Mihawk se plantó en la playa más desierta de la isla, justo enfrente de los barcos, de los que ya bajaban los marinos en pequeños botes, sin embargo, los ignoró pues estos no le interesaban realmente, lo que quería era encontrarse con algún almirante como lo había dicho Azuline, tener al fin una verdadera batalla y pronto sintió a alguien detrás suyo.
–¿Por qué no huiste? – preguntó éste.
–¿Qué te hace creer que huiría? – le contestó Mihawk, dándose la vuelta.
–Alguien me informó de tu reciente paro de actividades. ¿A qué se debió?
–Eso no tiene ninguna importancia en este momento ¿O sí? Ya vuelvo a ser un pirata buscado – durante esas dos semanas que habían pasado desde que rescatara a la mujer, había recibido encargos de la marina para capturar o matar otros piratas, pero había decidido simplemente ignorarlos – y por cierto ¿Quién eres?
–No, no tiene relevancia para mí. Soy el almirante Fujitora Issho. ¿Qué pasa? Te siento algo tenso.
Este hombre vestía una yukata tradicional de color morado y un manto del mismo color tapado con el abrigo de la marina y en sus pies unas sandalias de madera.
–¿Ah sí? Nunca me hubiera dado cuenta. ¿Es una habilidad adquirida con la ceguera, Almirante?
Mihawk trató de relajar los músculos para que no se notaran sus ansias por acabar con el hombre en frente suyo pues ahora tenía una razón más para salir victorioso de aquello y esa era Azuline Reese.
La plática terminó y ambos chocaron espadas, la fuerza del choque fue tal que derribó varios árboles en los límites de la playa y el bosque. Siguieron repartiendo golpes con Haki y el almirante Issho, con el poder de su fruta del diablo, Zushi Zushi, intentó aplastar a Mihawk manipulando la gravedad del lugar en el que estaba, pero éste fue más rápido y se movió a tiempo para que el golpe no le impactara. La batalla no era pareja en lo absoluto ya que Dracule no tenía el poder de ninguna fruta, solo se valía de sus haki y de Yoru, su espada. Sin embargo, logró hacer retroceder a Issho unos cuantos pasos.
–Veo que no por nada te llaman el espadachín más fuerte del mundo – elogió el almirante.
–No sé nada sobre usted, ha de perdonarme. – le contestó Mihawk.
–Me alegra oír eso, quiere decir que no conoces mis habilidades. No me verás venir.
De un solo movimiento volvió a arremeter contra Mihawk y siguieron luchando un rato más con pura fuerza bruta, hasta qué, en un descuido Dracule miró hacia donde estaban yendo todos los marinos y terminó con la espada de Issho clavada en su hombro derecho, soltando un chillido de dolor.
–¿Qué te tiene distraído, gran espadachín?
–Tus marinos se están metiendo en mi territorio.
Los marinos estaban yendo hacia el castillo, seguramente para buscar el tesoro en berrys que Mihawk tenía y lo que a él le preocupaba era que descubrieran a Azuline.
–¿Te molesta? Requisaremos tu fortuna, tomando lo que le pertenece a la Marina – le contestó Issho.
–Pues a ver si pueden cuando acabe con todos.
Empujó al almirante con fuerza enviándolo a unos metros de él y se fijó en los marinos que estaban en tierra firme, lanzando con gran maestría una ráfaga que los noqueo a todos, si es que algunos no estaban muertos ya.
–No es que me interese tu fortuna, pero esos eran mis camaradas, maldito. – escupió las palabras, Issho.
–No me había dado cuenta, lo siento tanto – le contestó Mihawk, aparentando tranquilidad.
–¡Te mataré, infeliz! – dijo volviendo a embestirlo.
La lucha siguió encendida, el poder de ambos era inmenso teniendo en cuenta que Mihawk no poseía ninguna fruta del diablo. Pero la noche fue entrando en su apogeo y Dracule no podía seguir ahí, tenía que volver para asegurarse de que ningún marino la hubiera descubierto a ella, sin embargo, Issho no daba señales de cansancio y aunque el tampoco y admitía que la pelea estaba siendo gratificante, no podía dejar de preocuparse.
–¿Cansado, Ojos de halcón? – le dijo Issho al sentirlo tan despistado en la pelea.
–Ni un poco, almirante.
En eso, Mihawk vió por el rabillo del ojo una sombra que pasó por entre los árboles. No puede ser ella ¿o Sí? Pensó mientras detenía la espada de su contrincante. Después de mucho tiempo repartiendo golpes y de esquivar las ondas gravitacionales que el almirante lanzaba, la sombra por fin dio la cara.
– ¡Mihawk! – se escuchó antes de ver cómo el almirante caía de bruces al suelo.
–¿No te dije que te quedaras en el castillo? – le dijo enojado.
–estás sangrando... – lo ignoró para fijarse en su herida – sabía que no huirías así que vine a ver qué había pasado, vi la ráfaga de viento que arrasó con mis compañeros – le miró severa más no le dijo nada al respecto.
–Me entregaré. – le dijo de pronto, tan serio como lo caracterizaba.
–¿Qué? ¿De qué estás hablando? – le preguntó mientras terminaba el torniquete en su hombro herido, apretándolo de más causando que Mihawk soltase un chillido de dolor, hacía mucho no recibía una herida.
–Que me entregaré a la marina, no pude con un almirante y es lo que había prometido, echarlos de la isla.
–No seas idiota ¡te estoy dando la oportunidad de que te vayas! – gritó exasperada.
–Y yo, la de volver con tu gente. Vamos. – la tomó de la muñeca y la arrastró sin ejercer demasiada fuerza, solo la suficiente para que no se soltara, hasta los botes. Una vez allí, Mihawk tomó una cuerda y la enroscó en sus propias muñecas. – listo, di que me capturaste.
– Ajá... ¿Y el almirante? – preguntó escéptica.
–Ya volverá solo al barco, mira, se está levantando.
–¡Almirante! – gritó Mihawk para ser oído.
–¿Qué ha pasado? – preguntó éste desorientado.
–Una de sus marinos me ha capturado, mira que ser tan incompetente.– se burló de él.
–¿Qué haces, Mihawk? – susurró Azuline, el mencionado solo le guiño un ojo.
–¿Quién fue? – preguntó Issho.
–Di tu nombre – susurró Mihawk.
– No voy a hacer eso – le contestó en el mismo tono.
–¿Quién fue? Díganme quien pudo atrapar a Ojos de halcón– insistió Issho.
– Di...tu nombre – le repitió.
Ella gesticuló un no con sus labios para que el almirante no la escuchara, pues sabía que tenía los sentidos desarrollados.
– Bien. – le contestó a Azuline en voz baja, luego tapó la boca de ella con ambas manos y gritó – Esta teniente Azuline Reese, no se quiere hacer cargo de mi captura. ¡Se ve que soy mucho para ella! – bromeó.
– ¿Azuline Reese? Creo que Garp estaba buscando a una teniente con ese nombre.
Ella intentó forcejear con él más no podía y al oír lo de Garp sus ojos se abrieron en asombro mirando hacia Issho ¿Garp la había estado buscando? Volvió su vista a Mihawk que ya la soltaba mientras sonreía.
–Hubiera quedado más creíble si te presentabas tu misma – le volvió a susurrar Mihawk.
Azuline resopló, pero ahora no podía hacer mucho, por más que el almirante estaba ciego tenía gran destreza de combate y el factor sorpresa había quedado atrás. Esto tiene que ser un plan de Mihawk para demostrar algo se dijo mentalmente.
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Entre el deber y la espada -Dracule Mihawk x Oc-
FanfictionAzuline Reese había dedicado su vida desde que era apenas una cadete de la Marina, luchando contra los piratas y las injusticias, sin embargo, luego de un incidente que le costó mucho, es salvada de un naufragio por el temible guerrero del mar, Drac...