07.5 - Mala suerte.

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Libertad

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Libertad.

Eras tú y nadie más.

No dependías de nadie, no ahora que habías salido de una relación hace poco más de medio año.

A decir verdad, no lo superaste como quisiste. Las altas y bajas fueron tu mayor enemigo, las recaídas fueron comunes a tal punto de estar en cama por días sin levantarte. La ayuda de tus amigos fue muy necesaria en esa etapa.

Pero fue sólo eso, una etapa.

Y las etapas se superan, se avanza. Una verdadera lucha interna que se lleva consigo en el interior finalmente estaba sanando. Tú estabas bien.

Es decir, fue difícil poder olvidarse de aquél chico que era el gran hombre de tu corazón; una razón por la cual vivir y que resolvía cualquier problema que los implicaba a ambos, o solamente a ti. Al final, resultó ser un patán como todos: un sinvergüenza que a tus espaldas salía a ver a una mujer, descubriéndolo de forma torpe y descarada.

—¿Hola? ¡Holaaaa! —Una voz lejana comienza a sonar tan cerca de repente que te sobresalta en el asiento. Claire movía una mano enfrente de ti para llamar tu atención, habías quedado inmóvil.

Parpadeaste repetidas veces y miraste a tu alrededor. Tu mente estaba ida en quién sabe dónde, cosa que era muy común y más en estos tiempos de duelo. Te aclaras la garganta y te acomodas en el asiento, mirándola con una sonrisa apenada.

—Lo siento —murmuras—, mi mente está en otro lado.

—Descuida —te comprende y alza su dedo pulgar—, estamos por llegar. ¿Quién diría que ____ saldría de casa por primera vez en meses y justamente hacia un bar loco y lleno de borrachos? ¡Es estupendo! Mi abuela no lo creería jamás.

—Ella está muerta —Responde Jill, quien está en el asiento copiloto del auto. Nos mira y asoma una sonrisa burlona—, pero si estuviera viva igual no lo creería.

Claire le propicia un golpe en el hombro y una risa masculina resuena en el pequeño espacio: Chris. Él se dispuso a llevarte a ti y a las chicas a ese bar por cuestiones de seguridad, aunque habían unas claras intenciones de quedarse y beber también. Su presencia alivianaba el ambiente, pero no tanto como para que estuvieras en un estado cómodo.

Simple: aún mantenía contacto con Leon. Tu ex.

No lo culpas, su amistad es más que cualquier otra cosa en el mundo y se han ayudado mutuamente, sin embargo, aún sabiendo lo que te hizo y lo que su amigo trató de ocultar te hace preguntarte si realmente él es parte de la justicia o tiene una lucha sobre si traicionar a su camarada o no. Lo miraste de reojo y te apoyaste en la ventana, ignorando su presencia.

One Shots • Leon KennedyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora