09 - Comienzo fatal.

5.3K 274 419
                                    

"Avanza, rápido, avanza", era lo único que resonaba en tu cabeza

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

"Avanza, rápido, avanza", era lo único que resonaba en tu cabeza.

Tus zancadas eran cada vez más largas y el aire fresco pronto comenzaba a dificultar tu respiración a tal punto de sofocarte en repetidas ocasiones, no tenías tiempo de pensar, tu objetivo era llegar lo antes posible a tu primer día de trabajo.

Eso sin contar que ibas una hora tarde.

Empujas a la gente que se atraviesa en tu camino con ligeras disculpas y de lejos ves el hotel, aquel lugar en donde tienes tu puesto en la recepción, rápidamente tiemblas al imaginar que alguien más está cubriendo tu turno. Sueltas quejidos de desespero y angustia mientras aceleras el paso y no te detienes, fue suficiente con haber tropezado saliendo de tu casa y rasparte una rodilla.

No te tomas el tiempo de mirar tu reloj, sigues corriendo hasta parar en una avenida con semáforo en verde, respiras hondamente y te apoyas de tus adoloridos muslos.

—Maldición, que alguien acabe conmigo —dices, rindiéndote en darle buena impresión a la gente del prestigioso hotel.

Es estúpida la forma en que se complicaron las cosas empezando el día, no justifica tu retraso pero, vamos, si tener sueño pesado fuese una opción, te asegurarías de no tomarla y ser una persona responsable y madrugadora.

Finalmente el semáforo se pone en rojo y todos tienen la oportunidad de seguir caminando, tú te adelantas y te miran de manera confusa al verte corriendo por las calles de esa manera pero no le prestas atención a tu alrededor, estás a punto de llegar a tu destino.

Tu celular de pronto suena, maldices en voz baja suplicando que no sea alguien importante ya que no tenías el tiempo y el humor de responder. Lo ignoras por completo y ajustas tu uniforme para llegar por lo menos "presentable" al trabajo.

Luego de cinco minutos aproximadamente, pisas donde se encuentra el estacionamiento. No pasa desapercibido el hecho de que se hay muchísimos autos lujosos, de buena marca y por supuesto, pasando del millón de dólares. La gente que aguarda aquí es tan poderosa como lo es el mismísimo hotel.

—Vaya, y yo que tuve que esperar el bus veinte minutos —dices con ironía y sigues tu camino a la entrada.

No hay duda que has conseguido un trabajo que, además de ser bien pagado, es recurrente entre la clase media-alta, lo notas cuando antes de entrar ves desde afuera la suficiente gente como para llenar un centro comercial entero. Resoplas y te das un último retoque en el atuendo.

—Buenos días —te sorprende una linda mujer que tu campo de visión ignoraba hasta ahora—. Espero que disfrute su estadía en el hotel KAI, ¿desea asesoría o algún tipo de descuento?

Su voz suave y femenina te saca de tus casillas, porque además llevas... el mismo uniforme que ella. Alzas una ceja y con una sonrisa avergonzada, hablas:

One Shots • Leon KennedyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora