«No seré gentil. No mereces gentileza, mereces una follada increíblemente dura».
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• Pequeñas historias sobre Leon Kennedy x Reader con clasificaciones distintas.
• Contenido explícito, lenguaje maduro.
• Escritos de mi propiedad. No copiar...
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"¿Dónde está Leon?"
Te preguntaste al despertar por la mañana y no sentir su cuerpo cerca de ti. La luz del sol aún no se asomaba por la ventana, lo que daba a entender que era temprano. Abriste los ojos poco a poco para acostumbrarte al ambiente y seguiste moviendo las manos a lado tuyo de la cama, confirmando que Leon no estaba. Era poco común que se levantase antes que tú, tenía la manía de dormir mucho y su sueño pesado le impedía siquiera mover una extremidad durante la noche.
"A menos que se haya caído y esté durmiendo en el frío suelo", te imaginaste y sonreíste bobamente.
Bostezaste y cubriste con la sábana tu cuerpo desnudo, el ambiente cálido calentaba tu piel y se sentía bien. Te sentaste en la cama mientras peinabas el desastre de tu cabello y miraste el reloj: las ocho de la mañana suena una pesadilla para cualquier ser humano que duerme más de doce horas, y ese es tu novio.
—¿Leon?
Dijiste en voz baja pero no obtuviste respuesta, frunciste el ceño y tu confusión era evidente, así que no tuviste más opción que acercarte a la esquina del colchón y mirar hacia abajo, parecía absurdo le hecho de dudar si cayó o no, pero, las posibilidades nunca eran del cero porciento y tenías que asegurar si Leon realmente no estaba dormido y pasando un sueño incómodo.
—¿Hola? —Ves en todos lados.
No, no está. ¿Dónde estará tu novio que ha despertado tan temprano sin avisar? No era propio de él escabullirse y mucho menos despertar temprano. Bueno, eso ya lo aclaramos muchas veces.
En eso escuchas un ruido particular proveniente de la planta de abajo, eso hizo que dieras un salto y despejaras tu mente de manera instantánea, miraste hacia todos lados y fuiste al ropero para empezar a vestirte, oyes una voz inaudible quejándose en voz alta pero casi es un susurro desde la habitación. Varios quejidos ruidosos y cosas cayendo al suelo te comienzan a alarmar.
"¿Qué carajo está pasando?"
Te pusiste las pantuflas y saliste del cuarto con la intención de averiguarlo, con cada escalón que bajabas la voz era más clara y el ruido de cosas cayendo también. Llegaste a la sala principal y no había nadie.
—¡Ay!
Un grito sumamente varonil hace eco por la casa y era proveniente de la cocina, rápidamente corriste pensando lo peor o imaginando que Leon tenía problemas de algo. Tu chico solía meterse siempre en apuros por lo torpe y distraído que era, y aunque era común, siempre te preocupabas por la situación. Simplemente lo amabas tanto, hasta sus defectos.
La imagen que tenías enfrente de ti luego de llegar a la cocina era graciosa y a la vez... interesante. Ahí estaba tu novio envuelto en harina, en el suelo había cubiertos junto con bowls además de varias recetas de cocina en la mesa, su rostro tenía una expresión para capturar en fotografía.
