Cuando la madrugada comenzó a tomar mayor definición en el cielo colmado de alquitranas nubes que continuaron una sonata potente en donde la lluvia devoró y exilio el silencio exterior, los jadeos y los gemidos imploraban por más tiempo, hasta que la energía fue consumada y drenada en su totalidad; la tensión y el agotamiento dieron paso al descanso que si estuviera a su disposición la arrebatarían a su cuerpo para deshacerse en el opuesto que abrazaron aún en medio de los sueños.
Una secuencia de imágenes que podía consolar o crear mayores tormentos de los que la mente vive a lo largo del día. Como aquella lágrima pecadora que marcó el rostro en un tortuoso recorrido que resonó en la habitación cuando un tímido sollozo desde los labios del azabache emigró y un sobresalto lo devolvió a la realidad presente.
Una marcada por la ausencia del calor que lo arrullo durante sus horas de sueño.
―Mierda... ―masculló al abrir sus párpados abruptamente y la luz del tímido sol de la mañana que apenas iniciaba provocó la contracción de sus pupilas por la excesiva iluminación. Además, de la incomodidad que punzó en su espalda baja al tratar de moverse para evitar la excesiva iluminación.
Por lo que, cerró con fuerza sus ojos nuevamente hasta reposar su antebrazo en la frente para crear un poco de sombra y refugio para sus fatigados orbes, lo que le permitió capturar mayor detalle de la desordenada habitación en la que estaba y la ausencia de TaeHyung a su lado.
―Justo después de lo que pasamos ―murmuró un poco contrariado por el vacío dejado por el castaño y la añoranza que irremediablemente lo atacó después de la forma en la que despertó, gracias a un sueño turbulento en emociones y borroso para su memoria que lo hizo llorar aún en la inconsciencia.
Sin embargo, en ocasiones TaeHyung despertaba antes que él y se iba al no poder estar más tiempo en la cama, lo que probablemente había sucedido en esta ocasión. Pero no niega que le hubiera gustado despertar entre sus cálidos brazos y seguir en la plétora de sensaciones enajenantes que acabarían al salir de la habitación.
Porque ambos tienen una conversación pendiente que en la noche se desvaneció entre la pasión que los sumergió abruptamente. Privilegiaron el placer y el cuerpo vibrante yendo al encuentro del contrario, que por primera vez atacaron y besaron en lugar de solucionar el conflicto que los llevó a discutir.
A paso decidido emprendió su camino bajo el frío y nuboso día que lo recibió en el exterior, ocultando parte de su rostro en el cuello alto de la chaqueta de invierno que llevaba puesta. Apresuró su marcha para disponer del tiempo necesario antes de que los llamaran para el desayuno.
―¿Sucede algo Tae? ―cuestionó JungKook al llegar a la sala de piano y no encontrarlo frente al mismo, sino frente al ventanal que se alza en la parte lateral de la habitación, en la que se contempla un espléndido paisaje en el que al parecer el castaño está perdido.
Su comportamiento causó la primera corazonada que no logró interpretar, no porque fuera ignorante a sus emociones y le fuera difícil interpretarlas, sino que ahora todo se trata de la supervivencia psíquica y emocional que lucha aguerridamente por mantener la superficie fina y delgada que a cada suceso disonante se resquebraja, imponiendo con desespero la negación que adquiere mayor fuerza.
Debido a la extraña actitud de TaeHyung, se sumergió en un bucle de remembranzas pasadas que se le hacen tan conocidas en un escenario totalmente opuesto.
―TaeHyung ―llamó con voz frágil y nerviosa, esperando que el contrario reaccionara y que todo lo sucedido en la noche anterior les haya permitido a ambos liberar parte de la tensión que erróneamente fue causada por insulsos malentendidos.
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Clemencia Psicótica || Taekook
Fanfiction"JungKook naufragó en el olvido hasta que sus fragmentos dispersos se adhirieron a su ser amado, TaeHyung, con quien viviría la plenitud de la existencia y la condena de la pérdida" Un trauma desencadena una respuesta emocional intensa, que en ocasi...