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Giada

Día de la fiesta. 

Tengo la necesidad de follar, nunca he estado tan caliente como lo estoy en estos momentos y mi cuerpo me está exigiendo liberación. 

Muerdo la uña de mi pulgar mientras mi puño golpea con fuerza la puerta del baño, pero la parejita que ha entrado desde hace diez minutos al parecer ellos sí podrán tener esa liberación. Vuelvo a golpear la puerta, pero por el rabillo de mi ojo visualizo a Max, él se tambalea un poco mientras sube por las escaleras, así que queriendo o no me acerco a él. 

— ¡Oye! —Le digo haciendo que detenga su paso y gire para verme—, ¿hay otro baño? La parejita que acaba de entrar no quiere salir. 

Su mirada me recorre y se siente como una caricia fantasma. 

—Sígueme. 

Asiento y camino detrás de él mientras admiro su espalda ancha, pero con una cadera estrecha. Seguimos subiendo y me mira de reojo y sonríe. 

Aprieto mis labios e intento no caerme porque siento que todo gira a mi alrededor, al llegar a una habitación, me indica que pase y luego me dice dónde está el baño, así que sin más camino ahí y me meto al baño. 

Mojo mi rostro y hago mis necesidades, me lavo las manos y me miro en el espejo antes de apuntarme con mi dedo. 

—No hagas ninguna idiotez, no hagas nada —susurro.

Ato mi cabello en un moño alto y salgo del baño justo en el momento cuando Maxime se está terminando de poner su pantalón de dormir. No tiene nada en la parte de arriba, así que puedo ver su pecho, tiene varios tatuajes, pero hay uno en particular que me llama la atención que está cerca de la cinturilla de su pantalón. 

Por un momento pienso que es mi maldita borrachera, pero cuando me mira de arriba abajo y me guiña un ojo, siento el calor recorrer todo mi sistema. 

—Imaginaba tu habitación distinta —murmuro para salir de mi aturdimiento, observo las imágenes que tiene en su pared. 

— ¿Por qué?

Encojo mis hombros y él se acerca a mí, pero le doy la espalda porque tenerlo de enfrente es demasiado, él es tan atractivo y necesito no caer por lo que enfoco mi vista en el librero que tiene. 

—Estoy casi segura que de todos los libros que tienes ahí solo has leído dos. 

— ¿Eso crees? —Su voz me hace sentir que está detrás de mí. 

—Sí. 

—Tienes un concepto erróneo de mí. 

—Lo básico —respondo y giro para verlo, lo encuentro mirando mi cuerpo con deseo y eso me hace sentir cosas—, me dijeron de las tantas habilidades que tienes. 

—Lo mejor de mí.

Sonrío y él también lo hace. 

—Dijeron que con un beso haces caer a muchas chicas y...

— ¿Tienen razón? —Cuestiona mientras su pulgar va a mi barbilla y acaricia mi piel—, ya te bese, solo falta que...

— ¿Me vas a mostrar también esa habilidad que tienes en la cama?

—Te puedo mostrar lo que quieras. 

—Solo... —trago saliva cuando su pulgar delinea mi labio inferior y observa con deseo mi boca—, nunca he tenido tantas ganas de follar...no sé qué mierda hiciste conmigo. 

—Es mi secreto. 

Miro sus labios y él sonríe. 

—Esa mirada que tienes —murmura mientras se acerca más a mí—, esa mirada me está pidiendo muchas cosas. 

Irresistible AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora