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Al día siguiente rindou despertó desorientado, se sentía débil, se removió entre las sabanas y sintió frío cuando finalmente se despavilo se dio cuenta que estaba desnudo. Se regaño internamente. Busco a su lado pero no habia nadie, no reconocía el lugar pero sabía que no estaba ni en un motel, ni su casa, sentia tan fuerte el aroma de sanzu ¿Está era su casa?

apenas cuando iba hacer el intento por levantarse la puerta fue abierta, por el pelirosa quien solo llevaba puesto una pantaloneta blanca, su torso desnudo y cabello mojado. Rindou jamás había admirado con detalle el grueso y pálido cuerpo del alfa, tenía un cuerpo hermoso y masculino.

Rindou lo envidiaba, antes de saber que era omega tenía un cuerpo marcado, grande increíblemente musculoso, desde que las píldoras no eran tan fuertes su cuerpo se había reducido quizá un poco, tenía el cuerpo marcado pero no era lo mismo, pero era normal, era un omega.

- ¿Por qué estoy aquí? - se apresuró a preguntar, avergonzado de mirar minuciosamente al contrario quien lo miró después de unos segundos.

- tu me lo pediste, antes de desmayarte - respondió sanzu simple Mientras se estiraba - eres demasiado pesado, me costo demasiado -

- se te nota lo débil, pero no imaginaba que tanto - ataco el omega con una mueca añadida, sanzu gruñó - ...¿De verdad te lo pedí? -

- si, casi me suplicabas de rodillas que te trajera - mintió el alfa, sonriente, pues el omega realmente se lo pidió una vez y el alfa no se hizo del rogar.

- dios...- se cubrió la cara con las sabanas de la cama - ¿y por qué estoy desnudo? -.

- bueno...después de hacerlo en el estacionamiento- -

-¿QUE? - se destapó abruptamente, casi un brinco.

- en serio ¿no recuerdas nada? - pregunto sonriente el contrario mientras se sentaba en la cama, le gustaba ver al haitani menor sonrojado. El omega negó lentamente.

- me pediste hacerlo en el estacionamiento, pero después de casi terminar te desmayaste así que te metí a la camioneta, apenas cuando iba arrancar te despertaste y ahí fue cuando me pediste que vinieramos...después de llegar volvimos hacerlo muchas veces - presumía el alfa por lo reciente mencionado, rindou lo observaba con sus ojos abiertos muy abiertos. - estabas muy débil, ahora te ves mejor -.

- solo recuerdo que entre en celo - admito en casi un susurro - no recuerdo nada más -.

- supongo que fue porque nos distanciamos...el celo debio llegarte muy fuerte-

- aja - respondió rindou al instante, entrado en la sabana tomando su ropa del suelo para irse corriendo al baño a vestirse, en su camino sentía los pasos del contrario detrás de él pero ni le tomo importancia solamente cerró la puerta detrás de él, comenzó a ducharse intentando apurarse mientras limpiaba detalladamente su cuerpo desvaneciendo todo rastro de lo que había hecho anteriormente con el alfa. Cuando termino se seco con la primera toalla que encontró conforme secaba su cuerpo caminaba al espejo del lavamanos al mirarse casi pega un grito al cielo cuando miro al rededor de su cuello y clavículas estaban llenos de chupetes y mordidas. Se coloco su ropa alterado de forma rápida una vez que se encontraba vestido salió disparado hacia donde se encontraba el alfa acostado plácidamente en su cama el alfa al mirarlo se sorprendió al mirar el rostro del pelimorado.

- pagaras por haberme dejado tantas marcas - amenazo con voz aterradora golpeando la cama con fuerza, el alfa sonrió divertido.

- ¿te recuerdo como me lo pediste? - respondió suavemente el alfa disfrutando del sonrojo ajeno, el omega quiera cometer actos violentos contra sanzu pues seguía molesto de que solo bastó una noche para pasarse por la raja el contacto cero, y claro no podía esperar menos de sanzu quien no pareció hacerse del rogar.

𝔢𝔰𝔠𝔬𝔫𝔡𝔦𝔡𝔞𝔰 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora