CAPITULO 8

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                   "EL PIERCING"



Yoongi llegó a casa de Jimin, pero no quiso golpear la puerta porque al ver un coche estacionado justo en la entrada, supuso que los padres del rubio se encontraban en casa y moriría de vergüenza que uno de ellos abriera la puerta. Tomo su celular y escribo un mensaje.

Martes, Dic 19

Estoy afuera de tu casa, ¿Podrías salir?
05:03 pm

Pasaron un par de minutos y no recibió respuesta, realmente el llego antes de la hora acordada. Así que decidió, esperar la media hora que faltaba sentado en la acera, pero cinco minutos después escucho que lo llamaban.

-Hola, niño raro.- Jimin lo miraba desde el balcón de su habitación.
Yoongi tuvo que girarse para mirar al chico, quien tenía una linda sonrisa en su rostro.

-Yo... supongo que llegue un poco antes.-

-No importa, bajaré en un minuto.-

Aunque en realidad fueron al menos cinco minutos después cuando Jimin salió de su casa.

Yoongi tuvo que tragar saliva después de ver al chico. Llevaba puesta una playera blanca totalmente lisa junto con una chaqueta de mezclilla y unos malditos jeans demasiado ajustados a sus piernas y a su trasero.

-Vámonos.- El rostro de Jimin lucía radiante, al parecer el chico llevaba puestos lentes de contacto en un color que el pelinegro no podía distinguir ¿quizás eran grises?, también tenía un fina capa de bálsamo labial, haciendo sus gruesos labios brillarán un poco, Yoongi podía estar seguro de que si tan solo se acercaba unos centímetros más, podría oler el delicioso aroma a dulce de fresa que lo volvía loco.

-¿Qué le sucedió a tus ojos?.-

-Diablos, ¿Se ven mal?, ah debí usar los que tienen color.-

-¡No!, yo... creo que se ven bastante bien, hacen que tú rostro brille.- dijo el pelinegro tratando de mostrar desinterés.

Las mejillas de Jimin se pintaron de un bonito rosado.

Después de haber tomado un taxi, los chicos llegaron a un gran centro comercial, era enorme, tenía cuatro niveles, cada uno de ellos con cientos de tiendas, en el cuarto nivel se encontraba la zona de restaurantes y el cine.

Yoongi solo había ido una sola vez a ese tipo de centros comerciales, aquella vez donde acompaño a su hermano a comprar un obsequio de San Valentín para una chica que le gustaba. Tampoco había sentido la necesidad de ir a uno, había mucho ruido, mucha gente, cada tienda tenía música diferente y eso lo agobiaba un poco.

-Aun falta una media hora para que comience la película, quizá podrías ver algunas tiendas.-

-De acuerdo.- Yoongi no tenía idea de qué película verían, pero tampoco le importaba.

Los chicos caminaron observando de vez en cuando los aparadores de las tiendas, hasta que se detuvieron en una joyería. Jimin entro sin decir nada y Yoongi tuvo que seguirlo, el rubio se encontraba mirando a través de una vitrina una gran variedad de pendientes y arracadas.

La sombra de mi corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora