30 | Lejos de todo

236 25 0
                                    

Silencio

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Silencio.

Todo en mi interior está en silencio. Soy la única en esa mesa que no ha dicho ni una sola palabra. Y así de fácil, mi mente viaja a los primeros días de este viaje. A todos esas veces que me senté frente a ellos, sintiéndome una extraña. Reconociendo que no pertenezco allí.

¿Realmente he pertenecido alguna vez? ¿O solo fue el efecto de enamorarme de Iván?

Iván.

Tampoco está hablando. No tanto. De hecho, solo está contestando a las preguntas que los demás le hacen. Pero tan pronto quitan la atención de él, su mirada vuelve a perderse.

Está distanciado, y yo desconozco el motivo. Es como si de pronto no lo conociera en lo absoluto. Como si siguiera siendo aquel extraño que me sacó un susto meses atrás, cuando rompí la pantalla de su móvil.

Bajo la mirada a la ensalada dulce que Julia preparó. No tengo hambre. Pero si no me apresuro, más tardaré en poder librarme de esta incómoda situación.

El peso de una mirada cae en mí de pronto, y no hace falta que alce la mía para saber a quien pertenece.

No voy a mirarlo.

No.

Porque primero merezco una explicación a lo que sea que está pasando con él.

Y pensar que ayer todo estaba bien. Nos habíamos besado sin parar, y habíamos pasado una increíble tarde en la playa.

Y ahora... nada.

Estoy a punto de soltar un suspiro cuando alguien se aclara la garganta.

Mi padre.

Mi hermano y Liv dejan de reír para poner su atención en este. Julia lo mira y detecto que está conteniendo una sonrisa. Iván, por su parte, lo mira con los labios apretados en una línea. Está nervioso.

—Sigan comiendo, por favor. En seguida vuelvo yo —nos dice con una sonrisa antes de ponerse de pie y adentrarse en casa.

Algo en mí me dice que lo siga. Que vaya tras él y le pida respuestas.

Estoy a punto de hacerlo, pero entonces la voz de Julia me lo impide.

—¿Te está gustando la ensalada, cielo?

Me giro hacia ella, poniendo todo de mí para no terminar recayendo en Iván, quien está sentado al otro extremo de la mesa, de frente a mí.

NUESTROS MIEDOS | IVÁN BUHAJERUKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora