Cap 15

8 0 0
                                    

CAPÍTULO QUINCE
•                                                             •
"Rayan Himblett: otra parte de la historia"

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Pov Rayan

Veo su ceño levemente fruncido mirando el plato de patatas fritas que puse delante de ella hace apenas diez minutos. Tiene su mano sujetando una porción de su cabello en un puño y cada cierto tiempo lo revuelve, volviéndolo un desastre que sólo la hace ver más hermosa. Frente a ella está Thomas, su alborotado, atrevido y pelirrojo mejor amigo, mordiendo con enojo la pajilla del refresco que ordenó.

— Buen trabajo. — le dije a Leilany —

— Por poco. — ella se quita la peluca rubia y las gafas de Sol antes de estirarse un poco. Luego mira sonriendo hacia donde están Allison y Thomas — Parecen muy frustrados.

— Parecen más que eso.

Y eso me preocupa.

Los gestos de Allison denotan nerviosismo e indecisión, no frustración porque mi hermana se les halla escapado de entre los dedos. Lo que me hace preguntarme: ¿En qué estará pensando? Desde el auto no puedo escuchar lo que están hablando, por desgracia, solo he podido observar.

A pesar de que puedo distinguir exactamente las emociones de ella, nunca he podido adivinar lo que piensa. En este momento solo puedo suponer que, sea lo que sea, se lo está cuestionando a fondo. De repente la escena me resulta muy familiar.

●•●

— ¿Te rindes?

Los ojos de todos están puestos en su persona, ella tiene el ceño levemente fruncido tratando de ignorar el peso de esas miradas cuando clava sus pupilas como cuchillos en mi rostro.

— Ya quisieras.

No puedo evitar sonreír. Tengo que admitir que es persistente aunque eso no la librará del castigo que le pienso dar. Nadie me llama idiota y menos en público como si fuera cualquier persona.

No soy cualquier persona.

— Tal vez deberías escucharme, si aceptas la derrota y me pides perdón tal vez te deje ir con solo una pequeña advertencia. — su entrecejo se contrae un poco más ante mis palabras —

Siento un ligero apretón en mi hombro que me hace dar la vuelta, los reprochosos ojos de mi hermana amenazan con tirarme de las orejas. Está preocupada por su amiga y sé perfectamente porqué: soy el mejor jugador de ajedrez que ha visto esta parte del mundo, pienso una estrategia antes incluso de sacar las fichas de su caja, desde que aprendí a jugar nunca he perdido un reto. Todo aquel que me ha desafiando ha perdido y pagado las consecuencias.

Siempre hay personas que piensan que pueden engañarme, manipularme o pisotearme así que, como una falsa muestra de benevolencia los convenzo de jugar una amistosa partida de ajedrez, si ellos ganan se pueden ir, si yo gano les impongo un justo castigo por su insolencia. Ahora mi hermana me da algo de pena, porque cuando gane su amiga pagará y posiblemente la perderá, Leilany nunca ha tenido amigos más allá del gran portón, pero esta es mi regla no escrita y, si ella quiere seguir siendo su amiga tendrá que aprender a respetarme.

— ¿Segura que no quieres renunciar? Pareces contrariada. — mi boca salivea ante el dulce sabor de la inminente victoria —

— ¿Quieres callarte de una vez? — su tono de regaño hace que mis cejas se eleven con sorpresa — Intento pensar como derrotarte y tu constante cacareo no deja que me concentre.

Amnesia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora