CAPÍTULO 7: Mi trabajo

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Ya había pasado una semana. Mi cabaña estaría lista al atardecer, así que esta noche fue la última en la cabaña de Minho.

Hoy haríamos una asamblea para decidir en qué trabajo quedaría. Todos los trabajos me parecieron interesantes, excepto el de los cortadores; en todos me las había ingeniado bastante bien. No sabía cuál elegir.

Como todas las veces, la alarma de Minho me despertó antes que a él. Le desperté, él me dijo que era insoportable y nos pusimos las botas para ir a desayunar.

— ¿Ya sabes qué trabajo vas a elegir? — Dijo Minho. Esta vez estábamos solos en la mesa. Newt y Alby estaban ocupados, Fritanga preparando la comida y los otros corredores estaban en la sala de mapas: nos habíamos levantado más tarde de lo normal, así que ya habían desayunado.

— Me han gustado casi todos, aún no lo sé. ¿Cómo llegaste a ser corredor?

— Vieron que era el mejor y el más guapo y lo decidieron. Fin del cuento.

— Qué gracioso eres — Dije con un tono sarcástico.

— Lo sé. Y te encanta.

— Ya quisieras.

— Sabes que tengo razón.

— Adivino, ¿porque siempre la tienes?

— ¡Bingo! Nadie se resiste a mí.

— Ni siquiera te acuerdas de la última chica a la que le hablaste.

— Claro que me acuerdo, está justo enfrente de mí.

— ¿Se supone que me tengo que reír?

— Puedes hacer lo que quieras, pero admite que esta noche te sentirás sola y que tengo razón.

— Esta noche será la mejor de toda la semana, te lo aseguro.

— Eso solo pasará si duermes conmigo.

— Qué pena, porque no voy a dormir contigo — Dije en tono sarcástico. Minho se rio.

— En realidad sí que la sientes.

— ¿Siempre le llevas la contraria a la gente?

— Solo cuando mienten.

— ¿Y por qué crees que querría estar contigo?

— Cariño, todos quieren estar conmigo.

— Estoy segura de que la mayoría de los clarianos te darían un puñetazo si pudieran.

— ¿Tú me lo darías? — Dijo después de una pausa.

— A veces.

— ¿A veces?

— ¿Por qué siempre me contradices o me cuestionas?

Minho no respondió. Solo sonrió bajando la cabeza hasta su plato de comida para acabarse el desayuno. Yo hice lo mismo.

Por la tarde, los clarianos estaban sentados alrededor de la cabaña. Todos los guardianes estaban allí, incluido Minho, que había vuelto antes del laberinto para poder asistir.

— Bien — Dijo el líder. — Ha pasado una semana desde que ___ vino en la caja. Después de haber todos los trabajos, escucharemos lo que cada guardián tiene que decir.

Fritanga habló primero.

— ___ me ha ayudado mucho en la cocina, sabe cocinar algunos platos básicos y hemos estado a gusto. No me molestaría para nada trabajar con ella.

Alby miró a Winston, que era el siguiente guardián, sentado al lado de Fritanga.

— La verdad es que ___ no es muy buena en nuestro entorno, no te ofendas.

Yo le sonreí, era verdad. Todos los guardianes hablaron, excepto Minho, el cual solo se encontraba para escuchar, ya que para ser corredor te tienen que elegir.

Los comentarios fueron muy buenos. No se me había dado mal casi ningún trabajo y estuve cómoda trabajando con todos. La decisión era mía, pero no pude decidirme.

— Esta semana te has adaptado muy bien, ___. Eso es de agradecer — Dijo Alby. — Si a todos os parece bien, aún no tendrás un trabajo fijo y ayudarás en todo, excepto a los cortadores.

Todos estuvieron de acuerdo, incluida yo. Me parecía bien probar cosas nuevas. Además, así era más divertido que estar haciendo la misma cosa durante todo el día.


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The maze runner fanfic | MinhoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora