Dear Hinata (Kagehina - Omegaverse)

[Extra]

"El secreto de Kageyama Tobio."

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Shoyo y Tobio afirmaban que no tendrían más hijos.

Se lo habían dicho a todos sus amigos, quienes apostaban sobre cuántos hijos eran capaces de tener dos idiotas amantes al vóleibol. Tsukishima, en especial, les decía que en algún punto llegó a pensar que tendrían como mínimos seis, para armar su propio equipo de ese deporte que la pareja tanto amaba.

Pero, luego del nacimiento de los gemelos, Shoyo se propuso no quedar embarazado. Lo habló con Tobio, por supuesto, que respetó la decisión de su esposo.

No obstante a eso, Tobio guardaba un secreto.

—¿Quieres una hija?

El único alfa de la familia Kageyama se mostró cohibido ante la mirada burlona que le dedicaba Tsukishima Kei. Con aquel aire de arrogancia y los ojos entonados a través de sus gafas, parecía que estaba al borde de reírse, lo cual indignaría a Tobio si este no se sintiera como un idiota avergonzado.

—¿Sabes que estás casado desde hace unos..? — se detuvo un momento, haciendo la cuenta. No era que Kei fuera un fanático en recordar todos los aniversarios de bodas de sus amigos, sin embargo, recuerda la boda en la que fue obligado a asistir de padrino —No lo sé, ¿doce años? He de suponer que puedes hablar de eso con el idiota de Hinata.

—Quedamos en que no tendríamos más hijos.. — dijo Tobio, observando a lo lejos como Shoyo hablaba con Tadashi. Sus cuatro hijos jugando con los de la otra pareja, siendo los gemelos los más emocionados al ser los más pequeños.

Amaba a todos sus hijos por igual, de eso no existía dudas. Sabía que pronto dejarían de ser tan solo unos simples niños y pasarían a ser adolescentes, adultos, harían su vida lejos de ellos y eso estaba bien. Tobio estaba feliz con su familia. De hecho, sus hijos más pequeños tenían tan solo tres años recién cumplidos.

Pero..

—Pero quieres una hija — agregó Kei, ante el silencio del azabache. Todavía mantenía el gesto de burla, como en un inicio, aún así se esforzaba por entender al de ojos azules.

Sí, Tobio lo admitía. Quería una hija.

Siempre quiso una. Desde que se hizo pareja de Shoyo, cuando ambos eran tan solo unos adolescentes, comenzó a evaluar todas las posibilidades de un futuro juntos y lo que eso llevaría; un lugar para vivir juntos, una propuesta de matrimonio, una boda y el nacimiento de sus hijos (porque efectivamente quería más de uno) donde, entre ellos, estaba una niña.

El universo, al parecer, tenía otros planes para el alfa de ojos azules. Y Tobio podía vivir con eso, porque ya tenían cuatro hermosos y saludables niños y eso era lo que importaba, no un estúpido capricho.

—Habla con Hinata — recomendó el rubio, alzando sus hombros y dándose cuenta que Tobio ya tenía un buen tiempo perdiéndose en sus pensamientos —, es tu esposo.

—Dijimos que..

—Sí, sí, ya lo sé: "No tendremos más hijos". Han repetido eso durante tres años. Pero, ¿de verdad puedes vivir con ese secreto durante toda tu vida?

Sí, Tobio podía vivir con eso.

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Bueno, quizás Tobio no podía vivir con eso.