La pianista. Пианист

CAPÍTULO II La futura promesa

Es el primer día para retomar clases, un día otoñal en el que los rayos del sol van rozando la atmosfera tan discretamente, no se hace esperar la gente invadiendo las calles poco a poco.

Se impone la belleza arquitectónica antigua de la Universidad Estatal de Moscú Lomonósov inaugurada el 25 de Enero de 1755, Mijaíl Lomonósov por orden de la Emperatriz Elizabeta Petrovna (hija de Pedro el Grande). Este portentoso edificio, guarda tras de sí una historia de lucha democrática contra el zarismo, por lo cual sus puertas fueron cerradas un tiempo, en la época de Stalin el inmueble principal se construyó como un rascacielos neoclásico, conocido como una de las "siete hermanas", siendo una de las mejores universidades de Moscú.

Por los pasillos que se dirigían hacia la Facultad de Derecho, se escuchaban los pasos de aquella chica que se contoneaba con seguridad, más allá de apasionarle todo lo que implicaba la justicia, la libertad y la equidad, en realidad amaba el enigma y la intriga, el proceso de ir desmenuzando los casos, al final nada es lo que parece, a perspectiva de ella no hay pasivos, ni condenados, toda persona oculta cierta tenebrosidad inimaginable, verdades que estremecen, porque en ocasiones las mayorías prefieren la mentira para mitigar el dolor.

A casi un paso de ser una profesional, debía traspasar la meta al ser activa como pasante en la carrera de derecho, la mira estaba fija en la rama de Derecho Penal, un reto difícil por lo que involucra, pero a ella le encantaba sentir esa extraordinaria adrenalina ante ellos, si bien debía elegir entre el equipo de la defensa o la fiscalía, mientras tanto, el programa exigía no sólo litigar, sino ser mordaz, mostrar certidumbre, oratoria y convencimiento, sagacidad y temple, como estudiante del último grado debía concluir su plan de estudios e idear los casos en el aula, y simultáneamente fungir como asistente en los tribunales, un año prometedor y laborioso le esperaba.

Si bien era una persona destacada e inteligente, versátil y asidua con una hermosa sonrisa cautivadora que doblega hasta la persona más arrogante, conquistar es un don que navega por sus venas sin ser algo intencional, simplemente era un magnetismo natural que poseía. Ahí estaba ella en el aula riñendo un caso de asesinato, coaccionando al testigo, preguntas intimidantes, la mirada gélida, sin piedad, siempre directa, sin un ápice de titubeo, nunca se quedaba congelada en algún sitio, rondaba, hacía ademanes para mostrarse tan perfecta, con seguridad:

-¿Usted está seguro que vio al señor Koslov aquella noche del 16 de Octubre saliendo de ese auto marca Kavac, línea Audi A3, color mate cuyas placas según las sospechas de la policía son c227HA 69RUS?

-Sí, lo puedo afirmar, es el mismo que ahora se encuentra sentado a mi derecha, del lado de la defensa.

-Pero como puede afirmar esto, si en primer lugar la ciudad estaba plagada por el diluvio e intensa bruma.

-¡Eso no significa que no pueda diferenciar a la persona que salió de ese auto!

-Además Sr. Novikov esa noche salió de un restaurante y por el informe del detective y policía con los que se entrevistó usted tenía aliento alcohólico.

-¡No estaba ebrio!

-Podría decirnos Sr. Novikov ¿cuántas copas bebió esa noche?

-Sólo dos.

-¿Misma bebida o combinó?

-¿Es relevante que bebí esa noche?

Entonces ella se dirige hacia su mentor que en esos momentos se desempeña como juez:

-Señoría es importante saber si el testigo combinó bebidas para tener conocimiento de cuantos miligramos de etanol por 100 mililitros de sangre tenía aproximadamente y dar crédito a su declaración.

Para lo cual el supuesto juez anima al testigo a responder:

-Señor Novikov responda por favor a la pregunta.

-Bebí ese día un vodka tonic y un whiskey en las rocas.

-Señor juez la combinación de bebidas alcohólicas pueden arrojar una mayor cifra de etanol, considerando que tanto el vodka como el whiskey tienen un 40% de alcohol cada uno respectivamente en el vaso que los contiene, y por ende se puede asentar que el Sr. Novikov tuvo una escala de 100 a 149 mg/100 ml de etanol en sangre, lo que significa embriaguez de segundo grado, situación que pone en duda su testimonio...

En ese momento el profesor interrumpe la clase echando un vistazo a su reloj de pulso:

-¡Lo siento jóvenes pero el tiempo ha concluido!

Se dirige a ella inclinando el rostro en forma de respeto y felicitándola por tan extraordinaria demostración

Después de un largo día de revisar y elegir horarios caminaba pensativa con su portafolio en una mano y en la otra asía algunos documentos, se olvidó de que no había ingerido alimento alguno, hasta que su cuerpo le reclamó esa situación, por lo que, se dirigió a una cafetería que incluía un tentempié, solicitaría su orden para llevar, a unos metros de arribar estaba el lugar atiborrado de gente, suspira de la ineludible extenuación, sin embargo; se une a la fila para esperar su turno, mientras sigue leyendo entre líneas, al ir avanzando lentamente alguien choca repentinamente con ella, algunas hojas vuelan en un vaivén violento, se inclina de inmediato para recuperarlas ya que eran asuntos legales importantes; al mismo tiempo, una figura efectúa la misma acción y se disculpa por el incidente, al cruzar miradas sonríe y le tranquiliza, la otra persona causante de tal impacto la detalla y corresponde con un gesto sugerente....

Muy pronto la vida le tendería ardides, estupores y tragos llenos de amargor, tendría que aprender de una forma un tanto despiadada, y se aplicaría a la perfección su propia filosofía "nada es lo que parece", "no hay pasivos, ni condenados", simplemente la vida es.....