¿Cuándo más habría de esperar? se preguntaba Azuline que no había visto a Mihawk en cuatro días, puesto que el vicealmirante alardeando de su increíble astucia y determinación a la hora de derrotarlo, había decidido ponerla a entrenar a los soldados raso de primera y segunda clase, para que aprendieran de la heroína, algo que la había puesto en un aprieto puesto que no tenía nada que enseñar, salvo por las tácticas que antaño aprendiera de Garp.
Una vez terminada la clase de ese día se dirigió a su camarote, siendo seguida por el sargento mayor Koby, que no se despegaba de su lado puesto que la había tomado como ejemplo a seguir.
–Entonces esa patada ¿Se llama patada giro de gancho?
–Hasta aquí está bien, sargento Koby – le dijo ignorando la pregunta, una vez llegaron al pasillo de los camarotes de los altos rangos de ese barco – me gustaría estar unos momentos a solas, me encuentro cansada.
–Oh sí! Por supuesto, lo lamento mucho.
–Al contrario, muchas gracias por acompañarme.
Hizo el saludo militar y se adentró a su cuarto, esperó pacientemente a que Koby se hubiera marchado al suyo y una vez que creyó no tener moros en la costa, procuro caminar de puntas para no despertar a nadie y se dirigió a las celdas. Una vez que llegó, llego a escuchar la voz del cabo Blaze.
–No creo que pase la noche ¿Habría que avisarle al almirante?
–Va a ser lo mejor. Vamos. – decía el otro cabo.
Azuline se preocupó ¿Mihawk estaba mal? Tenía que entrar y verificarlo por ella misma, pero estaba en una disyuntiva, porque por un lado si la veían ahí, empezarían a sospechar, pero necesitaba saber que había pasado como para decir tales cosas. Los cabo se acercaban, era hora de tomar una decisión y lo primero que hizo fue, esconderse por el pasillo contrario al que había llegado. Los guardias salieron de la sala de la celdas y se perdieron escaleras arriba y ella aprovecho el momento para escabullirse en estas.
Fue entonces, al llegar a la celda de Mihawk, cuando se dio cuenta de lo que pasaba, él estaba tirado en el suelo parecía estar delirando del dolor, solo llevaba puestas sus botas, su pantalón y aparentemente no le habían cambiado las vendas pues éstas estaban manchadas de sangre seca.
–Mihawk – le llamó susurrando, más este no respondió y le habló más fuerte – ¡Mihawk!
No hubo respuesta, él solo seguía retorciéndose con los ojos cerrados y empapado en sudor. Azuline se desesperó y busco con rapidez cualquier cosa punzante para abrir la celda porque no tenía las llaves, se maldijo mentalmente por no sacársela a los guardias mientras seguía buscando.
–¿Necesitas ayuda? – dijo una voz detrás de ella que la sobresaltó. La habían descubierto.
–Sa... sargento Koby – fue lo único que atinó a decir.
–Ah decir verdad, su actitud los últimos dos días había sido muy extraña, pero lo había atribuido al cansancio de tener que entrenar a los soldados. Cuando la escuche salir de su camarote, supe que el cansancio no era su problema.
–Puedo explicarlo – le dijo nerviosa.
–Adelante, escucho. – le contestó sereno.
No tenía forma de escapar de eso, pero el tiempo se le agotaba, Mihawk seguía sufriendo tenía que ayudarlo. En su mente danzaban un montón de mentiras para contarle, pero ninguna que fuera a creerse ¿Qué le iba a decir, que tenía un romance con el temido Dracule Mihawk? Suspiró e intentó con alguna de sus mentiras.
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Entre el deber y la espada -Dracule Mihawk x Oc-
FanfictionAzuline Reese había dedicado su vida desde que era apenas una cadete de la Marina, luchando contra los piratas y las injusticias, sin embargo, luego de un incidente que le costó mucho, es salvada de un naufragio por el temible guerrero del mar, Drac...