(T/N) era una mortal normal y corriente, tenía todo lo que ella le hacía feliz; Una familia que la quería; un novio amoroso; y unos amigos en los que poder confiar. Todo eso terminó cuando los dioses empezaron a notar de su existencia, y con ello co...
Una vez que entras al Olimpo te conviertes en la presa de los dioses, sobre todo si tienes una gran belleza.
Lo que para mortal corriente vería como una bendición, para (T/N) será su maldición.
Yae Miko, la esposa de la Raiden Shogun, puso sus ojos en ella. Todos saben las intenciones de la Shogun con la chica, incluso Yae Miko lo sabe muy bien.
Además, todos recuerdan uno de los mayores hobbies de Yae Miko.
Asesinar despiadadamente a las amantes de su esposa.
Podría (T/N) sobrevivir en el juego de los dioses?
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~Capítulo 9: Yae Miko~
(T/N) estaba teniendo una conversación agradable con Albedo, el dios del fuego y de la forja. No esperaba terminar siendo mirada por Yae Miko.
Cuando notó su mirada, comenzó a incomodarse. Por qué la estaba mirando tanto? Había hecho algo? Hasta donde ella creía, aún no se había acostado con la Shogun. Ni tenía intenciones de hacerlo, pero como sabemos todos aquí, muchas veces nadie tiene en cuenta tu propio consentimiento a la hora de acostarse contigo.
Todo fue a peor cuando vio que comenzó a acercarse a ella. Todos las miraban, seguramente eran el chisme de los dioses, ahora lo que pasara entre ellas durante la fiesta sería hablado por bastante tiempo (Nota de autora: El chisme le gusta hasta a los dioses)
(T/N) trato de mantener un aspecto tranquilo. Haber vivido tanto tiempo como esclava de Tignari le sirvió de entrenamiento para poder ocultar su miedo y nerviosismo. Aún así, sentía que no había logrado hacer un buen trabajo en ese aspecto. Ahora todos comentarían sobre lo nerviosa que estaba ante la diosa.
Pasó una eternidad, al menos para (T/N), para que Yae Miko comenzará a hablar.
- Veo que no solo quieres a mi esposa, sino que también hablas mucho con mi hijo. - comentó la diosa. - Hablar mucho con su hijo? Si antes de esto no habíamos hablado apenas - Pensó la chica - Los dioses y sus cosas, no debería contradecirla. - Mi señora Yae Miko, yo no pretendo robarle nada a usted. No sería capaz de hacerlo, a comparación de usted, yo no soy nada más que una simple mortal que sirve a los dioses. - No te hagas la tonta, todos sabemos para que estás aquí. - Dijo Yae Miko - Una simple mortal? No creo que seas alguien tan humilde, niñata.
La actitud de Yae Miko se estaba poniendo más enfadada a medida que la conversación avanzaba.
- Te das aires de grandeza, pero tú aquí no eres nadie. Solamente serás el juguete de la Shogun hasta que decida tirarte a la basura, le pasa a todas sus amantes. - Se burló Yae Miko.
Yae Miko iba a pegarle un puñetazo a (T/N), pero Albedo logró detenerla a tiempo.
- Madre, estás formando un espectáculo. No creo que la Shogun esté contenta con verte de esta manera. - Le advirtió Albedo a su madre - No querrás que vuelva a castigarte, verdad?
Yae Miko miró para otro lado, las palabras de su hijo la habían afectados. Aún así, seguía luciendo enfadada.
- Si no quiere que me enfade debería dejar de pensar en esas cosas - Iba a irse, pero su mirada termino parando en el colgante de (T/N). Pareció que lo reconoció de inmediato. - Ese... colgante? Eres la descendiente de...ella?
Yae Miko pasó de enfadada a poner una cara de tristeza/nostalgia, lo cual solo hizo confundir a (T/N). Cómo sus emociones habían podido cambiar tan rápido? La diosa se acercó al colgante lo toco con sus manos, a (T/N) le dio la impresión de que en cualquier momento estallaría a llorar.
- Si...Es el collar - Murmuró Yae Miko.
Todos estaban confundidos, nadie esperaba ese cambio de actitud tan radical en Yae Miko. Tras mirar por unos segundos más el collar, se alejó, parecía volver a su cara seria de antes. Miro a las personas que habían estado observando por algún tipo de chisme.
- No tienen nada más que hacer? Tan aburridos están? - le preguntó a las personas, haciendo que vuelvan a lo suyo.
- Y tú, mortal. - Si?
(T/N) estaba preparada para cualquier insulto, por ello no estaba preparada para las palabras de Yae Miko.
- Ahora que me doy cuenta, tienes un cierto parecido a ella.
