Capítulo 13

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Pequeños detalles

Mientras iban pasando los días, Alhaitham se dió cuenta de pequeños detalles que le gustaban, aunque se le dificultaba admitirlo.
Cada vez que Kaveh limpiaba cualquier parte de la casa, y más que nada la biblioteca, siempre cantaba o tarareaba alguna canción, y apesar de que Alhaitham odia que hagan ruido cuando está leyendo o trabajando, en este único caso, le gustaba. De alguna manera lo hacía sentir relajado, y le ayudaba a despejar su mente.
Hubo varias noches en que Alhaitham se quedaba trabajando en casa hasta tarde, llegando a quedarse dormido en su escritorio, y para la mañana siguiente siempre encontraba una sábana tapándolo, además de un pequeño cojín acomodado cuidadosamente y sin éxito alguno cerca de su rostro. Y usualmente, lo que lo hacía despertarse en esos momentos, era el olor de un café recién hecho, servido en su taza, justo frente a él.
En otras ocasiones, era Kaveh quien se quedaba dormido en el sofá de la sala, con todas sus libretas, lápices y colores por todas partes. Sin ningún problema Alhaitham lo cargaba en sus brazos y lo dejaba en su cama, después volvía a la sala y acomodaba todas las pertenencias del arquitecto. Sin embargo, cuando esto empezó a pasar más seguido, comenzó a sentir que Kaveh lo hacía a propósito, y que ni siquiera estaba dormido de verdad. Pero no había problema con eso, al Escriba le encantaba tenerlo en sus brazos, aunque sea unos momentos.

Por otro lado, Kaveh disfrutaba de algunos detalles de vivir con Alhaitham. Cómo el hecho de que, a pesar de estar ocupado, su "esposo" siempre intentaba leer cerca de él, aunque nunca se sentaba a su lado, siempre se colocaba en frente o en cualquier ángulo donde pudiera verlo, lo que provocaba un sonrojo en Kaveh, pero al mismo tiempo le hacía muy feliz.
Cada vez que Alhaitham llegaba del trabajo, siempre se acercaba a Kaveh y empezaba a platicarle su día, o cualquier asunto interesante que haya pasado en el trabajo, aún sin que el arquitecto se lo pregunte. Igualmente, si llegaba a tener una llamada o mensaje, siempre terminaba platicandoselo, y de alguna manera le parecia muy tierno a Kaveh.
Una noche Kaveh se quedó dormido en el sofá, y a la mañana siguiente se encontraba en su cama. Intento recordar cuando se levantó y caminó hacia su habitación, pero no podía. Pensó en si Alhaitham lo había traído a su cuarto, pero creyó que era imposible, aún así dos días después, fingió estar dormido en el sofá nuevamente, y después de un par de minutos el Escriba llegó, lo movió un poco y lo acomodo sobre sus brazos. Kaveh estaba tan nervioso, que sentía como su cuerpo temblaba, se pegó a su pecho lentamente, tratando de ocultar su rostro sonrojado. Podía sentir su respiración, como su pecho se movía al inhalar y exhalar, el movimiento de todo su cuerpo al caminar, la sensación tan firme y al mismo tiempo suave de sus brazos... A pesar de la baja temperatura, Kaveh comenzó a tener calor, demasiado calor. Cuando lo dejo en su cama, pudo sentir como lo acomodaba, le quitaba los zapatos, lo tapo con una cobija, y unos segundos después, acaricio su cabello. Luego solo se escucharon sus pasos alejarse.
No quería abrir sus ojos, sentía mucha vergüenza, fingir estar dormido solo para "comprobar" lo que había pasado, lo hacía sentirse muy tonto. No entendía por qué tenía tantos sentimientos encontrados. Si, siempre había disfrutado la compañía de Alhaitham, o al menos cuando no terminaban discutiendo de sobremanera. Sin embargo, desde que empezaron a vivir juntos, y todavía más ahora que fingen estar casados, ha podido notar ciertas facetas de Alhaitham que nunca había visto antes. Podrías llamarlo "madurez" pero estos comportamientos no los hacía con nadie más, solo con Kaveh, lo cual, debía admitir, lo hacía sentir especial.

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La semana de conferencias había terminado, y Alhaitham ya tenía solucionado el problema con el acta de matrimonio. Todo parecía marchar tranquilamente, en su cabeza repetía una y otra vez ciertas escenas que había pasado con Kaveh, como aquel abrazo el primer día de las conferencia, y el hecho de que ahora podía tener más contacto físico con él, sin necesidad de alguna excusa; en su casa solía tomar a Kaveh por la cintura todo el tiempo, cada vez que se acercaba a él, o simplemente cuando pasaba por un lado. Además la reacción del arquitecto cada que Alhaitham lo hacía, ese pequeño sobresalto y su piel erizada, lo volvían loco.
Dos suaves golpes contra la puerta de su oficina lo hicieron volver en sí.
— ¿Si? —
— Buen día Escriba Alhaitham —
Quien se encontraba entrando por la puerta era el Matra Nidal, con algunos libros y documentos en sus brazos. A pesar de que Alhaitham esperaba que el Matra estuviera de mal humor, o siguiera molestandolo, se veía muy tranquilo.
— Le hago entrega de estos documentos y tesis que necesitan ser revisadas — comenzó a dejar los documentos en el escritorio frente al Escriba — por cierto Alhaitham, mi esposa y yo queremos ir a cenar a su casa, ya sabe, para convivir un rato —
— El día de hoy no creo poder, me encuentro muy ocupado y llegaré algo tarde —
Contesto la primer excusa que le vino a la mente, aunque fuera muy "cliché".
— Oh no se preocupe, si usted no puede, cenaremos con su esposo, así podremos conocerlo mejor —
El último comentario lo hizo mientras salía de la oficina, sin esperar respuesta alguna. Alhaitham se molestó, ni siquiera le pregunto si podían ir, simplemente se invitó solo. Lo peor era que ahora sí tenía más trabajo, y no quería dejar solo a Kaveh con ellos.
Tomo su celular y le mando un mensaje al arquitecto, comentando la desagradable visita que tendrían, y el hecho de tener que comprar más comida para la cena.
Eran las 4 de la tarde, probablemente el Matra planee llegar entre 7 y 8, así que hará lo posible por desocuparse en dos horas.

Todo por contrato (Alhaitham x Kaveh) BLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora