CAPÍTULO CATORCE
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"Cuarto recuerdo"
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— No creo que esto sea una buena idea.
Ignoré a Arlene y seguí mirando en los alrededores, tratando de no pasar por alto ninguna ramita.
— Nos meterás en problemas.
Seguí sin hacerle caso y continué buscando.
Árboles.
Flores.
Arbustos.
Raíces.
¿En donde diablos está?
— Alice.
— ¿Quieres dejar de quejarte? — le espeté — Si tanto miedo tenías, no haber venido.
Con eso conseguí que se callara finalmente. La parte del bosque en la que estábamos era espesa, pero aún así yo no entendía cómo una pelota rosa chillón y con florituras podía ser tan difícil de encontrar entre tantos tonos de verde y marrón.
La verdad, yo no debería estar en el bosque. Hace cuatro años intenté salirme con la mía acercándome lo bastante cómo para que un animal me tocara, y eso cabreó mucho a papá. Al día siguiente volvimos a casa y a mi me echaron el regaño del siglo. Sin juegos ni salidas por lo que quedó del verano.
Pero mi mayor miedo fue que papá no volviera a traernos para el próximo verano, me alivié mucho cuando no fue así. Sin embargo vino con una condición: estaría las veinticuatro horas del día vigilada para que no pudiera volver a acercarme al bosque. Esa condición se volvió una condena, ni siquiera podía ir más allá de cinco metros de la casa sin que me llamen la atención.
Era muy aburrido estar encerrada. Estaba armando el billonésimo rompecabezas cuando mi hermana pequeña entró llorando diciendo que sin querer había botado su pelota hacia el bosque.
La oportunidad tocó a mi puerta sin llamarla.
La ayudé a buscar por los alrededores de dónde jugaba, son alejarnos mucho del límite permitido. Cuando no la hayamos, felizmente le dije que tendríamos que adentrarnos en el bosque.
El momento de paz se rompió con una nueva queja de mi hermana.
— Papá se enojará mucho con nosotras.
La ignoré nuevamente, contando hasta diez.
— ¿Por qué no le pedimos que la buscara él?
— Ya te lo dije: papá salió con mamá al supermercado más cercano.
Gran mentira.
Ni loco papá me dejaba sola en casa existiendo la posibilidad de que entrara al bosque de nuevo. Mamá es la que fue en el auto a la ciudad para comprar golosinas, pero papá estaba muy entretenido en el baño con la música de Mozart que, discretamente, puse para que no se diera cuenta que no estábamos.
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Amnesia
Werewolf- ¿No vas a decir nada? - Yo... yo no... - intento hablar pero mi lengua parece de trapo - No te conozco. Ella me mira con los ojos muy abiertos, sin dar crédito a lo que digo. - ¿Qué? Vuelvo a repetir - No sé... quién eres. Pero aunque tu mente n...
