CAPÍTULO 4: Opciones

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Alby puso orden a los clarianos, les ordenó que se fueran a dormir con lentos aplausos. Ya era tarde y no sabía dónde iba a dormir, así que me acerqué a Alby.

— Alby — Él se giró, después de que me dijera "buen trabajo" le pregunté. — ¿Dónde voy a dormir? Si no te importa, no me gustaría dormir al lado de estos adolescentes.

— No te preocupes. Por cierto, ¿Cómo te fue antes con Minho?

— Bien, ¿Por qué lo preguntas?

— En ese caso, ya sé donde dormirás. — Alby se dio la vuelta para llamar al asiático, el cual recogía su plato de la cena para llevarlo a la cocina.

Minho se giró para después caminar hacia nosotros.

— ¿Qué pasa? — Dijo sin darme la enhorabuena. Tenía el plato de comida vacío en sus manos.

— La verducha dormirá en tu cabaña hasta que los constructores le hagan una.

Los dos lo miramos sorprendidos y Minho habló por los 2:

— ¡¿Qué?! No me jodas, Alby ¿tendré que dormir con la novata? Esto tiene que ser una broma.

— Tenéis 2 opciones: o Minho duerme en las hamacas, o compartís la cama. A no ser que ___ quiera dormir al lado de los chicos en las hamacas. Vosotros veréis. Buenas noches.

Dicho eso, Alby se fue a su cabaña. Minho rodó los ojos y empezó a caminar para dejar el plato en la cocina. Yo le seguí.

— Creo que sabemos quién va a dormir en la cabaña y quién en las hamacas — Le dije, no quería dormir con Minho y menos en las hamacas, rodeada de adolescentes que no habían visto a una chica desde que tenían memoria.

— Enana, si crees que voy a dormir en las hamacas, estás equivocada: mañana me levantaré temprano y tengo que descansar. Prefiero dormir en mi cama supercómoda que en una hamaca cualquiera.

— ¿Y dónde duermo yo? Yo también quiero dormir sin estar rodeada de chicos.

— Bueno, si no quieres dormir con el mejor y el más guapo del Claro, siempre puedes dormir en el césped.

Lo miré enfadada. Minho no me había mirado desde que empezamos a caminar, pero estaba segura de que una sonrisa adornaba su rostro. Él dejó el plato en la cocina junto con los cubiertos y nos dirigimos a su cabaña.

— No voy a dormir en el suelo — Seguí insistiendo. — ¿Por qué no duermo yo en la cama y tú en el suelo? Si quieres te dejo la almohada.

— Ni de coña, la cabaña y la cama son mías. Así que tienes tres opciones de las cuales ya has descartado una: dormir en las hamacas, dormir en el suelo de mi cabaña, o dormir conmigo.

— Vale, pues dormiremos juntos, pero separados como mínimo 30 centímetros. ¿capisci?

Miré a Minho y sequía con una sonrisa. Llegamos a su cabaña y habló al abrir la puerta:

— Lo que digas, enana. Pasa.

La cabaña no era grande, pero tampoco pequeña y para mi sorpresa estaba ordenada. Él se sentó en la cama y se quitó las botas. Yo hice lo mismo, sentándome al otro lado.

— Te juro que como te acerques más de 30 centímetros no pasas de esta noche. ¿Lo pillas? Y no me llames enana, ya tengo nombre.

— Oído cocina, enana. — Lo miré con mala cara y nos acostamos con nuestras espaldas mirándose. — Buenas noches, no me eches de menos cuando mañana amanezcas sin mí.

— Soñar es gratis, hasta mañana.

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Perdonad, ayer se me olvidó subir el capítulo jeje

Mañana si me acuerdo publicaré un capítulo extra por mi cumpleaños :)

⭑586 palabras.

The maze runner fanfic | MinhoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora