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Era una fresca mañana para la pareja que dormía plácidamente en la cama, querían durar más tiempo dormidos pero el omega fue el primero en levantarse de la cama parar abrir más la cortina de la habitación, acto que hizo gruñir con molestia al alfa que buscaba cubrir su rostro. Rindou sonrió al verlo retorcerse sobre la cama.

- cierra eso - pidió el alfa aferrado a su almohada cubriendo su rostro.

- ya es de día, tenemos que levantarnos - dijo sonriente el omega sentándose a su lado para sacudirlo pero el menor fue más rápido tomandolo con fuerza para tumbarlo atrapandolo en sus brazos - sanzu! -

- rin! - respondió sanzu sonriente apretandolo más a él - ¿Qué quieres hacer hoy? - pregunto el alfa escondido su rostro en el mayor quien se dejaba de alfa.

- no lo sé, pero ya me canse de estar acostado - rindou suspiro cuando el caliente aliento del contrario impactaba con su piel tratando de liberarse pero el alfa se negaba, dejo de forcejear rendido para después mirar con detenimiento al contrario quien estaba dispuesto a seguir durmiendo, sonrió enternecido prosiguiendo a acariciar el cabello, largo y rubio casi blanco como era naturalmente de sanzu, al igual que el suyo aunque ese ligeramente oscuro, pasaba con delicadeza sus dedos por la cabellera del menor quien casi ronroneaba ante sus caricias.

- rin en dos semanas en tu cumpleaños
¿Qué te gustaría de regalo? - pregunto el alfa alzando su rostro parar mirar directamente al omega quien abrió sus ojos sorprendido, al parecer lo había olvidado.

El omega se quedó pensativo por unos segundos su silencio se debió a que por unos instantes la imagen de su hermano apareció en su cabeza, sacudió esta misma para borrar la imagen y volviendo a la conversación con sanzu.

- no tengo ni idea, nunca hago nada en ese día - se encogió de hombros

- entonces deja que yo me encargue ¿si? - pidió el rubio casi peliblanco con una sonrisa, rindou sonrío ligeramente accedió con asentimiento de cabeza.

[...]

El omega se había quedado en la casa, tranquilo disfrutando de la hermosa vista a su jardín sentado en una silla mecedora terminando su tercer cigarro del día.

Apago la colilla, ingresando a su casa para después salir de esta por la puerta principal a dar una vuelta como de costumbre, salía sin cuidado alguno ya que era un pueblo tan recóndito y pequeño donde normalmente habitaban parejas de la tercera edad y adultos más grandes que él, así que no era molestado por nadie y encina con el clima que no era tan frío le venía bien estirar las piernas un rato.

- rindou! ¿Qué tal? -

Bueno a excepción de su vecino, Isamu que
Desde que se habían mudado este mismo fue personalmente a presentarse a darles la bienvenida, era un alfa más joven que él, alto y de pelo negro.

- hola -, buenas tardes - rindou intento sonar amable continuando su andar, rezando en su mente que este no le siguiera pero fue en vano al sentir la presencia del pelinegro a su costado.

- ¿te sucede algo? Te ves preocupado - el alfa sonriente miró el rostro con ceño fruncido del omega quien seguía su paso mirando al frente.

- no he dormido bien - respondió simple el omega, acomodando su lentes evitando con esto la mirada del contrario - ¿no tienes algo más importante que hacer? -.

- no en realidad - respondió ahora - al instante - ¿Quieres cenar algo? -.

- no - negó rápidamente el rubio - samu, si sabes que sanzu es mi pareja ¿no? - el omega detuvo su andar cruzando sus brazos esperando respuesta del alfa quien se encogió de hombros mientras asentía.

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⏰ Última actualización: Jul 18 ⏰

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