Capítulo 3//Kang Hiroto

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—¡¿Cómo es que no han encontrado una mierda?! 

El lugar esta en completo silencio.

Hacía una semana y cuatro días que su mujer había sido secuestrada por alguien aún no tenía nombre ni rostro para nadie. Cuando despertó se encargo de remover al país entero, en solo dos días todos los burdeles fueron saqueados y luego quemados, la búsqueda se extendió a cada rincón del territorio y fuera de él. Nadie salía del país sin ser revisado ni autorizado.

Y aún así no habían encontrado nada.

Los múltiples investigadores se habían puesto manos a la obra y cuando la primera semana paso ya tenían el escenario armado.

—Luego de que asesinaron a todos, ella escapo por las escaleras de emergencia y las huellas de sangre terminan allí. Fue complicado pero pudimos conseguir algunas grabaciones de las calles que ella recorrió -Extendieron un mapa en la mesa e indicaron un par de puntos seguros y otros siendo suposiciones-. Pero hay un punto en que la perdemos y según las grabaciones del edificio unos minutos después las camionetas se marchan, ella nunca volvió allí por lo que deducimos que en algún punto la atraparon.

No habían huellas, no habían mensajes, notas, nada que dejará ver que aquello era una clase de venganza, advertencia o por dinero. Simplemente todo había ocurrido demasiado rápido.

¿Cuál de sus enemigos podía haber sido tan valiente de llevarse a su mujer?

Él no era cualquier persona.

Él era reconocido por ser uno de los mejores asesinos, todos temblaban al oír su nombre cuando él mato a todos los líderes de las mafias en Corea, nadie quería ni siquiera hablar de Hajoon o de su hijo en ese tiempo pero incluso ahora que estaban más concentrados en los negocios y en el dinero que en matar y escalar hacía un lugar que siempre le perteneció todos debían de tener en mente que aún eran un peligro.

Los pocos que quedaban temblaban en sus casonas por algo que no tenían conocimiento, lo sabía por sus informantes, aquellas ratas escurridizas suyas que él había infiltrado en las pocas organizaciones que quedaban en Corea.

Él había destruido algunos de sus negocios e incluso por error había eliminado una de aquellas organizaciones hasta la raíz ante una pequeña sospecha acerca del paradero de su mujer.

En tan solo pocos días sus manos se mancharon de mucha sangre, mucha más que en los últimos años.

Estaba fuera de control.

—¡Enfoquense en buscar a mi mujer! ¡Es su única tarea, mierda!

Él había enloquecido.

Era una bestia enloquecida buscando su alivio, sin importar a quien mierda se llevará por el frente.

Se marchó del lugar de reunión, azotando la puerta con más fuerza de la necesaria. Se encerró en su oficina y destruyo todo a su paso una vez más. Los muebles volaron por la habitación, las botellas acabaron hechas añicos y los papeles en el suelo siendo pisoteados por sus zapatos.

Su calma se había ido.

Su cordura se la llevaron.

Necesitaba aíre así que se detuvo un momento, sin sentir el palpitar de sus nudillos, sin sentir como la sangre corría libremente por sus heridas abiertas. Solo sintiendo la ya conocida presión en su pecho haciéndose cada vez más dolorosa.

—Destruir tu oficina por quien sabe cuantas veces no hará que ella vuelva -Dice Namjoon al entrar a la oficina.

Luce agotado, él también la ha buscado hasta el cansancio.

Just you and me|| MYG [T.3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora