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Sanzu se encontraba en aquel bar consumiendo alcohol como si fuese agua, pues realmente era un buen bebedor, miraba a cierta chica beta que había robado su atención era hermosa, pelo largo y rubio, piel a la vista tan suave, pechos considerablemente grandes y cuerpo totalmente tonificado, sanzu no perdió ni 10 segundos y se paro aproximándose a esta quien nada tonta a mirar tremendo alfa, guapo y por el lugar donde se encontraba también tenía dinero se le tiro encima como si fuese imán, sanzu estaba demasiado estresado pues el saber que era el destinado de una de sus personas menos favoritas y no poder hacer nada al respecto pues gracias a sus instintos fue débil.

"que decepción sanzu" — repitió en su mente la vez que se había acostado por primera vez con el omega, pues al día siguiente cuando se retiro no dudo en ir corriendo donde mikey pues jamás le dio una razón por su desaparición y claro que no le respondería el acto que había cometido con el pelimorado. Le daba pena, quizá si sucede con otro omega lo comentaría sin problema pero con el menor de los haitani...no gracias.

El efecto que sanzu provocaba en las chicas lo conocía perfectamente que con solo algún intercambio de palabras fácilmente podría meterlas en su cama, esta chica no sería la excepción, la estaba devorando, pegandola contra su cuerpo con mucha desesperación y lujuria. La chica era totalmente manejada por el alfa quien la besaba con fogosidad y mucho desespero entre jadeos, parecía una bestia y eso era lo que tenía internamente pues su alfa le estaba dando la lección de su vida, lo rasgulaba y hería conforme iba avanzando con la chica. Pero hacia semanas que sanzu no podía hacer nada con el haitani pues este no se dejaba siquiera tocar.

Hablando de rindou estaba tranquilamente en su habitación, bueno ni tranquilo, estaba con una angustia tan fuerte su omega no había parado de chillar tan fuerte que provocaba una enorme tristeza en él. No comprendía que sucedía pero de todos modos le cargaría toda la culpa a sanzu.

Paso la noche hasta la madrugada, aproximadamente eran las 4 a.m, rindou dormía como tronco hasta que escucho un fuerte azotó en el interior de su departamento que lo hizo brincar en su cama apresurandose a tomar el arma que descansaba en su mesita de noche caminando con rapidez y total silencio fuera de su cómoda habitación. Cuando se adapto a la oscuridad no vio ningún movimiento, nada fuera de lo normal, encendió la luz y nada pero un golpe nuevamente lo puso en alerta hasta que se quedó en silencio otra vez y nuevamente ese golpe cuando finalmente logró averiguar de dónde venía era en la entrda principal y el olor de sanzu invadía sus fosas nasales ya se imaginaba lo que vería.

Se aproximo a la puerta quitando la seguridad de esta abriéndo esta pero fue recibido con la figura de sanzu empujando la puerta para segundos después caer al interior del lugar. Rindou miraba la escena con desagrado.

- mierda, apestas horrible, lárgate de aquí - dice firme ampujando el cuerpo del pelirosa con la punta de su pie, parecía no reaccionar. - hey, idiota -

- ayúdame - dijo en casi un balbuceo el pelirosa mientras alzaba sus brazos rendido, rindou bufo molesto y lo ayudo a ponerse de pie como pudo, pero al momento de querer separarse de él no podía, pues el alfa lo tenía tomado fuertemente.

- sanzu, sueltame - dijo firme pero no recibió respuesta - sueltame! -grito pero sentía que agarre más fuerte, trataba de safarse pero el menor ejercía más fuerza mientras liberaba feromonas.  - no quiero, no así, estas borracho -.

- por favor, solo será esta vez. Ambos queremos - dijo suavemente contra su oído mientras acariciaba suavemente entre sus dedos la reciente ereccion del omega. Causando un leve gemido.

Rindou finalmente accedió, era la primera vez que el alfa pedía algo con un "por favor" . Suspiro ayudandolo a llegar a su habitación el omega apenas lo había recostado en su cama cuando el pelirosa lo jalo fuertemente a su anatomía tumbandolo a la cama junto a él, se coloco encima de él hábilmente comenzando a atacar su cuello de besos y lamidas cosa que le causaba jadeos al mayor quien cubría su boca evitando emitir cualquier sonido, el alfa se veía desesperado al momento de intentar desabrochar y bajar su pantalón a medio muslo logrando liberar su erecto miembro que estaba tan chorreante y necesitado, rindou se sonrojo hasta las orejas, nuevamente el alfa desesperado intento desnudarte al omega de la parte inferior.

— me lastimas, quítate — empujó sus manos desabrochando su pantalón bajando avergonzado su pantalón junto a su ropa interior dejando libre su miembro que de igual forma estaba erecto. Sanzu nada lento se acomodo sobre el omega a la altura de su regazo tomando ambos miembros entre su mano comenzando a estimularlos al mismo tiempo ahogando ambos un gemido junto a un espasmo por ambas partes.

El alfa se recargaba con una de sus manos al costado de la cabeza del pelimorado para no aplastarlo mientras su otra mano se encargaba de masturbar ambos miembros comenzando a ganarse gemidos sonoros del omega que se encontraba debajo de él, su mano se movían rapidamente el haitani menor se sostenía de las sabanas fuertemente retorciéndose de placer ya dejando salir todos sus sonidos vocales que había estado reprimiendo en conjunto con el alfa quien prácticamente embestia su propia mano contra el falo ajeno.

El primero en venirse fue el ojimorado en un grave y sonoro gemido, música para los oídos del pelirosa, momentos después el alfa se corrió haciendo una mezcla de fluidos sobre el abdomen del contrario y su propia mano. Las respiraciones agitadas no se tardaron en manifestar. Rindou intento alejarse del alfa pero este cayó desplomado encima suyo aplastandolo por completo.

— mierda...quítate — regaño el omega queriendo quitarse de encima al contrario pero este parecía inconsciente, suspiro bajándolo suavemente a su costado se estiro para limpiar los restos de fluidos que aun permanecían en su abdomen.

Miró como el alfa dormía plácidamente en su cama con la ropa a medio poner, le parecía gracioso en cierto punto. Negó con su cabeza levantándose para caminar al baño directo a la ducha.

𝔢𝔰𝔠𝔬𝔫𝔡𝔦𝔡𝔞𝔰 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora