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Al día siguiente el omega despertó ya que los rayos del sol estaban invadiendo su rostro, cuando por fin logró despavilar todo le cayó encima, el dolor de su cuerpo, la debilidad, carga moral y sobre todo el hecho que casi se sometía a su propia muerte. No quería angustiarse tan rápido, tenía que seguir con su vida, se levantó con mucho esfuerzo caminando a su baño donde aún podía escuchar sus gritos dirigió su mirada a la ducha donde podía jurar ver los enormes charcos de sangre en el suelo, trago saliva y se desnudo mirando como el paño de algodón tenía ciertos rasgos de sangre.

"Como si pudiera tener periodo" Pensó el omega tirando el pedazo de tela una vez ya desnudo volviéndose a duchar, quería ducharse tantas veces hasta irritar su piel y saliera nueva ya que se sentía tan sucio de solo sentirse aún podía sentir sus muslos húmedos de sangre bajando por toda su pierna, aunque fuese solo agua.

El omega salió de su cuarto a la cocina sintiéndose tranquilo de estar solo, tomó cualquier fruta del refrigerador y recordó que no había tocado su teléfono en mucho tiempo, comenzó a buscarlo como loco hasta que recordó que estaba apagado, se sentó en el sofá rendido extendiendo su mano por el mueble y sintió algo duro, miró a su costado y era su teléfono. Gruñó molesto encendiéndolo al instante.

Apenas el dispositivo mostró la pantalla de inicio comenzó a vibrar como loco que casi creyó que explotaría. Tenía en total casi 120 llamadas perdidas y 300 mensajes sin leer. Se levantó asustado, sabía que no eran buenas noticias.

Una vez más su teléfono comenzó a vibrar, una llamada de Ran.

- hola...- respondió el omega tembloroso. Pensando que lloraría apenas escucharía la voz de su hermano quien no tenía idea de la noche que pasó.

- Rin perdóname pero ¿Donde mierda estas? ¿Qué mierda estabas haciendo? - se escuchaba tranquilo, que era peor, estaba sumamente molesto.

- ran...yo no se - dijo en desesperación de no tener una buena excusa.

- ¿Qué quieres decir que no sabes? - ese tono tan frío y suave le ponía los pelos de punta al hermano menor. - rindo, en media hora tenemos cita con los ejecutivos de sorpresa, te necesito justo ahora en el club -.

- estaré ahí ran, por favor no vayas hacer un escándalo - dijo el pelimorado asustado.

- no te preocupes hermanito...yo tendré otras maneras para que hables - el mayor sonrió mirando a su costado, era kakucho amarrado a una silla quien miraba serio al mayor, estaba gravemente herido - más te vale llegar temprano, adiós -.

El pelimorado Colgó antes de recibir respuesta destruyendo el dispositivo con su pie apenas lo azotó contra el suelo, se aproximo al menor quien no se había molestado en dejar de mirarlo.

- no te lo pienso repetir ¿Qué mierda pasó la noche de ayer? - el alfa amenazó empujando un poco hacia atrás el cuerpo del menor con fuerza apretando su hombro.

- ¿Sabes que te ves muy sexy torturando? - pregunto seriamente causando que el mayor abriera sus ojos en grande aflojando un poco su agarre, sacudió su cabeza volviendo a ejercer fuerza en el menor.

- Habla - comento friamente el alfa pelimorado girandose en su lugar apretando su rostro contra su mano para evitar el sonrojo que se había dibujado en su rostro.

- solo eso, hablamos un poco y bebimos, rindou quedo dormido y me fui - el alfa volvió a explicar quizá por quinta vez su mentira que ya casi el mismo se la creía.

- mientes! Rindou jamás toma alcohol - el alfa apretó los dientes. - y el me dijo que no tenía idea de lo que sucedió anoche -.

-¿Entonces que quieres saber? ¿Si me lo comí? - el pelinegro sonrió provocand el alfa gruñó con fuerza sacudiendolo con brutalidad mientras lo amenazaba con una fuerte cantidad de feromonas.

𝔢𝔰𝔠𝔬𝔫𝔡𝔦𝔡𝔞𝔰 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora