Estaban sentados en dos pequeños pero cómodos taburetes junto con una gran taza de café, Jimin tomaba un mocachino y sonyeonh un capuchino. Era la única cafetería a la que había ido Jimin en la que eran lo suficientemente generosos como para dar una gran taza con café, en las otras daban una tacita pequeña que se la tomaba en dos sorbos.
Son estaba ensimismado contándole una cantidad de chistes y anécdotas graciosas a su compañero porque le encantaba ver como Jimin se reía.
-Tu sonrisa causa lo mismo que una bala perforando mi pecho -comentó son a la vez que esbozaba una tímida sonrisa tras la taza de café.
Jimin paró de reír pero no sacó esa sonrisa pequeña de su rostro.
-¡Oye, eso es malo! -exclamó riendo por lo bajo.
Sonyeonh dejó la taza sobre la mesa y miró a el pelirosa profundamente con aquellos ojos que estaban tan nublados como el día fuera de la cafetería. Por el color, podrías decir que sentías incluso el frío desprenderse de ellos pero de los ojos de Sonyeonh solo se desprendía calor y amabilidad.
Completamente diferente a...
-¡No! -dijo Son entre risas-. Me refiero a que cuando sonríes siento que algo traspasa mi pecho y me quita la respiración.
El muchacho esbozó una pequeña sonrisa y lo miró con esos ojos tan tiernos. Jimin se tapó la cara con ambas manos sonriendo jovialmente. Se sentía cómo un verdadero adolescente.
-¿Siempre eres tan directo? -preguntó el detective.
-A veces -se encogió de hombros-. En mis poemas trato de ser más sutil.
Jimin sonrió y se escondió tras su taza de café mientras sostenía la mirada con sonyeonh que solo le propagaba ternura y calor. Sentía que esa mirada lo abrazaba y era capaz de entregarle toda esa amabilidad y cariño que Thensong jamás le dio y nadie le ofreció.
La conexión de sus miradas se vio interrumpida cuando alguien comenzó a hablar por el micrófono del local. Jimin se giró levemente para ver a un hombre sentado en un taburete frente al micrófono con un sombrero oscureciéndole el rostro.
-Este poema...-una risa ronca fue lo siguiente que se escuchó-... lo escribí para un joven que no cree en el amor y menos en mí.
Al escuchar esa voz, Jimin giró como una veloz gacela y lo observó fijamente.
No podía ser él.
Suspiró.
Tenía que acostumbrarse al hecho de que lo sorprendiera. Él mismo le había dicho.
Pero... ¿aquí y ahora?
El hombre se acomodó bien el sombrero sobre su cabeza y lo buscó con la mirada hasta dar por fin con el pelirosa. Él sabía perfectamente que Jimin estaba ahí en ese momento. Por supuesto que lo sabía, pero ¿cómo? ¿acaso sonyeonh era un espía o algo así? Jimin lo dudaba. Lo único que creía era que lo seguía o algo parecido.
Sus miradas se encontraron y él le dedico una sonrisa algo arrogante pero cautivadora, Jimin solo lo miraba sin poder comprender el por qué. Él se aclaró la garganta, alejó la mirada de el detective y comenzó a hablar
''Tras esos ojos Celestes, tras ese océano intrépido y misterioso, yo con gusto me hundiría.
Tras esos labios rosados, tras ese mundo de dulzura que me grita y que con gusto probaría.
Tras esas palabras cargadas de furia y temor, yo te ofrezco mi corazón.''
El hombre se detuvo por un segundo y lo volvió a mirar, Jimin se dijo que esos ojos negros tenían mayor intensidad que antes y brillaban como solo las estrellas saben brillar y alumbrar en la oscuridad.
ESTÁS LEYENDO
The Show ★KOOKMIN★
Azione-Te propongo un trato, cariño -habló aquel hombre con esa voz profunda pero suave que raspaba en los oídos de Jimin -Ni de joda, cabrón. No hago tratos con criminales como tú -dijo el detective Park, sin revelar sus nervios. -Imaginé que dirías alg...