Dominus |KookHope| #1.5

💎 Cinco 💎

JUNGKOOK

—Dominante ¿eh?

—Ummm.

Después de abrirme a Hoseok hace unas noches, sabía que llegaría el día en que también lo hiciera con Yoongi. Sabía que sería esta noche porque no estaba dispuesto a esconder a Hoseok ni lo que sea que estamos haciendo juntos. Simplemente no me comprometo a confirmar la pregunta de Yoongi.

—Lo sabía —dice, observando a los chicos en la barra.

La sonrisa de Hoseok brilla mientras habla con su amigo y tengo el pensamiento de que no quiero decepcionarlo.

—Es algo mucho más complicado que eso.

—No lo es.

—¿Cómo lo sabes?

Quisiera que todo fuera tan simple como Yoongi trata de hacerme creer con sus palabras. Él no conoce el panorama completo y dudo que algún día sea capaz de darle todos los detalles.

—¿Te acuerdas de que hace unas semanas me diste un consejo? —pregunta, pero sé que no espera una respuesta. —Quiero darte el mismo consejo ahora. Es lo mínimo que te debo porque probablemente no tendría a Jimin ahora si no me hubieses dicho mis verdades.

No tenemos mucho tiempo, los chicos están conversando con Jin mientras les sirve bebidas y Yoongi me está dando la privacidad que necesito al haberse apartado de su chico en el club.

—Eres lo que llevas dentro, Jungkook. No lo que otros digan o hagan para manipularte o hacerte cambiar tus sentimientos. Soy tu amigo, pero no espero que me cuentes todos tus secretos. Te conozco lo suficiente para saber que llevas demasiado a cuestas, pero lo que eres, el tipo de hombre que eres es más que el pasado, es mucho más que lo que sea que te haya hecho esconderte. Eres tan dominante como yo, como NamJoon o cualquiera que conozcamos dentro o fuera de este club porque no posees la arrogancia de creerte inquebrantable. La mejor cualidad de un Dom es aceptar que no siempre se tiene el control, incluso de nosotros mismos. —Me dedica una sonrisa amistosa. —No conozco a Jung lo suficiente, pero ese chico parece ser lo que te hace falta para volver a ser tú, o comenzar a ser tú. No te reprimas o le harás daño y te lo harás a ti. Si algún día te sientes listo para hablar conmigo, sabes que estoy dispuesto a escucharte.

—Gracias. —Es todo lo que soy capaz de decir. No me devolvió el consejo, me dio uno propio, pero comprendo cada palabra. El pasado no me define, un momento de debilidad no me determina, Taehyung no trazó el resto de mi vida.

—Y por el amor de Dios, deshazte de ese tipo en el escenario. Los chicos a los que elige para jugar no le tienen confianza.

Probablemente nadie más ha sido tan tonto como yo para confiar en él alguna vez.

***

Nunca diré en voz alta lo nervioso que estoy, pero no voy a defraudar a Hoseok. Él dijo que confiaba en mi y confiaría por los dos, pero se merece que sea seguro de mi mismo, que sea decidido a la hora de entrar en una escena, de estar con él.

—Elige lo que quieras —El estante ha estado ahí más como decoración que para utilizar los artículos, hasta hoy.

La cuerda no era lo que esperaba que tomara. Siempre me gustó el shibari, el arte de atar a un sumiso y el poder que otorga de manipular su cuerpo para tomar y extraer placer, sumisión, control. Cada nudo terminado, para mi, significa un gramo de confianza más que se concede, la entrega del cuerpo enredado en la cuerda es más que la restricción que lo inmoviliza, sino la capacidad de obtener emociones y sensaciones.

La sola atadura es bastante, pero pienso hacer mucho más que elaborar diseños con el cuerpo de mi pequeño niño.

—¿Quieres que te ate? ¿Ser vulnerable a lo que sea que quiera hacer contigo? ¿Eso quieres, mi rayo de sol? —el erotismo en la práctica se entrelaza con cada factor externo: miradas lascivas, voz profunda, postura firme. Hoseok lo quiere, lo veo en sus ojos vidriosos, en su respiración errática, en lo relajado que está su cuerpo. No tiene miedo de ser restringido, no tiene miedo de lo que yo vaya a hacerle una vez que lo tenga a mi merced.