CAPÍTULO 27: La noche en el Claro

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Miedo.

Eso era lo que sentía. Los demás clarianos nos informaron que la puerta no se cerraba, así que nos acercamos a ella con cautela. Winston estaba allí. Thomas –que estaba detrás de mí– le preguntó qué pasaba: las puertas no se cerraban, algo que ya sabíamos.

Nos quedamos mirando las puertas abiertas junto a otros que vinieron con antorchas. Ya era de noche, tendría que haberse cerrado hace un buen rato. Miré a mi alrededor; Minho estaba a mi derecha, mientras que Newt y Thomas a mi izquierda: los demás estaban alrededor.

De repente, un ruido escandaloso nos asustó a todos, provocando que nos tapáramos las orejas con desagrado. Minho me cogió de los hombros en forma de protección, pero quitó su mano cuando se escuchó otro ruido más familiar.

Era el de las puertas: cuando se cerraban o se abrían, ese era el sonido, pero no provenía de esa abertura. Giré bruscamente todo mi cuerpo al ver que la puerta al otro lado del Claro se estaba abriendo, provocando que los pájaros encima de estas echaran a volar.

— Vale — Thomas puso orden, tomando el papel de líder —. Chuck, ve a la sala del consejo y bloquea las puertas.

— Winston — Newt habló después de que Chuck asintiera —, ve con él.

— Ve a por los demás — Gally también estaba dando órdenes a otros clarianos —, id al bosque a esconderos, ya.

— Minho, ___, — Thomas se dirigió a nosotros — coged todas las armas que podáis, nos vemos en la sala del consejo.

— Vamos — Ordenó él.

Seguí a Minho junto con Newt y Fritanga, que también ayudarían. Corrimos en dirección hacia la sala de mapas, pero yo también tenía armas.

— Nos vemos luego — Dije.

— Ten cuidado — Me dijeron los tres a la vez.

— Sé cuidarme solita.

Fui pitando hasta mi cabaña y me equipé con lo de siempre: arco, carcaj, flechas ígneas y normales y protección. También cogí una caja de cerillas que me la guardé en el bolsillo y una navaja.

Vi una mochila al lado de un mueble y la cogí. Como pude, enganché el carcaj al lado de esta con cinta. El arco me lo colgué en los hombros y metí la navaja dentro de la mochila.

Me dirigí rápidamente hacia los jardines: pude ver a todos corriendo, pero a nadie cercano a mí. Cuando llegué, cogí un machete que había tirado en el suelo y me lo coloqué dentro de la mochila, haciendo que la superficie afilada sobresaliera de la cremallera.

Al fin, vi a Thomas y a Teresa junto con más gente correr hacia unos cultivos altos: se iban a esconder de un lacerador que les estaba atacando.

Corrí lo más rápido que pude mientras sacaba una flecha para encenderla con la cerilla. Saqué la pequeña caja de mi bolsillo, la abrí con una mano, saqué la cerilla y la encendí.

El lacerador se había llevado a un clariano, en cuanto vi que iba a atacar a otro, le disparé en la cabeza, haciendo que los cultivos y la bestia ardieran.

— ¡Thomas! — Chillé lo más que pude — ¡Corred!

Me uní a su grupo y nos encontramos con Alby, que iba sujeto de dos chicos. Thomas habló con el líder, pero pasé de escuchar la conversación; en vez de eso, volví a colocar otra flecha y preparé otra cerilla por si las moscas.

Un clariano fue atacado, un lacerador le atrapó y la arrastró por el suelo. Esa fue mi señal: iba a encender la cerilla, pero vi que todos salían corriendo, así que los seguí. De todos modos, el lacerador estaba relativamente lejos y la oscuridad no ayudaba.

The maze runner fanfic | MinhoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora