CAPÍTULO 23: Charla nocturna

305 26 5
                                    

Al caer la noche, Teresa se acercó a mí después de la cena. Le enseñé donde estaba mi cabaña y entramos dentro.

— Es bonita. ¿Seguro que no te importa? — Dijo.

— Gracias, y, no, dormiré en otro sitio, no te preocupes En el primer cajón tienes pañuelos y cerillas — Señalé a mi mesita de noche — Al lado de la puerta tienes un farolillo, por si sales de noche o algo.

Ella solo asintió con la cabeza y dirigió su mirada hacia mi arco. Después de hablar con Newt, Minho me dio mi arco y lo coloqué en su sitio. Aún no habíamos hablado del tema.

— ¿Haces tiro con arco?

— Sí, a veces salgo al bosque a disparar — Hubo una larga pausa —. Bueno, que descanses. Si tienes algún problema o lo que sea, estaré en la cabaña de Minho, está cerca de esta.

— Vale, gracias — Me sonrió.

Salí de mi cabaña. Aún estaba decidiendo si me caía bien o mal; de todos modos, era la primera charla que teníamos y parecía amigable, aunque de pocas palabras.

Fui a la cabaña de Minho, golpeé la puerta tres veces y él preguntó con voz molesta:

— ¿Quién es?

— Yo, abre.

— ¿Quién es "yo"?

— Pues yo, ___, ¿puedo entrar o qué?

— ¿Y por qué no entras sin más?

— Por si acaso — Abrí la puerta y entré.

Minho estaba tumbado en su cama y al entrar se sentó.

— ¿Por si acaso? — Me encogí de hombros sin saber qué decir, aunque en realidad sabía el significado de mi frase. Me senté al otro lado de la cama para quitarme las botas cuando el asiático se levantó.

— ¿Qué haces?

— ¿Quitarme las botas para irme a dormir?

— De eso nada, tenemos una conversación pendiente —. Se sentó en un mueble de al lado y, al verlo, me senté al otro lado de la cama, quedando uno en frente del otro —. ¿Y bien?

— ¿Y bien, qué? — No sabía qué decir.

— ¿En serio no vas a decir nada?

— ¿Qué quieres que diga?

— Los dos sabemos que te gustó, pero quiero oír como lo dices por ti misma — sonrió satisfecho.

— ¿En serio? Pero si saliste corriendo después de eso, no me diste tiempo a pensar.

— Has tenido toda la tarde para pensar, ¿o no has pensado en el beso?

— Sí que he pensado en eso.

— ¿Y qué has pensado?

— He pensado que, saliste corriendo sin explicaciones y que solo lo hiciste porque te dio la gana, para divertirte o yo qué sé. ¿Hemos acabado? — Dije enfadada.

Estaba cabreada porque tal vez lo había hecho por diversión y no porque le gustase de verdad. No quería hacerme ilusiones, conocía a Minho y él era capaz de hacerlo, pero quería hablarlo conmigo, eso era raro.

Después de todo este tiempo, creía que éramos mejores amigos. Él era un tío perfecto -a pesar de su egocentrismo- y nunca imaginé que pudiera fijarse en mí como yo lo había hecho estos meses. Estaba confundida.

— Claro que no hemos acabado — Se cruzó de brazos —. ¿En serio piensas que lo hice para divertirme?

— De hecho, estoy 99% segura de eso. Así que si te has quedado satisfecho, felicidades.

The maze runner fanfic | MinhoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora