Capítulo 4

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Como siempre ha pasado con las anteriores parejas, en tan solo unos días, Lena y Kara se volvieron inseparables. Se mantuvieron en contacto a través de mensajes de texto y llamadas telefónicas. Ambas sentían una conexión especial que las atraía la una a la otra.

Por otro lado, la relación de las hermanas se había vuelto algo tensa desde que Lena había aparecido en sus vidas. Para Alex, Lena era vista como una influencia negativa en la vida de Kara, una mujer que solo buscaba diversión y que representaba un peligro para la estabilidad y el bienestar de su hermana.

Cada vez que las hermanas se veían no podían evitar discutir por causa de Lena y sus malas intenciones. Que, según Alex, sí tenía. Pero Kara la defendía a muerte sin saber los efectos que la pelinegra causaba en ella.

Hoy había sido otro día de esos. Kara quería aprovechar la mañana y pasar por la casa de Alex para recoger sus pertenencias, pero las cosas no salieron como esperaba. Apenas entró por la puerta comenzaron una discusión. Era algo que ambas no podían evitar al verse, aunque así lo quisieran. La rubia había conseguido donde quedarse con ayuda de Lena y había ido a terminar de recoger sus cosas en la casa de su hermana.

Kara llevaba algunos días quedándose con Lena, Alex lo sabía y le había dado su espacio. Pero su hermana ya estaba cruzando los límites y abusando de la confianza que la mayor le había impuesto.

Lena había sugerido que Kara podía quedarse a vivir con ella, ya que sería más económico para ambas. El apartamento era muy grande para una sola persona y que Kara estuviera buscando un lugar donde quedarse, era excelente, ya que la rubia estaría con Lena. Dos era más que suficiente para llenar el vacío que sobraba en el lugar. Además, el apartamento quedaba cerca del trabajo de Kara, otro punto a su favor. Solo compartirían el alquiler. Kara quedó más que encantada con la idea de vivir con Lena y sin dudar aceptó. Pero cuando Kara le contó la noticia a su hermana, se opuso por completo.

—Es una mala idea. Mi respuesta es un no en mayúsculas y lo sabes. No te dejaré hacer algo tan estúpido.

—No es como si te estuviera pidiendo permiso. Además, siempre que te digo algo con anterioridad te parece malo. No hay nada que salga de mi boca que pueda complacerte.

—Eso no es cierto.

—Claro que sí. De seguro lo que te molesta es que sea con Lena que me vaya a vivir.

—Sabes lo que pienso de ella, Kara. Y sí, es obvio que voy a molestarme cuando mi tonta hermana decidió irse a vivir con alguien que apenas conoció sin habérmelo consultado antes.

—No, no sé lo que piensas, Alex. Ni siquiera has hablado con ella para saber cómo es. No la conoces como yo lo hago.

—Ese es tu problema. Deja de defenderla tanto, tú apenas la conoces. ¿¡No te parece extraño que en tan poco tiempo ya incluso te invite a vivir con ella!? Podría ser una asesina o alguien que solo quiere vender tus órganos. ¿Al menos lo has pensado?

—Ahora entiendo. La detestas solo porque tengo más conexión con ella que contigo. Estás celosa.

—No, no lo estoy, y menos de una mujer adulta que intenta enredarse con una jovencita que apenas se puede mantener sola.

—Solo buscas algo para que me aleje de ella y eso es algo que no pasará. ¿Que no ves que ella me hace bien? Estoy feliz cuando paso tiempo con ella.

—Deja de pensar que todos son buenos Kara, porque no es así. Estamos viviendo en un mundo donde a nadie le interesa el bienestar de los demás, solo buscan su propio beneficio. Bórrate la idea de que esa mujer es buena, porque nadie lo es. No estamos viviendo en un cuento de hadas.

𝑭𝒆𝒎𝒎𝒆 𝑭𝒂𝒕𝒂𝒍𝒆 | 𝑆𝑢𝑝𝑒𝑟𝑐𝑜𝑟𝑝 𝐴𝑈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora