ⅩⅤ: Lamentos desquiciantes

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Los lamentos lo persigue en medio de su estado meditabundo, el estupor lo mantiene ausente y restringe su capacidad de respuesta a los estímulos a excepción de aquellos con una alta intensidad física como el dolor, de resto permanece en la cama de hospital totalmente inexpresivo a los objetos circundantes, mantiene sus ojos abiertos cuando debe hacerlo pero no emite respuestas de ningún tipo.

Permanece mudo y rígido, como un muñeco de porcelana que es cuidado día a día pero que carece de voluntad y movimiento propio. Su condición puede asemejarse al estado de coma, que se diferencia de la intermitencia en la consciencia que le permite estar presente y reaccionar levemente a acciones intensas.

JungKook no recuerda ni puede contar los días que vive enclaustrado en su cuerpo, hasta que el tiempo avanza y finalmente su psique surge del aturdimiento impuesto al que recurrió para recuperar la estabilidad emocional que no logró integrar la tragedia que ante sus ojos evidenciaba.

Una semana, siete días, fueron necesarios para que recuperara la conciencia plena.

‹‹Mi cielo, perdóname, pronto estaré contigo›› pronunció mentalmente el azabache mirando las nubes en el cielo desde el jardín del hospital, en el que se encuentra descansando sobre una de las sillas dispuestas en el lugar, durante las pocas horas que le dieron para salir de la habitación y aprovechar el buen clima que está haciendo.

Sobre la piel de su rostro inclinado hacia arriba, puede sentir la calidez abrazar su dermis en el momento en que los rayos de sol entran en contacto con la misma cuando las nubes dejan de ocultarlo.

Está allí sentado desde hace 30 minutos en la privacidad que le dan, al ser custodiado por su hermana y un enfermero que están ubicados más atrás, atentos a su comportamiento y a cada uno de sus movimientos.

He progresado mucho, después de salir de la pequeña crisis que tuve, me enfoque en comer lo necesario y poner todo mi esfuerzo en la terapia física para ir pronto contigo murmuró tan bajo solo para ser oído por sí mismo, sin gesticular demasiado para pasar desapercibido por sus espectadores.

Quienes a pesar de sus esfuerzos y precauciones se dieron cuenta de que Kook estaba hablando en voz baja, sin embargo, no lo vieron como algo extraño, ya que, es normal hablar consigo mismo. Aunque atentos a la verdadera razón que más tarde conocerán.

Después del despertar de Kook, él continuó preguntando por TaeHyung, por su estado y como seguía, lo que les hizo comprender el cuadro patológico por el que está atravesando, por medio, de la negación y la supresión de recuerdos traumáticos su mente trata de protegerse y defender la integridad psíquica de JungKook. La psique comienza a blindarse para no ser gravemente afectada.

La comida es buena, no lo suficiente, pero tampoco es como si pudiera pedir algo a la carta bromeó sonriendo con una dulce inocencia en sus labios, mirando con ilusión las formas de las nubes, pensando en el rostro de su pareja y la motivación que lo impulsó a recuperarse en la mayor prontitud posible.

Al comprender la sintomatología de JungKook, la junta médica tomó la decisión de no volver a confrontarlo sobre la muerte de TaeHyung, al sustentar que esta es la forma del azabache para integrar la pronta realidad que lo recibirá al salir del hospital y que gracias al objetivo trazado le está ayudando en su recuperación.

Debido a la excesiva reacción que el azabache imprime ante las cuestiones que refieren el verdadero estado de TaeHyung, saben que de intentarlo en este instante, sería una desventaja y un posible estado de estupor que quieren evitar, por lo que, mientras JungKook se mantenga estable y recuperándose de la forma en que lo hace, ya irán tomando las decisiones concernientes al tratamiento que por ahora se remite a su estabilidad física.

Clemencia Psicótica || TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora