Capitulo 3

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Un jóven de diecinueve años se encontraba en el campo de tiro.

Su postura firme era un mantra que respetaba a raja tabla.

Su mirada felina tenia un objetivo.

Sus compañeros se sorprendieron sintiendo un escalofrío. Cada una de las balas dieron sin margen de error en el punto medio del maniquí.

Se trataba del hijo del jefe.

Nadie se atrevia siquiera a acercarse a el pero se corria rumores a voces dentro de la mansión Wang.

Huyó de casa por un ataque de rebeldia a los dieciséis y regresó un año después.

Pero totalmente diferente a lo que se lo recordaba.

Ya no era el jovencito risueño que solia ser.

Nadie sabía que le había ocurrido, pero era como si algo se hubiera apagado en el para siempre.

...

-¡Mami papi helado!.-El castaño qué salía del banco se volteó con el corazón en la boca.

De la calle del frente un hermoso y regordete niño de cabellos castaños saltaba por delante de sus padres.

Yibo lo siguió con la mirada hasta que se perdieron dentro de la enorme heladería.

Masajeo la zona de su pecho y garganta para aflojar el nudo que se le formaba.

Hoy era su cumpleaños número veinte y el encontrarse en la calle con aquel pequeño fue una caricia a su ya petrificado corazón.

Cuándo tenia ganas de rendirse, cuándo su cuerpo estaba al límite, recordaba esa hermosa sonrisa que vio crecer a lo lejos en muy pocas oportunidades.

Parecía una especie de incentivó o casualidad del destino el encontrarse con él cuándo estaba a nada de tirar la toalla.

Por él continuaba, por el no se rendía.

Por él mantenía un pie dentro de los límites de la cordura.

Por él aún no saltaba al completo vacío.

Por el mantendría las calles en orden.

Para qué su niño pudiera caminar feliz por ellas.

...

Un tiroteo entre bandas enemigas a plena luz del dia.

Dejando la camioneta tirada en el callejón el castaño ajustó su arma lista para disparar.

-¡A mi señal!.-Guió a su grupo.

Corrió perdiéndose entre las calles para llegar a la entrada de subte donde otra camioneta ya los esperaba.

Una bala rozo el hombro.

Decidio correr en dirección contraria ya que vio venir a más hombres armados.

Viéndose sin salida se metió tras unos muros dispuesto a atacarlos.

Las personas en la calle corrian despavoridas. Algunas resultaron heridas y a lo lejos ya se podia escuchar la sirena de policías.

Salió de su escondite y corrió disparando certeramente hacía sus enemigos.

La pelea era entre ellos no entre personas inocentes.

Pero se salió de control, se supone que estas persecuciones ocurrían en las lineas abandonadas del subte, en el puerto o muy entrada la madrugada. No a plena luz del dia, en una calle central llena de transeúntes inocentes.

until we meet again •ZhanYi•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora