01 - Su llegada.

15.4K 569 919
                                    

Leon pasaba la gran mayoría del tiempo yendo a sus misiones de larga duración

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Leon pasaba la gran mayoría del tiempo yendo a sus misiones de larga duración. Como agente del gobierno, era indispensable y su presencia se necesitaba en cualquier momento debido a su profesionalismo y habilidades.

Sí, era agotador tener que esperar días (o hasta semanas aproximándose a meses) para que regresara a casa, y, aunque se comunicaban por llamada y mensajes de texto, no era... lo mismo.

Hoy te habló por teléfono diciéndote que había terminado su misión con éxito y volvería lo más pronto posible. Tu corazón se aceleró y no evitaste sentirte feliz por su regreso. La espera fue mucha y preocupante, sin embargo, amabas el hecho de tenerlo nuevamente para ti y sólo para ti. Esa era la recompensa de cada misión, tiempo juntos.

Al momento de llegar, no dudó en enrollar sus brazos en tu cintura y abrazarte con urgencia mientras su aliento calentaba tu cuello e inhalaba tu olor. Su cosa favorita es ser recibido por ti y tu lindo cuerpo, el cuerpo que le pertenece y adora con toda su alma.

—Dios, te extrañé tanto... —su voz expresaba lo cierto que eran sus palabras—. Odio estar lejos de ti.

Se pega a ti con fuerza, puedes sentir que realmente ama tu presencia e irse a sus misiones afecta de alguna manera su estado de ánimo. Suspira profundamente, a lo que cierras los ojos y sobas su cabello con ternura.

—Regresaste, es lo que importa —lo animas con varias palmaditas—. Estoy abrazando por fin a mi lindo esposo.

Leon se separa para mirarte a los ojos, sabes que ama que lo llames así y es un punto débil que esconde. Te ama con toda la sinceridad del mundo, casarse fue la mejor decisión que tomó en su vida.

—Agh, te adoro tanto, tanto.

Su sonrojo se hacía más notorio y vuelve a poner su rostro en tu cuello para tratar de ocultarlo, después ríe contra tu piel al mismo tiempo que toma de tus piernas y te carga, sujetándote de los muslos y comenzando a caminar por la sala, gimes de sorpresa pero sonríes de inmediato por sus acciones. Cuando se trata de ti, nunca muestra cansancio ni molestia, sabe lo mucho que estás en casa sin su compañía, lo cual intenta compensarlo dándote toda la atención y el cariño del mundo, incluso en la intimidad.

Te deposita en el cómodo sillón y acto seguido se sube encima de ti, dejando caer todo su peso sin lastimarte y abraza tu cintura nuevamente. Ama esta posición, ama parecer un niño pequeño junto a ti que muestra su lado sensible y cariñoso. Posa su cabeza en tu pecho y suspira, puedes sentir que está exhausto, las misiones son recurrentes y muy tediosas.

—Bebé... —Él te llama sin mirarte, sus ojos permanecen cerrados, pero por su tono de voz deduces que es algo que desea—. Quiero... necesito amor.

One Shots • Leon KennedyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora