Silencio

67 4 0
                                    

–¿Valió la pena?, ¿cariño?

Miraba a la nada desde su asiento en la cama, con su espalda recargada en la pared, sus manos entrelazadas en su regazo y con las lágrimas amenazando con empezar a salir de sus oscuros ojos.

Un silencio profundo se hizo presente en la habitación después de que él hablara.

–No piensas contestar, ¿verdad?

Un suspiro escapó de sus finos labios, la voz ausente de su acompañante fue su respuesta a la pregunta.

Dirigió su mirada al balcón que en su cuarto se encontraba; la silueta era definida por la luz de la luna en el cielo, alguien mirando al horizonte se encontraba allí, totalmente inmóvil y sin importarle lo que la otra persona le decía.

–Supone que te sientes orgulloso, tienes todo lo que quieres.

Volvió a decir palabra el de cabellera negra mientras se destapaba y se paraba.

–Dinero, joyas, mujeres, fama, y todo lo que está firmado a tu nombre.

Los pasos se detuvieron al estar ya bastante cerca del más bajo.

–Todo lo que tú habías soñado, echo realidad.

Una tras otra fueron cayendo  las lágrimas de sus ojos cristalinos mientras que una melancólica sonrisa estaba en su blanquecino rostro.

–¿Alguna vez me amaste?.

El susurro casi inaudible salió de su ya quebrada voz.

Silencio, solo eso recibió.

Resignado limpio sus lágrimas, controló su respiración y miró al hombre que en frente tenía dándole la espalda.

–Fue lindo volver a verte, se sintió como en los viejos tiempo.

Ninguna respuesta, un suspiro otra vez.

–Supongo que este es un adiós, cuídate Prince.

Y entonces retrocedió a la habitación, tomó su saco blanco, su sombrero del mismo color y sus llaves. Los pasos se escucharon y la puerta cerrándose también. Y el automóvil alejándose fue lo último que se oyó en aquel lugar.

Silencio fue lo que invadió por completo aquel lugar por unos momentos eternos.

–Todo esto no valió absolutamente nada.

El susurro del único presente rompió el callado ambiente melancólico.

–¿Te hubieras quedado si hubiera contestado tu pregunta inicial?.

Sabía muy bien que nadie le respondería.

–Tal vez lo hubieras hecho, pero no lo hice.

Las lágrimas simplemente salían de su vista avellanada, con sus manos levemente temblando.

–Ya es tarde para arrepentirme de todo, cariño.

Más silencio, volteó su cuerpo para poder ver el adentro de su habitación. Miró por un momento el lugar donde antes su anhelado amante había estado acostado, donde nuevamente se habían entregado en alma y cuerpo, en donde se volvió a sentir como antes. Ahora estaba vacía, con una simple sábana mal puesta.

–Perdóname, Michael.

▪️{🖤}▪️

Perdón por escribir esto, pero tenía que desahogarme de alguna manera.

Estoy bien, pero simplemente me siento mal hoy.

Espero estén bien, yo me iré a dormir, buenas noches a todos.

Miel Para El Corazón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora