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Pasaron tres días, desde que comenzó la búsqueda por todo tokyo. Ran y kakucho parecian haber desaparecido del mapa. Rindou lo consumía la tristeza y la culpa, se encontraba en el edificio de bonten, mientras rebuscba en su teléfono algún indicio alguna información pero nada. También los demás integrantes intentaban averiguar algo, nada.

La tele que había de fondo hizo que llamara la atención de los integrantes de la habitación.

"Por fin, la lucha que se ha peleado por mucho tiempo contra los criminales más buscados de nuestro país ha dado frutos...como se creía dos integrantes de la organización criminal "bonten" han sido capturados por la policía, aún no se sabe quién o cómo haya sido capaz de entregarlos pero es simplemente sorprendente. Una vez más la policía-"

Todos quedaron serios después de dar un brinco en su lugar cuando el menor de los haitani disparo al televisor, no dijo nada y se giro en su lugar para salir de la habitación. Sanzu sabía que el chico estaba pasando por mucho. El primero en reaccionar fue kokonoi quien salió después de él, sanzu no podía hacer nada, tenía que seguir protegiendo a mikey.

Rindou estaba cansado, no había dormido ni comido. Después de enterarse de aquella noticia, sintió que su mundo se había derrumbado, todo lo que tenía se le había sido arrebatado en un segundo.

Sentía colapsar y solo se sostenía de las paredes.

- vamos a que te recuestes, no vayas hacer una locura y te atrapen también- sintió el aroma de koko, mientras intentaba este trabajo de ayudarlo a ponerlo de pie.

- no me importa que tanto tenga que matar para recuperar a mi hermano - dijo suavemente, esa noticia lo había hecho desmoronarse.

- esta bien, pero primero descansa, mañana iremos a rescatarlo-

- mañana podrían llevarlo a Estados Unidos a una cárcel de máxima seguridad! No pienso perder a mi hermano! -

- no sucederá- una tercera voz se hizo presente, sanzu estaba detrás de ellos - tardan mínimo 5 días para extraditar, así que aun tenemos días de sobra. Pero koko tiene razón, te ves horrible, lárgate a descansar -.

- no quiero, tengo que rescatar a mi hermano! Que no entienden? -

- el que no entiende eres tu, no vayas hacer algo estúpido por no pensar bien - gruñó el alfa aproximándose al pelimorado de forma amenazante, provocando que sus feromonas se hicieran más intensas. No solo intimidando al omega, también a koko -te llevare a tu casa, no vayas a cometer una tontería y nos salga peor por tus teatros, koko encárgate de mikey y allá dentro -

El peliblanco asintió alejándose poco a poco, sanzu obligaba a rindou a caminar hasta finalmente montarse en el vehículo del pelirosa, rindou iba bufando mientras trataba de pensar y pensar jugueteando con sus manos nervioso y mordiendo sus manos hasta que se detuvo,Tomó la mano del alfa que estaba colocada en el volante.

‐ el omega del jefe- dijo sin pensar, firme y mirando con rabia al pelirosa - Sanzu, llévame con el -.

- No puedo, mikey se debe de estar encontrando con él, aparte no sería un estúpido para hacer tal atrocidad- dijo sonriente completamente seguro, rindou no parecía calmarse, al contrario su aroma era más sofocante- rindou, no fue él. Te lo aseguro-.

- llévame con él o yo iré - sanzu seguía negándose, el pelimorado insistiendo hasta los gritos que el de ojos azules tuvo que detenerse para evitar un accidente. Continuaron gritándose hasta que rindou no soporto más y golpeó al contrario, sanzu iba a defenderse pero se detuvo en seco cuando escucho cómo el omega emitió un sollozo, seguido de otro, el mayor levantó su mirada. Era una escena que sanzu guardaría por siempre, ver esos ojos lilas cristalizados y cansados, brotando lágrimas a flor de piel, el omega se veía tan vulnerable, sintió por primera vez en mucho tiempo su corazón achacarse- por favor entiendelo, es mi hermano, mi sangre, él es lo único que tengo sanzu. Por favor llévame con él-.

𝔢𝔰𝔠𝔬𝔫𝔡𝔦𝔡𝔞𝔰 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora