Pedro Leon hacía tiempo que era jugador del Madrid pero desde que llegó no había tenido lugar en la plantilla, la gran competencia entre sus compañeros y la mala relación con Mourinho no le dejaban sumar minutos en el campo. Solo una vez estuvo a punto de entrar, incluso lo mandaron a calentar y todo pero cometió el error de distraerse viendo el partido, cosa que le salió cara, Mourinho no solo que no lo puso sino que lo regañó cuando se encontraron en el vestuario.
La relación de los dos era mala, Mourinho lo odiaba y Pedro se sentía mal, ya que su entrenador le atraía y no encontraba la forma de caerle bien, todo lo que hacía parecía que lo empeoraba.
Jose era temperamental y no le gustaba la irresponsabilidad en sus jugadores pero la manía que tenía con Pedro era distinta, el joven le atraía tanto que le molestaba y por eso recurría a ignorarlo o tratarlo mal pero la verdad que tenía unas ganas de meterlo en su cama que no podia con ellas.
3 días antes del clásico Madrid-Barca Pedro se decidió, encararía a su entrenador, quería jugar ese partido. Habían estado entrenando y apenas Pedro vio al portugués irse para su oficina lo siguió.
- Mister, mister - Lo alcanzo trotando pero el mayor solo lo rebajó con la mirada.
- No tengo tiempo - dijo ignorándolo y abriendo la puerta de su oficina, para luego adentrarse, pero la mano de Pedro Leon en su muñeca lo detuvo.
- Mister, por favor, necesito hablar con usted - dijo Pedro acercándose un poco de más, mientras lo miraba a los ojos.
- ¿Que mierda quieres? Estoy ocupado - dijo fuerte José, soltándose del agarre para luego entrar a su oficina pero no contaba con la insistencia de Pedro, que lo siguió hasta dentro y cerró la puerta.
- Quiero que me deje jugar el clásico mister - dijo el menor con voz firme, haciendo reír a Jose.
- Me haces reír - dijo sarcásticamente el portugués, acomodando sus cosas en su escritorio - Si era todo lo que querías, ya puedes irte - le dijo dándole la espalda.
Pedro lejos de rendirse, se le acercó por detrás y se apoyo en el borde del escritorio, mirando a Jose - Mister - rogó - dígame qué puedo hacer para jugar - a esta altura Jose se lo comía con la mirada, tenerlo así mirándolo con esos ojos lo ponía.
- ¿Que harías? - dijo con media sonrisa, acercándose a donde Pedro estaba sentado, para con su pie darle un toque rápido en pie a él, haciendo que pierda un poco el equilibrio y quede sentado sobre el escritorio con las piernas abiertas.
A esta altura Pedro ya estaba nervioso, capaz estaba llegando demasiado lejos - Lo qu-que usted proponga mi-mister - dijo tartamudeando, ya que Jose le había puesto una mano en la rodilla.
- Tan seguro que te veías y ahora no puedes formular una frase - rio el portugués presionandole la zona y se le puso cara a cara.
Pedro no pudo responderle ya que Jose volvió a hablar - La única forma de que te tenga en cuenta para el partido es que hagas una cosa - dijo con su mirada penetrante clavándose en el joven.
Pedro dudo pero pregunto - ¿Cual? -.
Jose rio, bajando la mirada a sus labios mientras le pasaba lentamente una mano por el interior del muslo, generando que Pedro enderece la espalda al sentir el escalofrío que le envio el tacto del portugués en su piel. Tener así a Mourinho queriendo tocarlo lo estaba poniendo nervioso, era demasiado imponente pero eso hacía que se ponga mas.
- Después del partido me deberás un favor - termino la frase fortaleciendo el agarre en el muslo y se rio de Pedro en su cara pero el menor estaba concentrado en esa mano en su pierna, quería tomarla y ponerla donde debería estar, pero para su desgracia en ese mismo momento Jose lo soltó y le abrió la puerta para que se retirara.
3 días después el clásico había llegado, estaban todos los jugadores y entrenadores del Madrid por salir al campo cuando Jose dijo la lista de titulares - ¡Y por último! ¡Ramos, Pepe y Pedro Leon!¡Al campo!- gritó antes de irse camino al banquillo, dejando sorprendido a los chicos ¿Pedro jugaría? Pensaban pero al mismo tiempo estaban felices, por fin le había llegado la hora.
Pedro estaba que no se lo podía creer, debutaba y encima contra el Barça, esperaba estar a la altura del equipo... y de Jose.
El partido había empezado, como cada clásico este estaba cargado de presión, discusiones, empujones y todo lo que suele pasar entre los rivales. En esos 90 minutos ninguno de los dos equipos había convertido goles y esto desesperaba a los entrenadores ya que era de vital importancia conseguir los 3 puntos. Iban los 2 de los 3 minutos de descuento cuando Ramos tira un balón largo desde mitad de campo hasta el area del Barça haciendo correr a Pedro como nunca antes, este logro frenar el balón en sus pies, comenzando una carrera desde la banda izquierda hacia el centro del área del rival, esquivando a los 3 centrales que trataban de frenarle. Una vez que llegó perfilado de costado al área pateo el balón, dejando al portero en el suelo y haciendo un gol que hizo estallar a todo el bernabeu. Desbordado de alegria salió corriendo hacia donde estaban sus compañeros que le saltaban encima, se abrazaron entre ellos y volvieron a sus lugares pero lo que quería Pedro más que nada era ver a Jose. Cuando pasó corriendo por el borde del campo, por donde estaba el banquillo, se topó con la mirada de Mou, que lo observaba mientras asentía levemente sonriendo, cosa que lo hizo sonrojar y solo pudo darle una sonrisa de vuelta, volviendo a su posición sin dejar de pensar en que el portugués seguro estaría orgulloso de él.
El Madrid gracias a ese gol terminó ganando por lo que todos en el vestuario entraron festejando y felicitando a Pedro que estaba loco de felicidad, por fin se le había dado. El tiempo pasó pero Jose solo apareció para felicitar a la plantilla superficialmente y luego se fue, poniendo a Pedro triste, ni siquiera le dijo algo.
