combinar con el habitual de Jungkook y no una elección al azar.

Sobre mi cama individual, hay un conjunto que también eligió Jimin para la ocasión y es una mezcla entre la comodidad y parte de la etiqueta de cuero para una noche en un club BDSM. Hay suficiente cuero y color negro para ser casual, pero sexy.

Me visto antes de arrepentirme y me miro al espejo.

Pantalones jeans ajustados dentro de las botas de motociclista que usé la primera vez con Jungkook, una camisa de manga larga por fuera del pantalón, ceñida por al centro con un cinturón de cuero remachado que es una tira ancha en la parte de la espalda y se cierra al frente con una tira más delgada que resalta la curva de mi cintura y combina con los guanteletes de cuero en las manos. Cuatro tiras delgadas alrededor del dorso de la mano y una suave cubierta en las palmas.

—¿Dónde compraste esto Jimin?

—No eres el único que curiosea en el historial del navegador de su amigo. —Me guiña un ojo. —Sé dónde compras la ropa que me haces ponerme para ir al club. Sólo te devuelvo el favor. —Jimin sonríe complacido con lo que ve y debo decir que yo también lo estoy.

—Gracias —digo con mi propia sonrisa. —¿Nos vamos?

—Oh, no. Yo tengo que ir a casa de mi maestro antes. Tú te encontrarás con el profesor Wang en la entrada del club y luego nos encontraremos adentro.

Con eso, Jimin se va y a mi me toca recorrer las pocas cuadras hasta el club solo.

Doblando la esquina en la calle de Dominans me doy cuenta de que alguien me sigue de cerca. Es temprano, pero hay callejones alrededor que sirven de escondite a los delincuentes y todavía no hay mucha gente en la entrada del club. Me doy la vuelta para tratar de ver algo y me encuentro con la última persona que hubiera deseado ver hoy.

—¿No eres una cosa preciosa?

—Déjame en paz.

La sonrisa astuta estalla en la boca de Taehyung. Si no tuviera la mirada tan fría sería una sonrisa hermosa. Su maldad lo vuelve feo más allá de su apuesto rostro.

—Definitivamente necesitas que alguien te enseñe a comportarte y Jungkook no es el correcto para el trabajo. —Se burla. —Puedo enseñarte como ser un verdadero sumiso. Obediente, silencioso, dispuesto. Nada de esa fanfarronería que tienes.

Taehyung da un paso más cerca de mi y me dan ganas de retroceder más que solo inclinarme hacia atrás, pero no le voy a dar la impresión de que le tengo miedo. No le temo a él, sino a mis acciones y no poder contenerme y darle una bofetada.

—Oh —dice, ladeando la cabeza. —Eso me gusta. Si yo doy un paso al frente, tú retrocedes. Si aprendes eso podría ser un buen amo para ti. Si conoces tu lugar como sumiso y entiendes quien tiene el control, yo podría...

El imbécil está asumiendo que lo dejaría acercarse a mi de esa manera después de lo que le dije la otra noche. Al parecer, quien debe aprender su lugar es él.

—No te tengo miedo, ni estoy tratando de someterme a ti. No te quiero ni te querría como mi amo nunca. Tú no tienes control de nada, ni nadie. No sabes una mierda sobre obtener la sumisión voluntaria de alguien porque te gusta arrebatar el poder, no esperar por él.

—Oh, ya veo. Te lo contó ¿no? —El mierda sonríe todavía más, como si recordar le trajera una satisfacción pasada que todavía pudiera saborear. —Pobre Jungkook, creyendo que sería un buen dominante. Me gustó tanto desde que lo vi la primera vez, que me propuse tenerlo. Era obstinado y tan confiado que creyó que le estaba enseñando todo sobre la dominación, cuando lo que hice fue mostrarle como se ve la sumisión y en el momento adecuado hice que se sometiera. Me gané su confianza y obtuve lo que deseaba. Lástima que solo fuera una vez. Si hubiera tenido más tiempo, habría hecho mucho más con él. Me gustó cuanto se resistió, pero sabes qué... siempre obtengo lo que busco.

—Vete a la mierda, Taehyung.

Mi rabia explotó en un segundo. No importa si Jungkook y yo no funcionamos, si el plan de hoy se va al demonio. No voy a permitir que Taehyung siga pensando que tiene ese tipo de derecho sobre cualquiera.

Una vez Jimin me dijo que hay muchos lobos vestidos de oveja, que en el estilo de vida había personas como Taehyung, cubriendo sus abusos bajo el manto de las preferencias de otros que realmente quieren encontrar una forma de vida y de conexión. Taehyung es ese lobo disfrazado que enmascara sus faltas de respeto con dinámicas de poder que no son más que abusos.

No lo hará conmigo y quizás sea lo que le hace falta para bajarse de su nube. Alguien que no le permita abusar y agredir.

—No importa lo que hayas hecho Taehyung. No me importa lo que creas o piensas. Eres una máscara de tus propios miedos y fantasmas. Si no puedes lograr que alguien confíe en ti de buena gana, si no eres capaz de mantener la sumisión porque nadie está dispuesto a volver a acercarse a ti después de mostrar el verdadero monstruo que eres, entonces vas y lo arrebatas, pero al final del día todo sigue igual. Tú sigues igual. Solo. Y seguirás solo por siempre porque no mereces que nadie confié en ti, no mereces que alguien alguna vez se entregue de buena gana a ti. No conoces ni conocerás la satisfacción de la verdadera sumisión, de que te llamen amo porque no sabes cómo ser uno de verdad. No te tengo miedo, te tengo lástima por lo que podrías haber tenido y no tendrás. Jungkook puede haber caído en tu trampa, otros lo habrán hecho después porque todavía hay quienes todavía repartimos confianza, pero yo no te daría ese poder sobre mi, nunca.

Me sudan las manos dentro de los guanteletes, el corazón me late a mil por hora, pero es catártico por fin poder restregarle a Taehyung en su cara el verdadero monstruo que es. Es satisfactorio ver como su cara se vuelve purpura de rabia y no tiene ni siquiera una palabra que decir para defenderse. La sonrisa descarada se ha esfumado y la seguridad de su postura ya no existe. Puede que sea un experto en reducir a la gente engañando, pero no parece acostumbrado a no salirse con la suya.

—¿Y te llamas sumiso con esa boca insolente que tienes?

Sus últimas patadas de ahogado. No voy a caer.

—¿Te llamas dominante siendo un jodido inseguro que se escuda detrás de los abusos? Porque ¿Cómo le llamas a tu manía de tomar lo que quieres sin habértelo ganado antes? No estás seguro de ser lo que te empeñas en demostrar que eres. Eres una fachada nada más.

—Estúpido niño- —Taehyung se abalanza sobre mi como el cobarde que es. Si no puede herirme con palabras, sólo le queda hacerlo con las manos.

Intento apartarme, pero antes de que pueda acercarse, retrocede de un jalón. Detrás de él, Jimin y el profesor Min lo fulminan con la mirada. No sé cuánto tiempo han estado allí, pero seguro que escucharon algo de lo que me dijo o yo le dije a Taehyung.

—No lo toques —La amenaza velada del profesor es clara en su mirada. —Si sabes lo que te conviene te irás y no volverás a acercarte a Hoseok, Jungkook, ni a nadie del club o tendrás serios problemas.

Habría pensado que la bravuconería de Taehyung seguiría o se haría más grande por la amenaza de un enfrentamiento. Como el cobarde que es, simplemente dio media vuelta y se fue. Pisoteando como un tonto hasta doblar la esquina. Espero que sea la última vez que lo vea.

—¿Estás bien, Hobi?

—Sí. —Consuelo a mi amigo angustiado.

—Bien —dice el señor Min como si nada hubiera pasado. —Tenemos un Amo que conseguirte.

Bueno. Continuemos con el plan.

Dominus |KookHope| #1.5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora