CAPÍTULO 19: Curiosidad

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Fuimos a la enfermería: un par de clarianos la trajeron después de lo sucedido. Thomas, Newt, Minho y yo fuimos a ver qué pasaba.

Thomas estaba al lado de Newt y yo al lado de Minho, los cuatro dentro. Me crucé de brazos, al igual que el rubio: estaba desesperado por saber lo ocurrido.

— Jeff, dinos, ¿qué le pasa? — Newt atacó al médico con preguntas. ¿Por qué no se despierta?

— Oye, tío — Contestó él —. Conseguí el mismo trabajo de la misma manera que tú.

Newt miró a Thomas. Si la chica le conocía, a lo mejor él también.

— ¿La conoces?

— No.

— No jodas — Dije sarcásticamente —, pues ella sí parecía conocerte.

— ¿Y qué hay de la nota? — Preguntó Thomas.

— Nos ocuparemos de ella más tarde.

— Pues yo creo que deberíamos preocuparnos — Le respondí a Newt —. Si la caja no vuelve a subir, las provisiones se acabarán y no tendremos nada que hacer. Conclusión, que la palmaremos.

— Por dios, ___. No saquemos conclusiones precipitadas.

— ¿Que no saquemos conclusiones? Eso es exactamente lo que decía la nota.

— Esperemos a que se despierte, y a ver qué sabe.

— Eso si se despierta. Ha llegado, según tú, medio muerta. Luego se ha desertado y se ha vuelto a la cama otra vez.

— En serio, ___ — Minho entró a la conversación —, eres la alegría de la huerta.

— Vale... — Dijo Thomas, luego salió de la enfermería.

— ¿A dónde vas tú? — Dijo el rubio.

— Vuelvo al laberinto — Dijo sin mirar atrás. Minho y yo le seguimos después de una mirada cómplice por parte de Newt.

Salimos de la cabaña. El corredor paró a Thomas con una mano y los tres nos detuvimos.

— Eh, Thomas — Habló el asiático — ¿Qué es lo que te pasa? ¿Quieres suicidarte? ¿Acabas de salir y ya quieres volver?

— Newt... Newt dijo que nadie había visto un lacerador y sobrevivido para contarlo.

— ¿Y? — Respondí.

— Y, ___, ahora tenemos uno. Decirme que no sentís ni un poco de curiosidad.

Minho negó con la cabeza.

— En realidad no.

— Bueno... — Los dos me miraron — Podríamos ir a observarlo. A lo mejor podría tener algo que nos lleve hasta algún punto en el laberinto que desconocemos o alguna historia chunga.

— Estoy con ___. Dijo Thomas. Quiso avanzar, pero Minho volvió a pararle.

— ¿Y cuál es el plan, vais a ir a diseccionar esa cosa vosotros solos?

— Si tengo que hacerlo solo, lo haré.

— Vale, novato — Dije —. Vamos a relajarnos y a respirar hondo, y piensa en lo que acabas de decir.

— ¿Los demás corredores ya han salido? — Dijo Thomas.

— Los demás dimitieron esta mañana — Minho les señaló con la cabeza —. Después de que picaran a Alby, no tienen ninguna prisa por volver a entrar al laberinto.

— Qué cabrones, y nosotros aquí trabajando. Vaya morro que tienen — Hice una pausa — ¿Por qué narices tienes tanta curiosidad por el laberinto? A ver, es guay darse un paseo matutino con los laceradores... Pero acabas de salir medio muerto de ese sitio y quieres volver — Negué con la cabeza —. Y creía que a Minho se le iba la olla... — Susurré, aunque me gané una mirada asesina por parte del corredor.

— ___, yo creo que es hora de saber a lo que nos enfrentamos.

— Vale — Minho le miró —, pero no vas a entrar ahí tú solo. Nos vemos en el bosque en media hora — Ahora su mirada se dirigió a mí —. Vamos, enana. Vas a ayudarme.

Minho y yo fuimos a la sala de mapas. Allí me explicaría el plan que se le había ocurrido. Cuando entramos, se puso delante de la tela que cubría una superficie. Yo me puse al otro lado, delante de él.

— A ver, ___. Creo que eres lo suficientemente madura para que lo sepas. De todas formas, ya has entrado en el laberinto antes.

El corredor quitó la lona. Pude ver una maqueta del claro y del laberinto, que era enorme.

— Vaya, no está nada mal... — Asentí con la cabeza. — ¿Lo has hecho tú?

— Es el laberinto — Hizo una larga pausa —. Todo entero.

Fruncí el ceño, le miré y me apoyé en la mesa. Observé las piedras con números, debían de ser las secciones del laberinto.

— ¿Cómo que todo entero?

— Ya no quedan más mapas por hacer.

— Vale... pero, ¿por qué me lo cuentas? Ni siquiera soy corredora, además está completo, ¿en qué nos beneficia?

— Antes de que todo esto pasara, hablé con Alby. La noche del agujero en el cielo... En realidad sí pasó algo.


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774 palabras.

The maze runner fanfic | MinhoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora