Capítulo 10: El profesor de pociones
CAPÍTULO 8
-Aquí termina el capítulo -anunció Alicia, aliviada por poder parar de leer. Este capítulo había sido eterno.
-Muy bien -dijo Dumbledore, levantándose. -Creo que podemos leer un capítulo más antes de dejarlo por hoy. Siento que sería conveniente dejar que toda esa nueva información se asiente en nuestras mentes antes de seguir leyendo.
Algunas personas asintieron con fervor. Mientras la gente se levantaba de sus sillones y cojines, Hermione todavía miraba a Harry con fijeza.
-Harry... no puede ser casualidad -susurró la chica tras asegurarse de que nadie excepto Ron les prestaba atención. -¿No te parece raro que tuvieras ese sueño y que ahora tengas estas... visiones?
Dijo la última palabra en voz muy baja, apenas moviendo los labios.
Harry no supo qué contestar, pero se libró de tener que hacerlo porque el profesor Dumbledore habló para todo el Gran Comedor.
-¿Quién quiere leer el último capítulo del día? -inquirió el profesor Dumbledore mientras recorría el comedor con la mirada. Por el rabillo del ojo, Harry vio a Angelina hacer un gesto con la mano como si quisiera ofrecerse para leer, pero Alicia la agarró del brazo y la obligó a quedarse quieta, susurrando rápidamente en su oído. No hacía falta ser un genio para saber que se estaba quejando de lo pesado que se le había hecho leer el capítulo anterior.
-Señorita Patil -indicó Dumbledore a Parvati, quien había levantado la mano. Mientras la chica se acercaba al atril, Harry aprovechó esos momentos para respirar hondo. No podía evitar alegrarse de que este fuera el último capítulo del día. Estaba agotado.
-Este capítulo se titula... -Parvati hizo una pausa dubitativa. Miró de reojo a Harry y luego a Snape antes de continuar. -El Profesor de Pociones.
Harry hizo una mueca. En cuanto a Snape, parecía que se había tragado un limón entero. A lo largo del comedor, la gente intercambiaba miradas nerviosas.
-Me halaga, señor Potter, que mi persona sea de tan gran importancia en su vida como para dedicarme un capítulo entero- cada palabra de Snape derrochaba sarcasmo.
-Más quisieras... -susurró Harry, aunque solo algunas personas lo pudieron escuchar. Decidió dejar que el libro hablara por él, mientras Snape lo fulminaba con la mirada.
-Mira el lado bueno -dijo Ron en voz baja. -Al menos ahora todos van a ver lo imbécil que fue contigo. Quizá lo echen.
Había un deje de esperanza en su voz y Harry sonrió. Parvati comenzó a leer.
Allí, mira.
-¿Dónde?
-Al lado del chico alto y pelirrojo.
-¿El de gafas?
-¿Has visto su cara?
-¿Has visto su cicatriz?
Se escucharon algunos resoplidos, especialmente desde la mesa de Slytherin. Harry aguantó las ganas de rodar los ojos.
Los murmullos siguieron a Harry desde el momento en que, al día siguiente, salió del dormitorio. Los alumnos que esperaban fuera de las aulas se ponían de puntillas para mirarlo, o se daban la vuelta en los pasillos, observándolo con atención.
Snape bufó. Por supuesto que el Niño-Que-Vivió-Para-Ser-Arrogante había recibido la atención de todos desde el primer día, y lo había disfrutado. El hecho de que su vida familiar no fuera del todo perfecta no significaba nada. Incluso si sus familiares no lo habían mimado tanto como había pensado, era innegable que Potter era arrogante y que su desdén por las normas era solo una muestra de su carácter despectivo hacia los demás.
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Hogwarts lee Harry Potter I
FanfictionEl precio a pagar por derrotar a Voldemort fue demasiado alto. Cuando Dumbledore recibe unos libros cuyo contenido puede cambiar el mundo, no queda más remedio que leerlos. ¿Tú también estás harto de todas esas historias de lectura de libros que jam...