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Giada.

Cuando me subí al autobús, mis compañeras me dieron esa mirada extraña. Es obvio que me vieron con Max.

Me acomodo en mi lugar antes de sacar mi celular y observar el chat de Melissa, no hay nada. Ningún mensaje, ni siquiera ha visto mis mensajes, vuelvo a enviarle otro y lo bloqueo mientras observo a la entrenadora que está pasando lista.

—Entrenadora...ya hablé con Melissa seguramente no tarda en llegar —murmuro lo suficientemente fuerte para que me escuche.

Ella suspira y niega con la cabeza.

—Sobre eso...siempre les he dicho que ustedes son alumnas excelentes...muchas de ustedes tienen la beca deportiva y deben de representar a la universidad siendo responsables —nos observa a todas y suspira—. Sé que son jóvenes y que quieren experimentar de todo, yo lo hice, pero si saben que tiene el juego pronto...no se droguen antes de las pruebas de dopaje.

»Melissa dio positivo en las pruebas y se tomó la decisión de darla de baja temporal, llegando al hotel se les hará otra prueba y más les vale no dar positivo.

Todas asentimos y bajo la mirada a mi celular para mandarle un mensaje a Camille, para que pueda hablar con Melissa, cuando la profesora nos da una última mirada, niega con la cabeza y toma asiento antes de indicarle al chofer que puede iniciar el viaje, el ambiente se siente demasiado intenso.

Me acomodo en mi asiento y tomo mi celular para ver si hay una respuesta, pero no.

Unas tres horas después hemos llegado al hotel y ya nos hemos acomodado con nuestra respectiva pareja. Mi compañera se ha quedado dormida casi al instante que se acostó en su cama, pero yo no puedo dormir.

Tomo mi celular y miro que Maxime me ha mandado un mensaje avisándome que acaba de llegar a la empresa donde está haciendo su pasantía, miro la foto que me ha enviado y carajo, es guapísimo y me gusta, de verdad me gusta.

Sonrío como tonta mientras miro su foto y voy al restaurante para poder comer algo, no podremos ir a turistear debido a que en dos horas nos iremos a la universidad donde será nuestro juego.

⟡⟡⟡

Miro hacia la grada donde están varios alumnos y maestros de la universidad para poder apoyarnos, mientras paso mi mirada sobre los chicos, regreso mí vista hacia alguien. Maxime, él me sonríe y me saluda haciendo que yo sonría y levante mi mano para saludarlo.

—Así que...tú y Max, ¿eh?

Miro a mis compañeras que interrumpen mi dulce encuentro y les sonrío.

—No sean chismosas.

—No somos chismosas...solo que se nos hace curioso que Max por fin tenga novia —sonríe—. Hacen bonita pareja.

No sé qué responder, así que sigo estirando y poco después estamos todas acomodadas en nuestras posiciones, los gritos eufóricos y el coro unísono animándonos se vuelve en segundo plano cuando escucho el chasquido del balón cuando la chica del otro equipo hace saque, mi mirada va siempre al balón que va de un lado a otro antes de que yo haga mi bloqueo, que es un éxito como anotamos un punto.

Las chicas y yo celebramos, pero mi vista que mantiene en Maxime que tiene su celular y me está grabando mientras grita y me sonríe.

Es sorprendente la manera en que el balón va de un lado a otro, las del equipo contrario son muy buenas y han anotado más puntos que nosotras, cosa que nos pone nerviosas, pero confió en mis chicas, somos buenas. Al empezar a rotar, las chicas quedan en la posición en las que son buenas y es sorprendente el resultado porque anotamos más que las otras y justo cuando están por empatar, suena el timbre que indica que el partido ha terminado y somos las ganadoras, todas nos abrazamos y hacen un pequeño festejo, para después ir con las chicas de la otra universidad para darnos la mano y poder retirarnos, no sin antes de tomar unas fotos.

Irresistible AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora